Siempre pospones el día de orden y limpieza de tu habitación, pero cada vez tienes más y más ítems y accesorios que te ocupan espacio y que no sirven para nada. Organiza tu armario y tira todo aquello que no esté en buen estado, por un lado, y regala o dona los complementos que puedan tener una segunda vida por el otro. Si algo no te gusta o es inútil, ¿para qué seguir conservándolo? Aunque pienses que lo necesitarás en un futuro, eso nunca acaba pasando. ¡Empezamos!
1. Bolso pasado de moda
Cuando lo compraste era muy in, pero hace años que tu estilo ha cambiado y ya no lo usas ni para bautizos ni bodas ni comuniones. Mejor regálaselo a una amiga o dónalo. En el armario solo está cogiendo polvo.
2. Lo mismo con tocados
Todas tus amigas se han casado y hace siglos que no te pones uno de estos en la cabeza. Haz lo mismo que con el bolso y gana espacio para cosas que sí que utilizas todos los días. Además, si vuelves a necesitar uno, ¿sabes que hay sitios en los que los alquilan?
3. Sombrero de las fiestas del pueblo
Estuvo bien mientras duró. El sombrero de paja de las fiestas de tu pueblo de hace varios veranos ya ha cumplido. Los canotier, bombines o tipo Panamá guárdalos con mimo o decora con ellos la entrada.
4. Las riñoneras pasadas de moda
Vale que han vuelto a ponerse muy muy de moda. Son cómodas, ligeras y, la mayoría, superestilosas. Pero si en el armario tienes alguna de esas que llevabas a los festivales, seguramente esté hecha polvo. Como diría Marie Kondo: “Gracias, y hasta luego”.
5. Cinturones DE antes de adelgazar
O de engordar. En cualquier caso, cuando utilizamos mucho un cinturón suelen terminar por aparecer marcas y desgaste cerca del agujero que más hemos usado. Si se nota mucho cuando te lo pones, retíralo.
6. Gafas de sol rayadas o con patillas torcidas
No valen ni para llevarlas en el coche para ‘emergencias’. Conducir con ellas será peligroso y, probablemente, bastante incómodo. Guarda solo los pares que tengan todas sus facultades al 100%.
7. Coleteros que no ajustan
Si eres mañosa, puedes descoser la costura y cambiar la goma interior. No es difícil. Pero si te supone un reto, diles también adiós.
8. Collares enredados
Si te armas con un alfiler y mucha paciencia podrás desenredarlos, pero si los nudos están muy prietos, mejor que te deshagas de ellos. Para la próxima vez, mejor prueba alguna idea para ordenar la bisutería.
9. Diademas que hacen daño
Esas que molestan por detrás de las orejas y acaban provocando dolor de cabeza. Aunque te gusten mucho, busca a alguien a quien no les moleste o invítalas a mejor vida.
10. Monederos rotos o desgastados
El que te trajo tu madre de sus vacaciones, la cartera de cuero que tanto te gusta o ese pequeño monedero cuya cremallera está rota. Si no cierran bien, les faltan los adornos o, simplemente, ya no te gusta, no los vas a volver a usar.
11. Pendientes sin par
Si hace tiempo que no encuentras a su pareja, te aseguramos que no va a hacer una aparición estelar. Haz un broche con él si te gusta mucho o un pin para una chaqueta, pero si no, dalo de baja.
12. O de cobre
Sí, más que nada porque terminan dejando las orejas verdes. Y queda un poco feo. Si no quieres que te pase más veces, aplica una capa de esmalte de uñas transparente en la parte posterior y así no tendrás que dejar de usarlos.
13. Pasadores incómodos
Pasa un poco como con los tocados y las diademas. Seguramente al verlo te encantó, pero luego al usarlo no agarra y, para que lo haga, debes llevarte algún mechón por el camino. Mejor, fuera.
14. Anillos que no te valen o te molestan
Esos que son demasiado grandes y estorban al teclear en el ordenador o cuando quieres hacer cualquier cosa. Regálalos, dónalos o, si te gustan mucho, cuélgalos de una delicada cadena y lúcelos con estilo.
15. Pulseras incómodas o que se enganchan
Destrozadoras de jerseys y sacapuntos. ¿La compraste porque era preciosa, pero en el primer uso se cargó tu jersey favorito? Bye, bye.
16. Panties rotos
Revisa el cajón de los calcetines –y aprovecha para ordenarlo–. Comprueba que todas tus medias y panties están en perfecto estado de revista. Ya sabes el incordio que supone ir a ponerte un par y que tengan algún agujero que puede convertirse en una carrera como por arte de magia.
17. Bufandas que se ven desgastadas
A las de lana, con el tiempo, les suelen salir bolitas. Pueden quitarse con una cuchilla y bastante paciencia, pero si ya no la usas, ni te molestes. Si te gusta tejer, puedes deshacerla para utilizar la lana. Si no, a donar.
18. Paraguas cutres
Tienes que deshacerte ya de los no se abren bien o están rotos. Extendemos también esta norma con paraguas que han sido comprados en casos de emergencia y que no valen ni para eso. Porque en cuanto llega un poco de viento, se dan la vuelta y ya no tienen arreglo.
19. Accesorios de cuero
Collares o pulseras de cuero que no se han cuidado bien desde se compraron –el agua y el sol son sus mayores enemigos– es probable que estén desgastados y huelan un poco raro. Al montón de tirar.
20. Horquillas de colorines
Están nuevas. Seguramente las compraste en un pack de esos en los que vienen muchas de muchos colores. Si no hay peques en casa, regálaselas a alguien que vaya a apreciarlas –y usarlas–.
21. Neceseres maltratados
Si eres de los que acumulan neceseres en el armario o mueble de baño porque siempre piensas que te irán bien para alguna emergencia o viaje, tira los que estén más feos por culpa de restos de maquillaje u otros, ya que con un par tienes más que suficiente.
22. Bolsitas perfumadas del armario
Es probable que más de uno tenga los clásicos saquitos de olor que se colocan entre la ropa para que esta siempre huela bien, especialmente al momento de usarla. Sin embargo, su intensidad solo dura unos 12 meses y luego desaparece. Es absurdo dejarlas ahí dentro si ya no huelen a nada. Tíralas y, si quieres, sustitúyelas por otras que sean nuevas.
23. Ropa interior rota o vieja
Ha llegado el momento de deshacerte de aquellas prendas de ropa interior que llevan siglos en tu armario y están muy desgastadas. También de aquellos sujetadores, si es el caso, que tienen hasta el aro roto y que sobresale, causando mucho daño si te atreves a llevarlo.
24. Mascarillas usadas
Después de la pandemia, es común encontrar todavía mascarillas en los cajones que no sabías ni que tenías. Algunas de ellas, si se han usado, deberías tirarlas porque pierden efectividad. Las que son de tela y están en buen estado, ¡lávalas!
25. Gorras que te regalan
De la misma forma, tira o dona todas estas gorras de publicidad que te hayan dado en tiendas, eventos o experiencias. Seguro que nunca te las pones porque tienes una que sí que te gusta de verdad. ¡No vale la pena conservarlas!
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