Rachel Hoffman es la creadora del método 20/10: 20 minutos limpiando y 10 minutos de descanso. Autora del libro Unf*ck your habitat (aún no está traducido al castellano) tiene también una página web con el mismo nombre. Hoffman sería la típica amiga o amigo que no tiene pelos en la lengua y te dice lo que piensa en cada momento.

La autora reconoce que limpiar la casa es -como mínimo- aburrido y tedioso, por decirlo de la manera más suave posible. Y considera que nuestra vida ya es suficientemente complicada tanto a nivel laboral como a nivel personal como para tener ansiedad en casa debido a que tenemos que ponernos a limpiar. Ella propone una relación más sana y que nos reconciliemos con los hábitos de limpieza y el orden. Por eso nos enseña a ser ordenados paso a paso.

Además, Hoffman no se dirige a las mujeres en concreto o familias "standard", sino a hombres solteros, estudiantes, personas que comparten piso y también se dirige a todas aquellas personas que padecen enfermedades crónicas o depresiones. Gente a quien verdaderamente se les hace un mundo tener que limpiar la casa. Por eso, 20 minutos de limpieza no implica demasiado tiempo de esfuerzo. Y es ahí donde entran los 10 minutos de descanso para hacer cualquier cosa menos limpiar. Una vez pasados los 10 minutos puedes seguir o hacer otra ronda más tarde u otro día. Y está totalmente prohibido saltarse el break.

¿Por qué no son buenas las maratones de limpieza?

  • Porque es un todo o nada: Si consigues hacer todo lo que te has propuesto te sentirás bien pero si por lo que sea no acabas, te vas a sentir que has fracasdo.
  • Porque no es sostenible: Una cosa buena que tiene la limpieza a corto plazo es que puedes hacer algo cada día. Pero cada día no puedes hacer una maratón de limpieza.
  • Porque no creas el hábito: se trata de reconciliarte con la limpieza y el orden, 5 horas limpiando no hará que mañana tengas ganas de más.

El paso más difícil es comenzar. Y Rachel Hoffman lo sabe, por eso te recuerda constantemente que conseguir llevar a cabo los trabajos domésticos no es una asignatura donde sólo existe el suspenso o el aprobado. Sino que es un ciclo constante, una evolución de las habilidades y la motivación que con el tiempo se convertirán en un buen hábito.