¿Te ponen de los nervios los espejos con motas de polvo (por no hablar de las huellas dactilares)? ¿Hagas lo que hagas, siempre quedan marcas cuando los limpias? Descuida, comprendemos tu frustración, es algo que TODOS hemos sufrido, pero la buena noticia es que existen varios trucos para limpiar un espejo sin que queden marcas, o lo que es lo mismo, para dejarlo tan reluciente que hasta la bruja de Blancanieves se sorprendería.
Hoy, en concreto, vamos a contarte cómo limpiar un espejo a fondo en tan solo 3 minutos. Lo mejor de todo es que, al ser una tarea que lleva tan poco tiempo, puedes hacerla cada día para disfrutar de un hogar de revista. Preparados, listos... ¡Vamos allá, paño en mano!
¿Con qué frecuencia se deben limpiar los espejos?
Los espejos son elementos decorativos que vemos y utilizamos a diario, es por esto que mantenerlos limpios se vuelve tan importante. No obstante, no es lo mismo una limpieza a fondo que la limpieza diaria. Esta última sirve para hacer que la primera dure más tiempo.
Por otro lado, tampoco es lo mismo limpiar el espejo del baño (usado constantemente por toda la familia), que un espejo que decora la pared del pasillo o el espejo del recibidor, por ejemplo. En el caso de los espejos del baño, es esencial limpiarlos a diario para evitar las engorrosas salpicaduras e incluso las manchas de pasta de dientes.
Cómo limpiar los espejos en 3 minutos
Antes de comenzar con la rutina de limpieza, necesitarás tener a mano varios elementos:
- Bayetas de microfibra
- Un estropajo
- Una escobilla de goma
- Limpiacristales o una solución de vinagre blanco de limpieza y agua templada
Paso 1: quitar el polvo
Todo el mundo sabe que los espejos son elementos que acumulan polvo muy fácilmente. Por eso mismo, antes de comenzar con la limpieza intensiva, tendrás que eliminar el polvo de la superficie del espejo. Para ello, lo ideal es que utilices una bayeta de microfibra. Se trata de un paso esencial antes de limpiar el espejo con el producto limpiacristales.
Paso 2: limpieza a fondo del espejo
Ahora sí que sí, es el momento de utilizar el producto que hayas elegido para limpiar el espejo. Este se encargará de eliminar las rayas y las manchas más difíciles. La mezcla de agua tibia y vinagre blanco de limpieza es una de las más utilizadas, ya que sus niveles de acidez facilitan la eliminación de la espuma del jabón y la cal. Además, es superfácil de hacer (y, sin duda, la solución más económica), tan solo tienes que combinar dos partes iguales de cada uno y guardar la mezcla en una botella con pulverizador.
- Siempre es más recomendable limpiar el espejo con agua tibia en lugar de agua fría, ya que de este modo se eliminan mucho mejor el vaho, las rayas y las manchas.
Para una limpieza óptima, rocía el producto por el espejo y frota en círculos la bayeta de microfibra. Dependiendo de lo sucio que esté el espejo, es posible que tengas que usar alcohol isopropílico para eliminar la suciedad persistente, utilizando un paño de algodón.
Paso 3: secar el espejo
Con un estropajo húmedo (por el lado suave), limpia el espejo con movimientos circulares. Repite el proceso para eliminar el exceso de agua y, a continuación, usa una bayeta de microfibra limpia para secarlo. Si queda demasiada agua en la superficie del espejo, utiliza la escobilla de goma y deslízala de arriba hacia abajo y de lado a lado para eliminar todos los restos de agua o producto limpiador. ¿Todavía quedan restos (aunque sean mínimos)? Elimínalos con una bayeta de microfibra limpia, ¡y tendrás como nuevo tu espejo!
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