La situación es la siguiente: has llegado a casa agotada del trabajo, y un ratito después de cenar, cuando todos habéis hecho la digestión y se os empiezan a cerrar los ojos delante de la televisión, notas que tu perro comienza a ponerse frenético corriendo y jugando con sus juguetes por toda la casa cuando os vais a la cama. En ese momento, le dices que se calme y lo llevas a su cama, pero nada, sigue igual de ansioso e hiperactivo. ¿Te suena? Es más habitual de lo que piensas (como cuando los perros huelen tus partes íntimas), y suele ocurrir especialmente con perros que acaban de ser adoptados o con cachorros. El motivo es tan simple como la falta de unos horarios establecidos. Vamos, que lo que tu perro necesita es una rutina más o menos fija para irse a descansar al mismo tiempo que vosotros. Si te estás preguntando cómo conseguirlo, no desesperes, lo descubrirás a continuación.
Cómo evitar que tu perro se vuelva hiperactivo por las noches
Al igual que los humanos, los perros responden a los estímulos. Por ejemplo, si vas al gimnasio por la noche y te metes en la cama con el smartphone, probablemente, no conseguirás conciliar bien el sueño. Lo mismo les ocurre a los canes, si se ejercitan por la noche o si reciben estímulos fuertes en esta franja del día, resultará imposible que se vayan a dormir. De hecho, puede que se dediquen a corretear e incluso ladrar durante la noche, con los consiguientes problemas que ello ocasionará con los vecinos (por no mencionar que no descansaréis ni queriendo). Esto cobra especial relevancia en los perros de razas más nerviosas (como los perros pequeños), ya que son más propensos a ir de acá para allá.
Para evitar todo esto, lo ideal es terminar el día dando la cena y un paseo tranquilo a última hora, sin juegos bruscos en el parque, simplemente pasear y olfatear, volver a casa y hacer 5 minutos de obediencia y a dormir.
Otro consejo que puede ir muy bien es incluir juegos de olfato, tanto en interior como en exterior, y masticación, ya que les relaja muchísimo. Pero tenemos más soluciones que pueden ayudarte...
Además de lo dicho hasta ahora, hay otras soluciones que te ayudarán a que tu perro no se ponga inquieto cuando llegue el momento de irse a la cama.
- Asegúrate de que tu perro descarga su energía durante el día. Por ejemplo, si es un perro que necesita mucho movimiento, procura sacarlo a correr por el parque o la playa cada día, pero evita los ejercicios de alta intensidad en las horas próximas a la noche, ya que esto lo estimulará y será más difícil que se relaje.
- Evita que tu perro corra dentro de casa. En su lugar, aprovecha el tiempo en el interior para educarlo o entrenarlo con juegos más tranquilos. Puedes enseñarlo a sentarse o tumbarse, e incluso a darte la pata. ¡Será superdivertido!
- Utiliza el refuerzo positivo. Esto significa que cuando lo mandes a su cama, si obedece, le des un premio en el mismo momento en que se tumbe en ella. De este modo relacionará el momento de irse a dormir con algo positivo.
- Procura tener una rutina fija de horarios nocturnos. Nos referimos a que, en la medida de lo posible, siempre te vayas a la cama a la misma hora. Poco a poco, el perro se amoldará a tu ciclo de sueño y se echará a la vez en cuanto detecte que toda la familia se ha ido a dormir y que el silencio impera en la casa.
¿Por qué mi perro rasca la cama antes de acostarse?
¿Alguna vez has visto a tu perro escarbar en su cama? Es algo que suele preocupar a los dueños primerizos de perros, y es que el comportamiento es, cuanto menos, curioso. Sin embargo, la explicación es bien sencilla, y tiene que ver con la territorialidad. Al rascar su cama, los perros marcan la zona con las glándulas que se encuentran en las almohadillas de sus patas. En su forma de decir ''este es mi sitio''. Además, suelen dar varias vueltas hasta encontrar la postura que les permita mantener protegidas sus zonas más vulnerables (un comportamiento aprendido de sus ancestros) y guardar mejor el calor.
En cuanto comiences a poner en práctica estas rutinas, te aseguramos que, poco a poco, tu perro se irá a dormir a la misma hora que vosotros, y no se pondrá frenético cuando llegue la noche. Al final, como casi todo en esta vida, es cuestión de paciencia.
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