Por mucho que encendamos velas, quememos varitas de incienso o tengamos ambientadores y difusores por todos los rincones de la casa, si no sabemos qué producen los malos olores y los abordamos desde la raíz, de nada sirve todo lo que hagamos porque conseguiremos enmascararlos un ratito; no se irán para siempre

Para atajar estos malos olores y que no vuelvan a aparecer nunca más, la limpiadora profesional Marcela Barraza nos cuenta 10 secretos para que la casa siempre huela bien, haciendo hincapié en que el más fácil de hacer, es el más olvidado. 

1. Eliminar la humedad

La humedad es el factor que más influye para que una casa no huela bien porque se transforma en moho, el verdadero causante de los malos olores. Esta humedad se concentra en todas las áreas de la casa, aunque las más afectadas son:

  • El baño: La humedad en el baño se produce por culpa del agua de las duchas. Por eso, es importante encender el extractor de aire cada vez que nos duchemos, para que absorba la humedad y evite que se concentre en las paredes, en el techo o en los azulejos. Si no tienes extractor, abre la ventana nada más salgas de la ducha para que aire pueda circular. Además, extiende bien las toallas para que se sequen completamente y lava las de mano cada dos días, ya que no les da tiempo de secarse y pueden coger olor a humedad rápido. Si se les ha quedado ya el mal olor, lávalas con agua caliente y en el enjuague añade bicarbonato de sodio y vinagre blanco destilado.
  • La cocina: En la cocina también usamos agua para lavar los platos. Los paños debes cambiarlos cada dos días y la esponja exprímela muy bien nada más termines de fregar para que no se quede muy mojada. Las esponjas, además, debes lavarlas con frecuencia. Para ello, ponla en un bol con la mitad de agua y la mitad de vinagre blanco y mételo en el microondas 3 - 4 minutos. Termina enjuagándola con agua limpia.
  • El armario: Al ser un espacio cerrado y sin ventanas, el aire no fluye. Puedes usar deshumidificadores que se cuelgan en la barra de la ropa para absorber la humedad. También puedes colocar un pequeño cuenco con bicarbonato de sodio y unas gotitas de aceite esencial en rincones escondidos o bolsitas de organza con arroz o lavanda en las esquinas, en los cajones, dentro de los zapatos, etc.
Bolsas aromáticas de lavanda

Bolsas aromáticas de lavanda.

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2. Limpiar los cubos de basura

Cuando tiramos restos de comida  al cubo, hay derrames,  empieza a gotear y se moja el cubo. Para limpiarlo en profundidad, deja el cubo en remojo con un poco de agua en el fondo, unas gotitas de jabón de lavar los platos y un chorrito de vinagre blanco destilado. Déjalo así unos minutos, tira el agua y limpia con un spray y una esponja por dentro y por fuera. Luego, enjuaga con agua, seca y coloca la bolsa de basura nueva. Para absorber los malos olores, puedes poner un poco de bicarbonato de sodio en el fondo.

3. Limpiar el frigorífico

En el caso del frigorífico, muchas personas se olvidan de quitar las bandejas y los cajones cuando en sus rieles es muy fácil que la comida chorree sin darnos cuenta. Por eso, cada vez que lo limpies, sácalos y limpia bien estos rieles. Para neutralizar los olores, también puedes colocar en su interior algunas cajitas con bicarbonato de sodio.

Cocina con nevera y despensa ordenada 00557804
El Mueble | RBA

 

4. Lavar cojines, mantas... con regularidad

Es importante lavar los textiles de la casa como las fundas de los cojines, mantas, plaids, y, por supuesto, las grandes olvidadas, las cortinas que deberías hacerlo al menos una vez al año. En cuanto a las alfombras, debes aspirarlas constantemente y, cuando termines, espolvorea un poquito de bicarbonato de sodio por su superficie. Déjalo actuando media hora y, después, vuelve a pasar la aspiradora. Además, sácalas al exterior al menos dos veces al año para ventilarlas.

5. Cuidar la campana extractora

Los olores de la comida que cocinamos se quedan impregnados en la cocina. Para evitarlos, enciende siempre la campana extractora y limpia con frecuencia sus filtros dejándolos en remojo con agua caliente y un chorro de jabón de lavar los platos.

6. Cuidar el fregadero

Los olores de los platos sucios se expanden muy rápidamente. Lo más aconsejable es fregarlos inmediatamente, pero, por si por algo no puedes, al menos déjalos en remojo en agua y jabón. Acuérdate también de limpiar y desinfectar el fregadero con frecuencia (muchos estudios dicen que acumula más gérmenes y bacterias que el propio inodoro) y no te olvides del desagüe.

Lavadero cálido con fregadero
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7. Tener flores y plantas

Las flores y plantas dan un olor rico a la casa, además un olor natural y sobre todo si son flores como rosas, jazmines o lirios. Eso sí, es importante cambiarles el agua constantemente para que no se descomponga y lo que termine esparciendo sea olor a rancio.

8. Usar aceites esenciales

Los aceites esenciales son también otra fuente natural ideal para aromatizar la casa. Por ejemplo, puedes añadir unas gotitas de tu favorito en tus limpiadores y, así, mientras estás limpiando estás expandiendo sus buenos olores. También puedes añadirlos en motitas de algodón y colocarlas en lugares estratégicos de la casa.

9. Utilizar toallitas con olor

La propuesta de Marcela es bastante original y efectiva. Consiste en meter toallitas de la secadora con olor dentro de las fundas de los cojines.

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10. El truco más fácil: Abrir las ventanas

Marcela ha dejado para el último lugar el truco más sencillo y más importante para que la casa siempre huela bien. Y es que, aunque abrir todas las ventanas de casa todos los días sea tan básico, muchas personas se olvidan de hacerlo. A partir de ahora, recuérdalo siempre, ya que es la mejor forma para renovar el aire del interior del hogar.