Recibidor rústico con una mesa redonda en el centro Ya las impresionantes puertas recuperadas de la entrada anticipan lo que depara el interior: un recibidor rústico amueblado con un mueble antiguo lacado en blanco, salvo el sobre de madera, y una mesa maciza redonda. La interiorista Dafne Vijande la ha dispuesto en el centro lo que aporta dinamismo al espacio. El suelo de baldosa de barro cocido se ha vestido con una alfombra de fibra natural material similar al de la lámpara suspendida. Mesa, de Becara. Aparador, de Crisal. Puertas, de La Fábrica de Hielo. Lámpara de techo, de la Casa Bella. Alfombra, de Leroy Merlin. Revestido de madera con una mini consola Los recibidores rústicos típicos de las casas de montaña se abrigan con madera, no solo en el mobiliario sino también en los revestimientos. Buena prueba de ello es este de tipo cottage, firmado por la interiorista Isabelle Mattera: una caja de madera amueblada con una mini consola, que parece sobresalir de la pared, decorada con velas. ¡Qué bienvenida tan cálida! Cabaña de madera construida por Chalets Nordika. Consola, de PNP Furniture. Taburete, de Little House. Alfombra, de Carolina Blue. Lámpara de techo, de Sophie Bataglia. Recibidor rústico con un mueble recuperado Otro rasgo del estilo rústico, junto al uso de madera, es la presencia de paredes de piedra. En este recibidor con la piedra semi a la vista, la interiorista Jeanette Trensig ha recuperado un mueble bajo abierto con acabado envejecido para amueblarlo. Lo completa una alfombra étnica en blanco y negro que lo ilumina. Espejo, en Mercader de Venecia. Alfombra, en Carolina Blue. Lámparas, en Cado. Con un banco de madera tapizado, perchero y espejo Este pequeño recibidor rústico de montaña necesitaba parecer más grande. Para ampliarlo visualmente la interiorista Jeanette Trensig, de Cado Interiors, lijó y barnizó el techo de vigas y la carpintería de madera con el fin de aclararlo. Cubrió las paredes de un papel pintado que imita la piel de potro en un verde caqui, muy cálido y acogedor. Y lo amuebló con piezas pequeñas y sencillas: un banco tapizado, un perchero de madera y un espejo con marco decorado con astas de ciervo. Espejo y banco, de Cado. Papel pintado con textura de piel, de Élitis. Perchero, de Luzio. Con un mueble original en verde vintage ¡Quién le iba a decir a un antiguo mostrador de mercería que acabaría siendo la estrella de este recibidor rústico de techo abovedado y paredes de piedra! Otra prueba más de cómo renovar un mueble antiguo y darle una segunda vida. La interiorista Chari Manzano respetó su color verde, el mismo que lucen la carpintería de las ventanas al fondo y las vasijas que lo decoran. El original mueble comparte protagonismo con una colorista alfombra de pelo. Consola, de La Europea. Alfombra, de Rica Basagoiti. Recibidor rústico con un mueble de madera multiusos Este mueble realizado con listones de pino se presenta en una sola estructura que ¡lo integra todo! Estante flotante superior para almacenar, banco descalzador, percheros y dos armarios cerrados que guardan la ropa de abrigo. La interiorista Irma Aleu lo ha pintado en un gris azulado y lo ha acompañado de alfombra y cestas de fibras naturales. ¿Su truco? Que no llega hasta el techo y deja que la luz circule libremente. Una pieza única con banco descalzador Muy similar al mueble anterior pero sin armarios es el que amuebla en solitario este recibidor rústico. Se trata de una sola pieza de madera alistonada en forma de cubo en la que se integran un estante, perchas y un cómodo banco con colchoneta y cojines para descalzarse mejor. Lacado en un verde soft, tan de tendencia y a juego con la carpintería, la interiorista Gabriela Conde ha colocado un par de apliques en la parte superior para iluminar la entrada. El suelo de microcemento se ha vestido con una alfombra de fibra redonda. Recibidor rústico con armarios camuflados Un truco para bajar visualmente los techos altos es revestir las paredes con lamas horizontales. Fue lo que hizo la interiorista Elisabet Blázquez, de Dadà Interiors, en este recibidor rústico con armarios camuflados en la pared alistonada y pintada de blanco. Además de madera, se ha utilizado cristal junto a la puerta y en la parte superior para convertir la entrada en un lugar cálido, luminoso y acogedor. Alfombras, de Hands and Lands. Con una cómoda decapada en blanco Un mueble antiguo es el mejor reclamo para un recibidor rústico. En este, los arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar, dispusieron una bonita cómoda de cajones que lijaron y decaparon para dejarla con este aspecto envejecido. En contraste la decoraron con una moderna lámpara de mesa tipo hongo. Recibidor rústico de madera con banco, espejo y velador Este recibidor rústico de madera se caracteriza por sus curvas, que van desde la arquitectura hasta la decoración. Su techo abovedado, la puerta, el banco con dibujos redondeados y la mesita velador en la esquina son una oda a las líneas sinuosas. ¡Hasta el espejo de cuarterones cae rendido a su influjo! Los cojines florales y rosados y la cesta de fibra en el suelo imprimen un estilo romántico a la decoración. Con banco de obra volado y perchero de madera A veces la madera deja de lado su aspecto habitual y se muestra en otras tonalidades, por ejemplo, el gris. Para conseguirlo de forma natural se expone durante más de un año a la intemperie sin necesidad de utilizar ningún tinte. En este recibidor rústico se eligió este tipo de madera en sintonía con las paredes lacadas y el banco de obra. Para dinamizar este estilo tan nórdico, se dispuso en el suelo una alfombra tipo kilim multicolor que lo reaviva. Un sencillo perchero de madera y cojines de lino son su única decoración. Colgador, de Ikea. Alfombra, de Deko Palace. Recibidor rústico de madera blanqueada con banco y estante Aprovechar un retranqueo para ubicar el recibidor es una excelente idea. En este de estilo rústico, la madera se ha blanqueado adoptando un tono beis suave muy cálido. La interiorista Marta Prats ha rastrelado la pared con listones de madera dispuestos en vertical para darle más altura visual. Lo ha decorado con colgadores de madera y dos tableros, uno superior para almacenamiento y otro inferior, a modo de banco. Unos cojines y unas cestas le muestran así de acogedor. Con una cómoda heredada y un banco de jardín Las piezas heredadas son excelentes para amueblar el recibidor. En este de la imagen, rústico, de madera y piedra, el interiorista Pablo González ha ubicado una cómoda de herencia. Sus cajones resultan perfectos para almacenar ropa de mesa y cama y así aligerar los armarios del dormitorio. Frente a ella ha dispuesto un banco de jardín que hace más confortables las esperas. Una buena manera de mostrarnos que la mezcla de distintos tipos de maderas es posible y queda fenomenal. Banco de hierro, de El Rastro. Con una sencilla consola de madera bruta El hueco de la escalera es otro best place para ubicar el recibidor. En este de la imagen, la interiorista Covadonga Plaza ha dispuesto —al ser la barandilla de metal— una consola de madera bruta. Hace juego con la tarima de castaño sin pulir, ambas caldean el ambiente. La sencillez de este mueble posibilita decorarlo con objetos llamativos, como esa colorida noria tan ideal. Cesta, de Zara Home. Escalera diseño de la decoradora. Recibidor rústico de madera reciclada y fibra La fibra es la mejor compañera de la madera en el estilo rústico. También, la cerámica y el vidrio. Este recibidor ibicenco, decorado por Mireia Pla, lo demuestra. Las paredes encaladas acogen una consola de madera reciclada mientras que la alfombra sufre un inesperado cambio de lugar. En lugar de vestir el suelo, se ha fijado en la pared decorándola. El resultado es este recibidor rústico súper fresco. Consola, de Asitrade. Bandeja y cestos, de Es Cucons. Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter.