No podríamos vivir sin ella (o casi). Y aún así nos cuesta horrores buscarle un sitio en casa. ¿En la cocina, en el baño, en la galería...? Aunque según un estudio realizado por la firma Samsung la mayoría de hogares españoles tienen la lavadora en la cocina (48%), las opciones –con sus pros y sus contras– son variadas. Los únicos condicionantes son contar con los 60 cm necesarios (o 40 si la eliges de carga superior) y una toma de agua. El resto es cuestión de gustos.
En la cocina, la opción más habitual
La primera lavadora automática en España se comercializó en 1966 y ya es probable que, por aquel entonces, se instalara en la cocina. De hecho, la gran mayoría de electrodomésticos de una casa están en esta estancia, que suele venir equipada por defecto con las tomas de agua para el lavavajillas y la lavadora. Pero no es solo una cuestión de costumbre, sino también de practicidad.
- Hacerle sitio: Es una de las renuncias de centímetros menos dolorosas. Y es que puestos a rascar unos centímetros de una estancia, mejor que sea la cocina: se prescinde de un armario bajo y listos.
- Fácil de integrar visualmente: Hoy en día, con los diseños con acabado de acero inoxidable, es mucho más fácil integrarla visualmente en la cocina. Y si quieres camuflarla, siempre puedes panelarla u ocultarla tras un "falso armario". De hecho, si tienes una cocina pequeña, es una de las mejores opciones, ya que la unidad visual regala sensación de amplitud.
¿Y qué pasa con las desventajas?
- Higiene: Grasa, humos y olores de comida no son muy compatibles con colada limpia sostienen los reticentes a instalar la lavadora en la cocina.
- Distancia con el tendero: Dime dónde tiendes y te diré dónde instalar (o no) la lavadora. Y es que si la cocina y el tendedero están en dos extremos de la casa, tender la ropa se va a convertir en un suplicio.
En la galería, lavado y secado más cómodo
Si cuentas con galería o terraza, es más que probable que el debate de dónde poner la lavadora sea totalmente estéril para ti. Y es que es la opción más cómoda si no quieres comerte ni un centímetro de casa. Pero sus ventajas no se quedan aquí.
- Lavado y secado, unido: Lo más habitual es tender la ropa en la galería (o la terraza), por lo que tener en un mismo espacio la lavadora y el tendedero resulta muy cómodo y ágil para el día a día. De la lavadora a las cuerdas de tender. O a la secadora, en el caso de tenerla.
- Sin ruidos: Aunque las nuevas lavadoras son cada más silenciosas (unos 50 dB en el lavado), durante el centrifugado se hacen oír. Por lo que si está en el exterior apenas te vas a enterar.
Uno de los pocos "peros" de tener la lavadora en la galería o la terraza es precisamente que está fuera.
- Expuesta a la climatología: Si no cuentas con un cerramiento que la proteja de la lluvia, el viento o el sol directo, la lavadora no solo se ensuciará más, sino que puede estropearse más fácilmente.
En el baño, ¿cuestión de metros?
Contra todo pronóstico, es una opción casi casi simbólica. Al menos así lo sostiene el estudio de Samsung, que la sitúa en la última posición: solo un 6% de hogares españoles tienen la lavadora en el baño. ¿A qué se debe este bajo porcentaje?
- Falta de espacio: Cada vez son más habituales, especialmente en las grandes ciudades, las viviendas que cuentan con un solo baño. Y claro, renunciar a unos preciados 60 cm para instalar la lavadora es un sacrificio que no todos quieren (o pueden) permitirse.
- Altos niveles de humedad: Exponer la lavadora de manera continua a la humedad del baño podría acabar por dañarla.
Pero no todo son desventajas...
- Instalaciones en orden: Como ocurre con la cocina, el baño es una estancia que ya cuenta con toma de agua, por lo que no será necesario hacer una instalación especial.
- Más cómodo: Ahorras paseos al meter directamente la ropa que te quitas para ducharte en la lavadora, evitando acumularla en cestos.
En el planchador o cuarto de lavado, todo en uno
"¿Cuarto de qué?" De acuerdo, aceptamos planchador como rara avis. Y es que dedicar solo una habitación de la casa a lavado, secado y planchado de la ropa es un lujo que no está al alcance de todos.
Pero si tenemos el espacio, es sin duda la opción estrella, ya que con un cuarto de planchado reunimos en una estancia todo el proceso, sin tener que ir y venir por casa con ropa sucia, colada limpia para tender y ropa pendiente de planchar. En estos casos, es habitual instalar un fregadero para repasar las prendas.
Echa un vistazo a la galería y descubre soluciones prácticas y originales para integrar la lavadora en casa. ¡Y no le des más vueltas!