Cómo decorar estanterías abiertas: 27 ideas para guardar a la vista
Librerías, estanterías, vitrinas y estantes abiertos se llevan. ¡Y además muy decoradas! Cerámica, plantas, espejos, marcos... Inspírate en estas ideas y objetos para decorar la tuya
Con estas claves y fotos tan inspiradoras, podrás decorar tu estantería abierta a la perfección. Lee, lee.
RBA
Se acabó la era decorativa en la que la nada lo era todo. Ahora el todo es, justamente eso, todo. Cualquier objeto con encanto debe ser mostrado y compartido con el resto. Libros, cajas, jarrones, macetas, marcos, espejos, conchas, esculturas... ¡Y hasta leña, sombreros y azulejos! El único límite lo marcará su propia belleza y la composición que forme junto al resto de 'habitantes' de la balda de tu estantería. Porque sí, las estanterías ahora son mostradores en los que presumir detalles.
Eso sí, procura elegir bien qué estantería colocarás en función del espacio del que dispongas. Una vez que la tengas, solo tendrás que ordenar y organizar bien los elementos y detalles decorativos y... ¡Voilà! Tendrás un bonito escaparate que se convertirá en el protagonista absoluto de tu estancia. Si necesitas consejos e inspiración para decorar tus propias estanterías, te dejamos algunas imágenes y recomendaciones a tener en cuenta.
qué poner en una estantería
Libros: en pequeñas pilas centradas que nunca lleguen a tocar la balda de arriba ni las laterales.
Plantas: de ramas y hojas cortas y separadas por baldas, que no buscamos crear un jardín vertical.
Jarrones y cerámica: como máximo tres objetos juntos (recuerda que es el número del éxito).
Bandejas: utilízalas para crear composiciones a modo de bodegones.
Papel pintado en el fondo: de colores suaves y acorde con la paleta decorativa.
Objetos varios: sombreros, caracolas, cestas... todo en su justa medida.
¿Cómo se organiza una estantería?
Una vez que sabemos qué objetos y elementos podemos colocar en una estantería, ahora llega la gran pregunta: ¿cómo la organizo? Lo ideal (y una buena regla a seguir) es que utilicemos un tercio de nuestra estantería para destinarla a decoración y plantas. Otro tercio de la misma, podemos dejarlo libre y el restante, para libros.
Incluso esta forma de organizar la estantería puedes llevarla a cabo también en los propios estantes. De esta forma, la estantería, en general, no terminará muy recargada. Un consejo es que dejes lo más despejados posible, los estantes que se encuentran a la altura de la vista.
Distancia entre estantes
Si tu estantería funciona a través de estantes, debes saber que la mejor y más recomendada distancia a dejar entre estantes es de 40 centímetros entre uno y otro. Aunque es cierto que si el primer estante lo colocas a 60 centímetros de distancia del suelo, podrás colocar bajo el otro mueble, como aquellos en los que se coloca la televisión.
La idea de dejar una distancia considerada entre estantes, es generar un campo visual mucho más amplio y ordenado, escapando del efecto de apiñamiento de objetos. Así, también podrás asegurarte de que los elementos decorativos que incluyas tienen su hueco y su propio espacio.
Para poder guardar y decorar al tiempo, no son necesarios grandes armarios, arcones o canapés. Si andas escaso de espacio de almacenaje, emplea los muebles para guardar cosas. A la vista y semiescondidas. Ambas opciones son válidas. Para ello emplea cajas y cestas –con poder decorativo, no elijas la primera que veas–, colócalas equilibradamente en la estantería y añade algún objeto más que dé dinamismo. Te sorprenderá el resultado y el efecto de orden será mayor.
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Una estantería clásica en tonos blancos y de color con varios objetos.
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Sin miedo a mezclar
No tengas miedo a mezclar y combinar todo tipo de objetos. Distribuyéndolos bien, puedes hacer que los elementos que coloques, sean del tamaño y estatura que sean, logren dar mucha personalidad a tu estantería. Además, permiten ocupar espacios vacíos de forma mucho más sencilla que echando mano a objetos más pequeños. ¿El resultado? Un mosaico espectacular.
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Estantería de madera en tonos claros con varios objetos.
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En horizontal y vertical
Adiós a la monotonía. Si quieres colocar libros en tu estantería, puedes hacerlo poniendo algunos en postura vertical y otros en horizontal. De esta forma, tu estantería ganará dinamismo y mucho más movimiento visual. Además, al colocarlos así, quedan accesibles de otra manera y listos para ser ojeados. El resultado se verá mucho más actual y estético.
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Comedor de la influencer María Fernández-Rubíes- Mesa, de Maia Home. Aparador y espejo, de Zara Home.
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¡Enséñalo todo!
No hay que echar la vista atrás demasiado para acordarse de los enormes armarios de salón que había en casa de nuestros padres y abuelos. Esos mastodontes iban de lado a lado de la pared, comiéndose el espacio y ocasionando muchísimo ruido visual. En cambio, unos estantes abiertos de arriba a abajo de la pared decoran mucho más y, al igual que los muebles gigantes, te ofrecerán el almacenaje que necesitas. Aunque, si lo echas en falta, un aparador puede ser la respuesta para proteger tu vajilla y cristalería.
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Sofás, de Mer&Cia. Mesa de centro Andrea, de Taller de Indias, en India&Pacific. Estantería de madera de olmo, espejo, puf y mesa auxiliar, de NF Asian. La lámpara de sobremesa y espejo, en India&Pacific. Estor de lino de Güell-Lamadrid. Alfombra en Fracisco Cumellas. Pared pintada con pintura de Bruguer.
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Almacenaje que decora
Es hora de mostrar todas tus cartas decorativas y, para eso, estanterías, librerías y estantes abiertos, vitrinas, cajas y también cestas son tus mejores aliados. ¡Pero también el orden! Porque si quieres que todos tus objetos cumplan un papel deco –ya sean libros, la vajilla o tu colección de vinilos–, el orden y la limpieza son esenciales.
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Sofá, realizado a medida. Mesa de centro y lámpara de pie, de Meritxell Ribé-The Room Studio. estores, de Upholstery.
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Estantes a lo largo de la pared que guardan y decoran
Tenemos la extraña percepción de que los estantes son los hermanos pequeños de las estanterías, pero nada más lejos de la realidad. Tienen esencia propia (y muchas más posibilidades). En una pared desnuda, son ideales para colocar a lo largo de la pared. En vez de un cuadro o espejo para decorar la pared del sofá, pon en su lugar unos estantes que decoren. Además su linealidad aumenta la sensación de amplitud y ayudan a que la estancia parezca más larga.
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Mesa, de Oficios de Ayer. Alacena, pintada por Isabel Font. Sillas, en Chiqui Barbero.
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Un mueble para la vajilla
¡Se acabó eso de esconder la vajilla buena! Las cosas están para usarlas. Así que, además de vestir la mesa con sus mejores galas cuando tienes invitados, emplea platos, ensaladeras, soperas y fuentes a modo decorativo. Apila varios platos en un lado, coloca otro sobre la trasera de la estantería y alterna elementos de tu vajilla. Si, además, la colocas en una vitrina recuperado como el de la imagen, tienes el éxito garantizado.
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Vajillero hecho a medida y diseñado por Mayte Pombo.
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No abarrotes las baldas
El mejor truco para que 'guardar a la vista' es colocar los objetos de forma equilibrada. Como se ha hecho en este espacio. Por un lado, los estantes abiertos en los que van los recetarios van de menos a más, dejando espacios libres que ayudan a presumir del papel pintadlo con motivos florales que decora la estancia. Y lo mismo en el vajillero. Deja que platos, tazas y fuentes respiren. No amontones todo en una pila. Además de feo, corres el riesgo de que se caiga cuando vayas a coger algo.
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Velas, macetas y cuencos en una estantería.
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Elige los adornos con mimo
Cestas, jarrones, cuadros... ¡Y hasta plantas y sombreros! Cualquier objeto decorativo elegido con gusto despertará el interés por las estanterías, que dejan de ser un lugar ideado para guardar cosas para convertirse en el expositor en el que presumir de ellas.
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Estantería de pared.
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Orden al cuadrado
Eso sí, por muchos huecos que tenga –como en esta diseñada en forma de cubos–, no has de llenarla hasta rebosar. Basta con colocar un objeto o dos en cada uno para potenciar la sensación de orden.
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Sofás, de Miki Beumala. Cojines, en Matèria.
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La leña, también a la vista
Y cuando decimos dejar todo a la vista, nos referimos a todo, incluso a la leña de la chimenea. Lejos de desordenar visualmente el ambiente, lo que hará es hacerlo más cálido. Ahora, asegúrate de colocar una tela o un papel que proteja el material del estante de posible resina.
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Estantería de metal diseñada por Lowy&Kantor.
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Archivos de biblioteca
Si no quieres guardar los papeles en cajas y armarios donde cada vez que tengas que acceder a ellos sea una odisea, destínales un espacio en una estantería. Nuestra única recomendación es meterlos dentro de archivadores que combinen en color y estilo con su forma, como en esta estantería de metal diseñada por Lowy&Kantor.
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Proyecto de Pía Capdevilla.
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Doble cara
En este dormitorio, se ha instalado una estantería baja a modo de tocador. De hecho, cuenta con su propia iluminación gracias a las bonitas lámparas de techo. Mientras que, por un lado, sirve como superficie complementaria del vestidor, por el otro hace las veces de estantería. Y así presume de doble uso: sirve tanto para colocar objetos como para diferenciar espacios.
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Dormitorio blanco con estantería blanca abierta.
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Paredes abiertas que son estanterías
Porque ya no hace falta utilizar tabiques para separar ambientes o, por lo menos, tabiques de arriba a abajo. Las estanterías abiertas por ambos lados han llegado para no interrumpir el 'paso visual', pero es que, además, son perfectas para separar espacios o comunicarlos, depende de cómo lo mires.
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Estantería con detalles decorativos a color.
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Ganas cromáticas
Y, ya que el fondo quedará también a la vista, aprovéchalo como base para decorar: fórralo con un papel pintado estampado, como hizo Cristina Castaño en esta estantería. Si te fijas, también ha colocado a modo decorativo un azulejo recuperado a juego con el papel del fondo.
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Estantería con texturas visuales.
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Atreza el escenario
Ganarás texturas visuales si el papel imita a algún material natural, como este con aspecto de mimbre azul. Luego, delante, decora con pocos y escogidos detalles, como una bandeja o una pequeña pila de libros en horizontal. Ganan mayor protagonismo que en su posición tradicional y actúan como un elemento deco más.
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Un vestidor con puertas grises y estantería abierta.
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Vestidores abiertos, ¿por qué no?
Si en el armario hay una parte que está abierta, no temas colocar cosas en ella. Emplea cada balda para alternar jerséis y pantalones con cajas –mejor si además decoran–. No llenes cada compartimento hasta arriba y alterna la posición de las cajas. En las baldas más bajas y más altas, coloca cosas que utilices con poca asiduidad. Mientras, en las más accesibles guarda lo que más utilices. Las cajas te ayudarán a acceder cómodamente lo que almacenes en ellas, a modo de cajón. Y camisas y jerséis, bien doblados, aportarán sensación de calma, armonía y, sobre todo, ¡orden!
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Estantería iluminada de forma indirecta.
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Objetos con luz propia
Y si las estanterías de obra te gustan blancas, potencia el efecto encalado instalando luces led por detrás. En las baldas, coloca solo pequeñas pilas de libros u objetos de colores claros para que la estantería mantenga su posición protagonista.
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Mobiliario, de Santos Estudio Bilbao. Lámpara de techo, en Susaeta Iluminación. Mesa y taburetes, en Ondarreta.
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Estantes abiertos también en la cocina
Son tendencia. De hecho, una de las preguntas más habituales ahora mismo al amueblar una cocina es: ¿la elijo con muebles altos, con estantes abiertos o con nada? Mientras que los primeros suman almacenaje, pero restan amplitud visual, los segundos son más ligeros y ofrecen muchas más posibilidades deco. Al igual que en otras estancias, evita amontonar las cosas. Emplea las baldas para colocar algún frasco a modo de despensa o, incluso, las copas (si las usas a menudo, sino se llenarán de grasa y polvo debido a la actividad de la cocina). Añade alguna planta para dar vitalidad y alegría y ¡el conjunto estará perfecto!
Mobiliario de la cocina, de Art Cuines. Taburetes, en Grup Escrivá Interiors. Encimera, de Krion. Lámparas de techo, en Gaudir Iluminación.
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Menaje a la vista que adorna
Y es que parece que las estanterías abiertas han llegado también a las cocinas para quedarse. Expón en ellas tu mejor vajilla y cristalería y deja que sus estampados y colores hagan el resto.
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Mobiliario de cocina es de TST.
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Continente y contenido
Pero no has de mostrar tu vajilla, sino también otros frascos y enseres. También botellas de vino. El secreto es que todo esté en perfecto y, a ser posible, simétrico orden.
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Una despensa organizada con cajas y cestas.
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La despensa también puede tener carácter deco
Porque el gusto por la decoración y el orden va mucho más allá de colgar unos cuadros, poner unos cojines o colocar un plaid en el sofá. Hay espacios (abandonados) de nuestros hogares que también puede presumir de ese toque deco. Como la despensa. Evita guardar los alimentos en sus envases originales y, en su lugar, hazte con unos frascos de cristal que decoren (y cumplan la función de almacenaje). La despensa parecerá más despejada y ordenada, pero además disfrutarás de los colores y texturas de la propia comida.
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Una estantería minimalista.
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Huecos que guardan
Sí, claro que un armario es el mejor sitio para guardar. Pero cuando no hay, la parte inferior de un banco es un buen espacio en el que guardar cosas. Unas grandes cajas de mimbre serán ideales para almacenar ropa de abrigo que no estés usando en ese momento o los complementos de verano cuando empieza el frío. Conseguirás un espacio con alto poder decorativo, no ocuparán casi sitio y lo tendrás a mano. Una manera genial de guardar a la vista, pero no.
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Mobiliario, modelo Quetzal, diseño de Kökdeco fabricado por Ébano. Taburete, de Ondarreta. Grifería Talis, de Hansgrohe. Campana empotrada en el techo, de Pando. Encimera de la isla, de Corian.
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Estanterías abiertas, pero escondidas
Porque cuando se mira esta cocina de frente, ni se ven. De hecho, en la parte del resto de armarios esta cocina es panelada y sin tiradores. Vamos, minimalismo total. Pero al acceder a ella, adornos, libros y cajas en la primera y conservas, botellas de vino y vajilla en la que está más al fondo, ganan protagonismo y dan colorido. ¿Quieres ver el efecto? Aquí tienes la cocina entera.
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Lavamanos, de Hidrobox en Gaur. Grifería, de Fantini Rubinetti.
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Adiós a los armarios de baño con puertas
Y hola a los abiertos. Son más ligeros, ofrecen casi el mismo almacenaje y su poder decorativo es también superior. Coloca las toallas y alguna caja en la que guardar el secador, el cepillo y otros objetos de uso habitual. Verás como tu baño parece más grande y mantenerlo ordenado no es tan complicado.
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Sofá y cesto, en Mäinities. Alfombra, de IKEA. Mesa de centro, de Sika Design.
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Los vinilos a la vista, por favor
Porque si los guardas como oro en paño, no los vas a escuchar. Ese que te compraste en una tienda de segunda mano en Londres, el que te regalaron tus amigos o esa edición rara que guardas con tanto mimo. Utiliza una caja y coloca todos tus vinilos al estilo de las tiendas de música con más solera. ¡Serás la envidia de tus invitados y la aguja del tocadiscos siempre estará girando!
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Sofás, de Miki Beumala. Mesa de centro, en Toco. Lámpara de sobremesa, en Hada. Cortinas, en Margarita Ventura.
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Adornos que dan color
En estanterías de obra que se camuflan con la pared –porque lucen el mismo acabado–, los adornos pueden servir para dar color al mismo tiempo que ocupan un espacio de almacenaje más. Agrupa los libros por colores y deja que cada una de las tonalidades gane peso. Ordenar por colores es una manera divertida de dotar de personalidad y decorar cualquier espacio. ¿Lo ves?