Mmm... Acurrucarse en una toalla calentita tras salir de la ducha, ¡qué placer! Si cuentas con un radiador toallero en el baño conoces perfectamente la sensación. Y si no, pero estás valorando instalar uno, te ayudamos a elegirlo.

Por qué apostar por un radiador toallero

Respecto a un radiador convencional todo son ventajas. No pierdas detalle, ¡te las contamos todas!

Son un práctico dos en uno

Caldean el baño, igual que haría un radiador convencional. Y, además, al ir colgados a la pared, permiten tener las toallas a mano –sustituyendo al toallero convencional– y calientes tras salir de la ducha.

Ocupan poco espacio

Son más planos que un radiador tradicional y van colgados a la pared, por lo que pueden instalarse en baños de pequeños sin suponer un obstáculo.

Son más decorativos

Hay infinidad de diseños, desde los más discretos hasta los más esculturales que decoran por sí solos. Los modelos más habituales son en blanco o cromado. Si quieres diseños más sofisticados, deberás estar dispuesto a pagar la diferencia, ya que suelen ser considerablemente más caros.

Sin instalación

Si optas por un diseño eléctrico, no es necesario hacer obras. Basta con que tengas un enchufe cerca.

Tipos de radiadores toallero

Los hay eléctricos y de agua. Y elegir una u otra opción dependerá sobre todo de la instalación que tengas y de que quieras o no hacer obras.

Toallero de agua caliente

Son una opción muy práctica si cuentas en casa con un sistema de calefacción mediante radiadores de agua caliente, ya que irá conectado a la caldera como el resto de radiadores y su funcionamiento será el mismo. Tienen la ventaja de activarse cuando se enciende el sistema central, por lo que siempre tienes el baño caldeado, a diferencia de los eléctricos, que debes tener la previsión de conectarlos minutos antes de ducharte si quieres que el baño no esté frío. Sin embargo, igual que ocurre con el resto de radiadores de la casa, necesitan una purga periódica.

Toallero eléctrico

La gran ventaja de los toalleros eléctricos es que no necesitan instalación previa, por lo que puedes integrarlo en el baño sin tener que hacer obras en casa. De hecho, puedes hacerlo tú mismo: basta con colgarlo, enchufarlo a la conexión eléctrica más cercana y encenderlo. Otras ventajas de estos radiadores es que suelen calentarse muy rápido, es habitual que cuenten con un termostato para poder regular su intensidad y su mantenimiento es mínimo: es suficiente con limpiar la superficie con un paño.

Por seguridad, evita colocar el radiador toallero junto a la ducha y comprueba que tenga un grado de protección IP44 frente a polvo y humedad

Acertar con la potencia

El calor generado por un radiador toallero es el mismo que un radiador convencional, siempre y cuándo aciertes con la potencia. No puedes elegir el mismo radiador para un baño de 6 m2 que para uno de 12 m2, si es que no quieres asarte en uno y congelarte en el otro. Existe una fórmula muy sencilla para calcular, de manera general, la potencia necesaria del radiador toallero. Primero, coge el metro y mide tu baño. Después, multiplica los m2 resultantes por 80 W y a la cifra resultante añádele un 30% para compensar el calor que absorben las toallas colgadas del radiador. ¡Y listos! Ahora solo quedar elegir el modelo que más y mejor te encaje en tu baño. Y adiós toallas frías.