Aprovechar los elementos arquitectónicos de tu propia casa es una forma muy útil de separar ambientes, y lo mejor de todo es que no es necesario que hagas reformas complicadas ni costosas. Tu hogar ya tiene todo lo necesario para lograr una separación visual entre espacios, solo tienes que saber cómo sacarle el máximo partido a lo que ya está presente. Detalles como columnas, desniveles, techos a diferentes alturas o incluso la disposición de las ventanas pueden convertirse en tus grandes aliados para dividir ambientes de manera natural y con mucho estilo.
Por ejemplo, los desniveles en el suelo o las vigas expuestas en el techo pueden marcar zonas claras dentro de una misma estancia sin la necesidad de instalar barreras físicas. Un cambio de altura en el suelo puede definir la transición entre la cocina y el comedor, o entre la sala de estar y el estudio. Estos elementos no solo cumplen una función práctica, sino que también añaden carácter y personalidad al diseño general del espacio, destacando la arquitectura original de la casa.
En definitiva, tu propia casa ya te brinda muchos recursos para separar ambientes sin la necesidad de obras. Aprovechando los elementos arquitectónicos existentes y organizando el mobiliario de manera estratégica, puedes crear una sensación de división que no solo es funcional, sino también estilosa. ¡Mira cómo tu hogar se transforma solo con pequeños ajustes!
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Lámparas de techo Revolta en Estiluz, bitacas de HK Living en estudio Hoc Volo y mesas de centro realizadas a medida por el estudio.
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Sillas y alfombras para separar ambientes
Otra opción fácil y rápida para separar ambientes es con la ayuda de dos butacas, alfombras o sillones, un banco o varios pufs que te ayudarán a mantener perfectamente delimitados la zona de estar o comedor y el espacio reservado al salón. Algo que podemos destacar de emplear este recurso es que tanto los silones como las alfombras La ventaja es que todos estos elementos son visualmente más ligeros que el sofá.
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Mesita de noche, lámpara y cabecero diseño de la decoradora Jeanette Trensig.
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Con paneles fijos de cristal en el dormitorio
¿Estás pensando en poder disfrutar de un dormitorio abierto y diáfano? Si tu respuesta es que sí, siempre puedes separar los ambientes con la ayuda de un panel fijo o móvil de cristal de forma que mantendrá unidas las estancias pero con el detalle de estar separadas por una puerta de cristal que permitirá el paso de luz.
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Salón con sillas, sofá, mesa de centro y pufs, de Coton et Bois.
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Un murete entre estar y comedor
Basta con que tenga 1 metro de altura para dar sensación de separación, y además, se puede construir con Pladur. Con una medida de 120 x 100 x 15 cm, te lo montan desde 150 € en habitissimo.com. Si cuenta con un fondo de 15-20 cm, aprovéchalo como estante. Además, añadir una encimera de madera maciza le dará más estilo, pero vigila que tenga 2,5 cm de espesor como mínimo (en Leroy Merlin tablero de pino de 20 x 120 x 2,8 cm, 8,99 €).
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Dormitorio con cabecero y camas de obra. Lámpara, de Decolab. Taburete, de Rue Vintage 74. Alfombra y cesto de pera, de Thanks Mum. Mesa y sillas, de Zara Home. Espejo, de Los Peñotes.
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Un panel acristalado que separa sin restar luz
El decorador Rubén de Matea recurrió a un tabique para separar la zona de cama de la de juegos en este amplio dormitorio infantil. Pero para que ambos espacios pudieran disfrutar de luz natural y no se perdiera el contacto visual ni la comunicación, lo dejó a escasos 100 cm del suelo y lo completó con una estructura de madera acristalada que, además, decora.
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Comedor con banco diseño de Bäse Interiorismo fabricado por Camacho Construcciones. Lámparas de techo de Hotel Solutions.
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Usa el color para separar ambientes
Puedes pintar una pared del salón de otro color para diferenciar la zona del comedor del estar. Hazlo con un tono más intenso, que destaque. Y después, pon en la zona del salón ciertos toques del mismo color para dar unidad, pero dejando los ambientes diferenciados.
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Salón con sofá y mesa de centro, en Coton et Bois. Alfombra, en Papiol.
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Dos correderas de lamas que dejan pasar la luz
Qué buena idea para independizar el estar del distribuidor sin robar sitio. Son lamas de madera paralelas montadas en un marco. De 90 x 180 cm, cuestan 87,99 € y se venden listas para colgar de un carril (kit para hueco de 200 cm, 69,99 € en Leroy Merlin).
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Recibidor con mueble blanco y sobre de madera.
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Un tabique fino que no llega el techo
La claridad pasa por encima hasta el recibidor. Por ese lado se aprovecha con armarios así es más barato y fácil de instalar que un tabique hasta el techo. Similar de 2 x 2,5 m, con Pladur (15 mm) pintado y con rodapié, desde 350 € en cronoshare.com.
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Salón con butaca, librería y mesa auxiliar, todo diseño de Jeanette Trensig, en Cado Interiors. Lámpara de sobremesa, diseño de Eduardo Longato. Puff, en Merc&Cía.
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Estanterías con poco fondo
Separar sin cerrar el salón y el comedor. Una solución genial para pisos muy pequeños o apartamentos, ya que da un look muy actual. Con 25/28 cm de fondo, caben libros, accesorios y cestas. Similares, estanterías Billy, de IKEA, en chapa de roble (80 x 28 x 202 cm) por un precio de 69 €. ¿Y la trasera? Como quedará a la vista y resulta poco estético, es muy recomendable forrarla con papel pintado TNT (vinílico grueso), ya que ocultará las uniones. Desde 39,90 €/rollo en palesdelos70.com.
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Mampara metálica, diseño de la decoradora Sònia Badia y el arquitecto Xavier Claravall. Taburetes, de Let's Pause. Encimera, de Corian.
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Una mampara de hierro acristalada
Es una solución decorativa y muy práctica para separar ambientes, en este caso, el salón de la cocina y, a la vez, mantener el contacto visual entre ambos espacios. De hierro, da mucha personalidad y al tener la parte superior acristalada se gana profundidad visual, ampliando visualmente el piso. Y lo mejor, con este recurso desde la cocina se puede el mar.
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Chimenea diseño de la decoradora Lucía Mariñas.
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Una chimenea de dos caras entre el salón y el comedor
Esta solución nos encanta para separar el salón del comedor. Al ser exenta, es decir tiene ambas caras abiertas, puede disfrutarse del hipnótico efecto del fuego desde ambos espacios. Además, es un elemento que resulta decorativo por sí solo.
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Cocina, proyecto de Nook Architects con mobiliario de Mercantic. Mesa y mesa alta, de Antique Boutique. Sillas, de Taller de las Indias. Lámparas de techo y taburetes, en Mercantic. Alfombra, de House Doctor.
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Combinar dos pavimentos diferentes para separar ambientes
Es un truco óptico, pero en espacios abiertos combinar dos pavimentos diferentes es un recurso visual para diferenciar dos ambientes. En este caso, en el comedor se ha empleado un suelo de madera mientras que en la cocina es un porcelánico, más sufrido.
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Cocina con cerramiento, diseño de los arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar.
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Un gran cerramiento con guillotinas
Este cerramiento acristalado con apertura tipo guillotina da independencia a la cocina, pero a la vez permite comunicarla con el salón y ganar una zona de barra con solo abrir las guillotinas.
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Baño con mobiliario diseñado por Marta Tobella y separado por una ventana de cristal del dormitorio.
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Una pared de cristal que lleva luz al baño
Esta solución es ideal para separar el baño del dormitorio sin con ello renunciar a un ápice de luz. La decoradora Marta Tobella, de Sacum, ha reemplazado un tramo de la pared por un cristal que separa ambos espacios pero sin frenar la luz. Un estor de lamas preserva la intimidad cuando se precise.
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Dormitorio con baño en suite con mueble bajolavabo lacado, espejos con luces traseras perimetrales y biombo de madera que separa dormitorio y baño diseño del decorador. Lavamanos, de Cielo. Grifería, de Roca.
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Una celosía de madera que separa y decora
Una celosía confeccionada con lamas de madera es el recurso que ha usado en este dormitorio en suite el decorador Javier Merediz para diferenciar la zona de la cama del baño. Suma calidez, estilo y, al ser lamas, deja pasar la luz entre ambos espacios a la vez que regala intimidad.
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Salón comedor con butacas de Brucs, chimenea diseño de la decoradora y lámparas de techo, de Coto et Bois.
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Cristaleras para minipisos
Son tendencia y tienen mil ventajas. Muy ligeras y superfinas, ayudan a crear una entrada separada del salón y se ponen en menos de ¡1 día! Una buena opción son las de metal lacado, ya que son más económicas. De 1 x 2 m (similar a la de la foto) y unos 865 €, las puedes encontrar en cerrajerias-fagon.com. ¿Hay un murete? La solución ideal es poner una cristalera encima (120 x 160, 199,99 €, venta-unica.com).
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Recibidor separado del salón con una puerta plegable, diseño de Asun Antó.
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Una escultórica puerta plegable para separar ambientes
La decoradora Asun Antó separó el recibidor del comedor mediante una escultórica puerta plegable acristalada y de hierro que lleva luz natural al vestíbulo. Abierta, funde ambos espacios ampliándolos respectivamente.
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Cocina abierta con barra diseño de Sube Interiorismo.
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Una barra pluriempleada
La solución ideal para cocinas abiertas. Una barra pluriempleada separa el salón de la cocina y al mismo tiempo sirve para desayunos, comidas informales. Y ¡hasta para los deberes de los niños! La altura recomendada es de 90 cm, y el ancho, de 70 cm. Similar, desde 400 € en quotatis.es. Mesa-barra Woltu con dos taburetes, 160,71 €, en Amazon.
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Salón con escritorio de roble, diseño de Van Castro, de Vivestudio, colocado tras el sofá. Silla de Francisco Segarra.
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Sofá por delante, escritorio detrás
La trasera del sofá no suele ser muy decorativa. Si quieres usar este mueble como separador práctico la mejor opción es pegarle una consola con cajones para que al mismo tiempo sea un escritorio. Asegúrate de que deja espacio por debajo para poder encajar la silla. La altura mínima para trabajar es de 70 cm y con 60 cm de fondo cabrá el portátil. En madera y metal, con 2 cajones, 199 €, en Maisons du Monde.
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Salón separada de la cocina con una puerta diseño del decorador Iñaki Mujika.
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Una puerta corredera que flexibiliza el espacio
Porque separa la cocina del salón y, a la vez, integra ambos espacios con solo dejarla abierta. Aquí, se ha optado por una decorativa puerta de estilo granero que da un cuidado toque campestre y decora por sí sola.
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Loft con mesa de Ethnicraft y sillas en Sklum. Lámpara de Muuto.
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Unas cortinas que dan intimidad al dormitorio
A pocos metros, mucho ingenio. Como el que demostró el interiorista Cosma Musachio con este piso en el que prescindió de tabiques para aprovechar cada cm al máximo, pero se sirvió de unas cortinas dispuestas en "L" para separar el dormitorio de la zona de día y ganar así intimidad en la zona de noche.
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Salón con sofá, diseño de Bárbara Sindreu, realizado por Miki Beumala y tapizado con tela de Güell-Lamadrid. Butaca, de Coton et Bois. Mesa auxiliar, de Little House. Mesa de centro, diseño de la decoradora. Alfombra, de Matèria.
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Usa el sofá para separar ambientes en un salón
En espacios diáfanos, jugar con los muebles para diferenciar ambientes es un recurso muy práctico porque separa sin dividir. En este loft, la decoradora Bárbara Sindreu usó la trasera del sofá como separación entre el salón y el comedor sin con ello restar luz ni perder la comunicación visual entre ambos ambientes.
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Salón con sofá y mesa de centro de Coton et Bois, alfombra de Papiol y espejos y marcos en Merc&Cia.
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El arco del triunfo
Del triunfo de separar dos ambientes por sí solo. Un gran arco no solo es un robamiradas, sino que delimita visualmente la zona del salón de la del recibidor. Por lo que si cuentas con un elemento arquitectónico tan singular y de esta belleza, ¡aprovéchalo!
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Salón con sofá, de Roche Bobois. Puf de rafia, de Filocolore. Sillas del comedor, en Sacum. Lámparas de techo, de Smithfield, en Avanluce.
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Un desnivel muy práctico
¡Lo que dan de sí un par de escalones! Aprovechar la diferente altura entre dos espacios es un recurso muy práctico para separar ambientes. Aquí, por ejemplo, el salón se ha reservado para la zona inferior y con salida directa al jardín, mientras que en la superior y más cercana a la cocina, se ha situado el comedor.
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Salón con sofá a medida, de Miki Beumala. Mesas de centro en Taller de las Indias. Butaca, an Zara Home. Alfombra, de Hamid.
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Un paso abierto que separa el salón de la biblioteca
A veces no es necesario tener una puerta o un muro para separar visualmente dos ambientes. Y este salón, con un rincón de biblioteca, así lo demuestra. Aquí, se ha conservado la estructura del muro pero dejando el paso abierto, lo que permite separar ambos espacios ópticamente.
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Cocina abierta con barra con taburetes y sillas, en Marina&Co.
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Una barra multiuso
En cocinas abiertas al salón o al comedor, habilitar una barra es una manera de separar ambos ambientes y, a la vez, ganar una práctica zona de desayunos o comidas rápidas.
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Mobiliario de la cocina diseño de la decoradora Isabelle Mattera. Encimera, de granito negro Zimbawe. Mesa, de PNP Furniture. Sillas, de Gescova.
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Aliarse con el mobiliario de la cocina para separar ambientes
Cuando salón, comedor y cocina comparten un único espacio diáfano, un recurso muy útil para separar la cocina del resto de la zona de día es usar el mobiliario a modo de murete bajo, como se ha hecho aquí. Esto, además, permite aprovechar la península con armarios a ambos lados, abasteciendo la cocina y el comedor.
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Comedor y salón separados por listones de madera, mesa de centro de Westwing, puf de Lo de Manuela y alfombra de Ikea.
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Una celosía de madera que separa y decora
Una celosía confeccionada con lamas de madera es el recurso que ha usado en este salón las arquitectas Irma Aleu y Rosa Viñets para diferenciar la zona del salón de la del comedor. Suma calidez, estilo y, al ser lamas, deja pasar la luz entre ambos espacios a la vez que regala intimidad.
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Mueble bajolavabo y espejo, diseños de XMasArquitectura.
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Un espejo colgado que separa ambientes
Un simple espejo colgado del techo con unas cuerdas se convierte en este dormitorio en una solución muy ingeniosa y casual para separar el baño de la zona de cama. Además de decorar por sí solo y permitir el paso de la luz. Y es que puedes usar cualquier mueble como separador de ambientes. En el salón, el comedor y ¡hasta el dormitorio!
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Puerta antigua recuperada por el decorador Pablo González. Lavamanos, de Leroy Merlin. Espejo, de Maisons du Monde.
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Una puerta antigua a modo de biombo separador
Es una solución práctica, porque separa visualmente el baño del dormitorio y, a la vez, da intimidad a la zona del tocador, gracias a su cristal opaco. Pero sin restar luz ni renunciar a la sensación de amplitud que dan dos espacios abiertos.
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Salón comedor con sillas, de Sacum y lámpara de pie de Cottage Little House
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Un murete que preserva la intimidad
Un murete da autonomía al comedor sin que este renuncia a la luz que procede del salón. Además, favorece una relación fluida entre ambos ambientes, cosa que con una pared no ocurriría. Aquí, por ejemplo, preserva la zona del comedor, que queda separada del resto del salón.
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Dormitorio separado del vestidor por un armario diseño de la decoradora Pía Capdevila.
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Un armario separador
Es una solución muy práctica para dotar de intimidad a la zona del vestidor cuando este está integrado en el dormitorio. Aquí, por ejemplo, la trasera del armario hace una doble función: por un lado, de apoyo del cabecero y, por otro, de separación entre la zona de cama y la de vestidor.
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Salón comedor con mesa, en Carpintería Juan Merino. Sofás, de Ventura Decoración. Puff, en Matèria.
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Un versátil mueble bajo
En salones que integran el comedor, un mueble bajo es un recurso doblemente efectivo, porque separas el estar de la zona de comer y, a la vez, ganas una zona de almacenaje. Aquí, se ha optado por una librería baja apoyada en la trasera del sofá. Al elegirse a juego con el sofá se integra a la perfección en la decoración.
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Librería que separa el salón del dormitorio, diseño a medida de MJ Figueroa.
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Una librería de doble función
Esta librería ofrece espacio de almacén y separa el salón del dormitorio. Pero además, esta librería tiene truco, porque por el lado del estar se ha planificado abierta a modo de librería mientras que por el lado del dormitorio tiene puertas e integra un completo vestidor. Además, al no llegar hasta el techo deja pasar la luz natural entre ambos espacios.
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Dormitorio con armario a modo de cabecero de Ikea.
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Cabecero parece...
Pero armario es. En este dormitorio se optó por dividir la zona de vestidor de la de cama mediante un armario bajo a modo de separador y que hace además de cabecero.
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Pasillo con pared acristalada con cuarterones metálicos que separa de la cocina.
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Una estructura acristalada que suma luz a la cocina
Es un recurso que separa pero a la vez comunica. Aquí, la decoradora Jeanette Trensig dotó a la cocina de independencia pero integrándola en la zona de día gracias a un cerramiento acristalado. Además, con este recurso multiplica la claridad de la cocina.
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Comedor conectado a la cocina con una ventana, diseño de la decoradora Neus Casanova.
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Una ventana muy práctica
Lleva luz natural a la cocina y, a la vez, da mucho juego, porque permite comunicar y dividir la cocina del comedor en función de las necesidades. Por ejemplo, cuando se está cocinando, la ventana evita que humos y olores invadan el comedor.
Otras ideas para sumar estilo
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Las columnas o pilares estructurales, que muchas veces pueden parecer un obstáculo, también pueden aprovecharse como una forma ingeniosa de separar ambientes. En lugar de ocultarlos, puedes resaltarlos con pintura, revestimientos o incluso integrarlos en la decoración, creando así una división sutil entre diferentes áreas sin que se vean invasivos. Esto funciona especialmente bien en espacios abiertos donde no quieres perder la sensación de amplitud.
Otro recurso muy efectivo es la disposición de las ventanas y la entrada de luz natural. Puedes aprovechar la ubicación estratégica de las ventanas para crear diferentes ambientes con solo organizar el mobiliario de manera adecuada. Por ejemplo, colocar el comedor cerca de una ventana amplia puede separar visualmente esta zona de la sala de estar, que podría estar más apartada en una zona con menos iluminación directa, creando así un contraste natural entre ambas áreas.
Pia Capdevila Interiorismo / Jordi Canosa
Si tu casa cuenta con techos a diferentes alturas, puedes usar este detalle para diferenciar zonas sin necesidad de agregar paredes. Un techo más bajo sobre la cocina o el comedor puede hacer que ese espacio se sienta más acogedor y definido, mientras que un techo más alto sobre la sala de estar puede dar una sensación de amplitud. Jugar con estas alturas añade dinamismo al espacio, al mismo tiempo que ayuda a crear zonas claras dentro de un mismo ambiente.