Ubicado en el barrio del Eixample de Barcelona, este pequeño hotel, escondido en el piso principal de un edificio entre medianeras, es una capa más de la historia de la ciudad condal. El proyecto de reforma del hotel, a cargo de la arquitecta Gina Cebamanos Martínez, se adapta a la arquitectura original del espacio, manteniendo sus elementos históricos más elegantes.
El edificio, de inicios burgueses, fue construido en 1890 por el famoso arquitecto Enric V. Sagnier, ha albergado personajes ilustres como los marqueses de la Motilla, el escultor Josep Llimona a principios del s. XX o la sede de la Mutua de incendios de Barcelona en la década de los 50.
El proyecto de diseño empezó con el estudio y análisis de los elementos originales, removiendo las capas acumuladas durante décadas de renovaciones y recuperando la esencia de los materiales nobles como la madera, el mármol o los estucos originales.
Las zonas comunes llenas de luz en Casa Llimona.
Las zonas comunes casi no han sufrido alteraciones, ya que sus elementos originales han sido totalmente restaurados. Las habitaciones sí que han sido totalmente reformadas y aunque reconocen la original existente, tienen un diseño mucho más moderno y actual creando una diferencia conceptual entre lo nuevo y lo antiguo muy atractiva estéticamente.
La madera y los estucos originales de Casa Llimona.
Cada habitación contrasta con elegancia con los elementos históricos tradicionales, pero tienen un denominador común: la calidad de los materiales nobles usados como el mármol, la madera o el latón.
Las cálidas y modernas habitaciones de Casa Llimona.
Al tratarse de un hotel en un edificio histórico sus habitaciones mantienen los muros originales, dando lugar a espectaculares habitaciones de un tamaño superior al habitual con techos de más de 3m de altura. Algunas de ellas han podido mantener elementos tradicionales como pavimentos de mosaico o grandes carpinterías ornamentadas de madera, hecho que todavía las hace más valiosas a nivel estético y decorativo.
Las habitaciones de Casa Llimona tienen un diseño urbano, sencillo y muy elegante.
Las nuevas particiones dentro de las habitaciones han intentado respetar los arcos y las formas redondeadas de la arquitectura existente, aportando unas líneas más orgánicas y amables al conjunto.
La sencillez del diseño pone en valor todos sus elementos realzando la calidad y calidez del espacio. De esta manera todos los detalles juegan un papel importante en la decoración, desde los mecanismos de hierro y latón, hasta la elección de las lámparas. Y como resultado obtenemos un espacio más limpio, sofisticado y sobrio.
Mármol y materiales elegantes en todos los rincones de Casa Llimona.
La terraza también se ha tratado de manera similar, respetando los materiales de origen, como la rasilla roja del pavimento, las paredes de cal y las barandillas de hierro. Pero se le han añadido preciosos acabados como una pérgola de hierro o persianas alicantinas situadas en el centro de la terraza, para proporcionar juegos de luz, sombra y calidez, ayudando a crear una zona más recogida y confortable para los huéspedes.
La agradable terraza de Casa Llimona.
La selección de plantas mediterráneas, de poco aporte hídrico, no es casualidad y la naturaleza pasa a ser protagonista de este espacio creando una atmósfera de tranquilidad e intimidad muy agradable y necesaria.
Es importante también destacar el peso de la eficiencia energética y la sostenibilidad en esta nueva reforma de Casa Llimona. Las nuevas instalaciones climáticas, la mejora de los cerramientos o la gestión de residuos del hotel, son elementos indispensables en este espacio, ya sean en detalles como los envases de jabones reutilizables o en prácticas como el ahorro de papel.