Aunque parezca una tarea de limpieza insignificante, quitar el polvo de las superficies es fundamental para minimizar la cantidad de gérmenes, ácaros y alérgenos que flotan en el aire de toda la casa. El pensar que eliminar el polvo no es nada del otro mundo, también lleva a no hacerlo con dedicación y esmero, de ahí que, muchas veces, se limpie con regularidad y, rápidamente, vuelva a acumularse.

Para que esto no te pase más, a continuación, te contamos los 7 errores más comunes que se cometen a la hora de eliminar el polvo en casa y qué puedes hacer para evitarlos.

 

1. Quitar el polvo al final de la rutina de limpieza

Si dejas la tarea de quitar el polvo para el final de tu limpieza, no lo estás haciendo bien: cuando lo limpias, el polvo va cayendo por todas partes y se va acumulando en otras áreas casi sin que te des cuenta. Para evitar tener que limpiar las mismas zonas dos veces y asegurarte de que lo quitas bien, lo ideal es que empieces quitando el polvo de arriba hacia abajo, es decir, primero quita el polvo del techo, luego el de las paredes, después el de las encimeras y, finalmente, el de los muebles y el suelo.

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El Mueble

2. Quitar el polvo alrededor de los objetos

Este es uno de los errores más comunes, así que no te sientas mal si lo haces: limpiar alrededor de los objetos. Por ejemplo, si estás limpiando una estantería o la encimera de la cocina y pasas el trapo por alrededor de los libros, electrodomésticos o decoración, te estarás dejando una gran cantidad de polvo.

Lo mismo ocurre con objetos más grandes como sofás y cómodas. Si quieres un hogar más limpio, higiénico y sin alérgenos, asegúrate de mover los objetos para limpiar de manera eficiente y retirar todo el polvo acumulado.

3. Quitar el polvo demasiado rápido

Si limpias el polvo con demasiada rapidez, muy probablemente, en vez de estar eliminándolo, lo estarás empujando de un lado a otro. Para una limpieza de polvo efectiva, deberás armarte de paciencia y dedicarle tiempo.

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Quitar el polvo de un espejo

4. No limpiar el aire acondicionado o el purificador de aire 

Si sientes que el polvo nunca desaparece en tu hogar, puede que, sin darte cuenta, estés empeorando la situación, ya que te olvidas de limpiar el aire acondicionado o del purificador de aire. Estos aparatos se encargan de distribuir aire limpio y fresco por toda la casa, pero, si no los limpiamos, lo que esparcen serán partículas de polvo. A partir de ahora, mete en tu lista de tareas la limpieza de las rejillas y los conductos de estos aparatos.

5. Olvidarte de pasar el trapo por algunas superficies

Muchas veces, limpiamos rápidamente estanterías, encimeras, mesas y otras superficies planas, pero el polvo, desgraciadamente, se acumula en todas partes, hasta en paredes, puertas o los laterales de los muebles. Por eso, acuérdate de pasar también el trapo, ligeramente húmedo, por las superficies verticales.

6. Usar las herramientas incorrectas  

Otro error común es utilizar un plumero o un trapo seco para limpiar las superficies. El problema con estas herramientas es que no recogen el polvo de manera efectiva, como te comentamos anteriormente, simplemente lo desplazan de un lugar a otro. Para eliminar el polvo correctamente, lo mejor es utilizar un trapo ligeramente húmedo ya que así sí que podrá recoger la suciedad y otras partículas.

7. Limpiar el polvo con poca luz

El último error que se comete muy frecuentemente es limpiar el polvo con poca iluminación, lo que ocasiona que nos pasemos por alto una gran cantidad de polvo. Para evitarlo, asegúrate de encender las luces cuando te pongas con esta tarea de limpieza. Verás qué diferencia.