¡No midas más! Que no, que no te caben las mesitas de noche. Podrías encajar una –casi a presión– si te empeñas, pero ese no es el objetivo. O si no ¿cómo piensas hacer luego la cama a diario? Teniendo en cuenta que lo ideal, para que quepa la ropa de cama, es dejar 15 centímetros como mínimo entre este práctico –pero no indispensable– mueble auxiliar y el colchón.
Guarda la cinta métrica y saca todo el ingenio decorativo. Lo más sencillo será instalar un cabecero a medida de pared a pared que puedes revestir de madera para darle un aspecto más acogedor. Otra opción será encargar a un carpintero una estructura de cama de madera con repisa o estanterías superiores en las que depositar cada noche tus pertenencias. Las hornacinas serán una solución inteligente, como también lo será colgar las lámpara del techo o instalarlas directamente en la pared.