10 razas de perros japoneses que deberías conocer (ya mismo)

El spitz japonés es uno de esos perros blancos pequeños que enamoran al instante, con el pelo largo y suave. Su físico es muy parecido al del pomerania, y es que ambos forman parte de los spitz. En lo que al carácter se refiere, hablamos de un perro muy cariñoso y apegado a sus amos, ideal para familias con niños e incluso otras mascotas. Además, es muy poco ladrador.

Por desgracia, el tosa inu (conocido como 'perro de pelea japonés') fue criado para el combate, fruto de una mezcla entre perros de la raza shikoku y diversos mastines. Sin embargo, las cosas han cambiado, y en la actualidad el mastín japonés es un perro de compañía, aunque no se recomienda a personas sin experiencia. Y es que es importante tener en cuenta que, a pesar de que es leal, calmado y paciente dentro de casa, necesita quemar mucha energía cada día, y socializar (a poder ser desde cachorro) con otros animales y personas para apaciguar su instinto de combate y su tendencia a la territorialidad.

El hokkaido inu es una raza de perros japoneses de tamaño mediano. Entre sus rasgos más característicos destacan su fidelidad y su enorme valentía. Además, resisten muy bien las temperaturas gélidas y las nevadas intensas.

El kishu inu o kishu ken es un perro que cautiva por su nobleza y temperamento amistoso, además de ser un excelente guardián que profesa una lealtad inquebrantable hacia los los suyos. De tamaño medio, estamos ante una mascota cariñosa, dócil y equilibrada, que adora la compañía de sus amos.

El chin japonés o spaniel japonés se consideraba sagrado en sus orígenes, por eso era el animal de compañía de la realeza japonesa. Hoy, estos perros de porte aristocrático son unas mascotas muy deseadas por su pequeño tamaño y su carácter sensible, dulce, alegre, inteligente, activo y leal.