No necesitas un vestidor enorme. Ni un armario gigantesco. Más importante que tener un ropero grande, es disponerlo justo donde lo necesitas, planificar su distribución a medida de tu ropa y tus especiales hábitos de orden. ¿Empezamos?
Ubica bien el armario
El sueño de tener un vestidor puede lograrse tanto reservando toda una estancia a la ropa como colocando una cabina o un armario con astucia. Se trata de ponerle un poco de imaginación y, sobre todo, de planificar la ubicación del armario desde el principio. ¡Piensa dónde debes vestirte! (y no tiene por qué ser en el dormitorio). De hecho, si vives en pareja es mejor separar el ropero de donde se duerme, para respetar el descanso del otro. Eso sí, cada opción (armario, cabina o vestidor) exige un lugar de distintas dimensiones. ¿Con cuál te quedas tú?
Si eliges un armario tradicional...
Necesitarás un espacio con un fondo de 0,60 m. Si el modelo es exento y de medidas fijas (desde 1.500 €), el ancho oscila entre 1 y 1,60 m, y el alto de 1,50 a 2,10 m. Pero si es modular (de 1.800 a 6.000€) se ajusta al lugar creando muros a medida que pueden ir de pared a pared y de suelo a techo (hasta 3 m). Para favorecer el descanso, lo último es separar el armario de donde se duerme, ubicándolo de espaldas a la cama para que funcione como cabecero y cree un vestidor detrás. También puedes comprarlo en módulos en "L" o "U", que crean un espacio propio; o si tienes un gran pasillo, colócalo allí, siempre que permita un paso de 0,90 m.