De uso muy frecuente en infusiones digestivas y calmantes, la melisa requiere pocos cuidados, crece con generosidad y resulta beneficiosa para el ecosistema por ser muy melífera y atraer a las abejas.
La melisa (melissa officinalis) es una planta herbácea rústica y plurianual que se desarrolla en matas exuberantes que pueden alcanzar el metro de altura. Destaca principalmente por su contenido en terpenos, geraniol y citronella, que le confieren un característico olor a limón. Su intenso aroma y sabor hace que se la conozca también como taronjil, citronela o hoja del limón.
Propiedades
Digestiva, antiespasmódica, tranquilizante, antiséptica y carminativa. Es una planta muy empleada tradicionalmente junto a la menta y la marialuisa para la preparación de infusiones digestivas y calmantes, tanto en planta fresca como hoja seca. También pueden usarse extractos, decocciones o licores (la melisa forma parte de la composición de elixires tan característicos como el Agua del Carmen o el Chartreuse). Unas ramitas de melisa en el agua osmotizada o destilada le aportan minerales, revitalizándola y haciéndola más saludable.
Cultivo
Crece de forma silvestre en toda la región mediterránea, por lo que es una herbácea común en los huertos de esta zona. Es una planta muy beneficiosa para mantener un ecosistema sano pues, como su propio nombre indica, es muy melífera y resulta muy atractiva para las abejas. En casa se puede cultivar de manera fácil –en el huerto, en el jardín o en una maceta grande-, pero por las dimensiones que adquiere precisa de bastante espacio. Se adapta bien a cualquier tierra o sustrato con tal de que lo mantengamos bien drenado para evitar el encharcamiento de agua. Prefiere el sol directo, la luz abundante y una buena aireación. Luce con todo su esplendor en verano cuando florece, pierde el ramaje en invierno y, en primavera, rebrota. Es una planta que no requiere grandes atenciones, aunque es favorable aportarle algo de compost maduro o lumbricompost justo en las etapas de crecimiento (primavera e inicios de verano). También conviene realizar una siega o corte generalizado cada año (en otoño o primavera) para que rebrote con mayor vigor.
Reproducción
Aunque se pueden obtener plantas en viveros o a partir de semillas, lo más rápido y fácil es recurrir a la reproducción por esquejes o división de matas, pues arraiga muy bien. Solo tenemos que seleccionar los tallos jóvenes de las partes externas de la planta que dispongan de algunas raíces, y plantarlos en macetas o directamente en el suelo, asegurándonos de que no les falte humedad.
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