Ten en cuenta sus necesidades y gustos
Antes de hacer ningún cambio en la habitación de los pequeños, debes analizar las actividades que llevan a cabo para asegurarte que se adapten a sus necesidades del día a día. Pregúntate ¿cuántos niños duermen en ella? ¿de qué edades? ¿a qué suelen jugar? ¿necesitan hacer deberes? ¿tienen muchos juguetes? ¿y ropa?.
Pero, además, de la parte funcional, desde Ikea aseguran que también es importante tener en cuenta la parte emocional. Debes involucrar al niño a la hora de elegir los elementos con los que vas a renovar su dormitorio y que se sienta protagonista en ese proceso de transformación. Que sea casi como una nueva aventura.
Crea un universo mágico
Como las salidas al exterior van a estar más limitadas, es el momento de convertir su habitación en un espacio lleno de fantasía donde puedan dar rienda suelta a su imaginación. Además de sentirse mejor en su pequeño universo, el espacio les invitará al juego y a la diversión.
Puedes conseguirlo con pocos elementos como un dosel, fundas de edredón, alfombras o cortinas... Todo te ayudarán a crear un efecto sorprendente, convirtiendo su habitación en una jungla, un cielo estrellado o un rincón de palacio. ¡Que ellos decidan!
Los textiles te ayudan a conseguirlo
Los textiles tienen un increíble poder de transformación. Es sorprendente cómo con una simple funda de edredón y unos cojines, el dormitorio puede transformarse completamente. ¿Qué tal convertir la cama en un pequeño jardín de flores? ¿o en un universo de globos? ¿o tal vez en una selva tropical o en un tigre gigante?
Con textiles llenos de imaginación a los niños les gustará más irse a la cama y como es un elemento tan fácil de cambiar podrán ir alternando cada semana de cuento. Para que queden bien lo mejor es que la decoración de su dormitorio sea en tonos neutros y así serán los textiles los encargados de darles color y llenarlos de vida.
¿Y si creces hacia arriba?
Ahora, que los niños van a pasar más tiempo en su cuarto, igual es el momento de optimizar su espacio pensando en tres dimensiones. La altura duplica la superficie y las posibilidades de desarrollar actividades en su habitación. Muchos niños han empezado a estudiar en casa y es previsible que lo hagan más a partir de ahora, una cama alta puede ser una solución perfecta para poner un escritorio en la parte inferior sin restar espacio al dormitorio.
También puede ser la manera de despejar el espacio de la habitación poniendo una cama sobre la otra o creando un pequeño “salón” en la parte de abajo. Las soluciones son infinitas, solo necesitas tener techos lo suficientemente altos para que el espacio no se vea muy abigarrado.
Elige una cama con varias funciones
Las camas infantiles nos pueden ofrecer muchas posibilidades desde el punto de vista funcional. Las camas nido, por ejemplo, nos dan la posibilidad de contar con una segunda cama en su habitación por si alguna noche están malitos y queremos estar a su lado o, cuando todo vuelva a la normalidad, invitar a un amigo a dormir.
Otra función que nos pueden ofrecer es el almacenaje. Con cajones debajo de sus camas podemos ganar un espacio extra para almacenar su ropa o la ropa de cama. Hay camas nido que además ofrecen también esta posibilidad. Hay otras posibilidades como las camas extensibles que crecen a la medida que lo hacen los niños o un simple colchón plegable que nos puede sacar de apuros con pequeños invitados y que sirve de día como asiento.
Estudiar también es divertido
Muchos hogares han tenido que improvisar un espacio de estudio para los pequeños de la casa durante estas semanas. Igual es el momento de dedicarle algo de atención a esta función que parece que ahora va a ser más habitual en sus vidas.
Hay soluciones sencillas y asequibles para todas las edades que además de dar respuesta a esa funcionalidad, les ayudarán a concentrarse y crear hábitos de estudio: desde escritorios con cajoneras para tener organizados todos sus materiales, hasta mesas regulables en altura para que crezcan a medida que ellos lo hacen, sin olvidarnos de sillas ergonómicas en las que se sientan cómodos mientras estudian.
Eso sí, es importante que el escritorio esté customizado a su gusto a través de complementos, tableros o pequeños estantes para que sea un rincón en el que les apetezca pasar tiempo.
Las luces son mágicas y cuentan historias
La iluminación tiene una increíble capacidad de transformar los espacios y dotarles de calidez. Con una simple lámpara en forma de corazón, flor, estrella o nube, la habitación infantil se llenará de magia y potenciará la imaginación de los más pequeños. Además, si algún niño tiene una noche miedo o pesadillas seguro que será una buena aliada.
Pequeños toques de personalidad
Otra manera fácil de renovar el dormitorio infantil es a través de elementos que permitan a los pequeños expresar su personalidad. Desde paneles en los que hacer un collage de cosas que le gusten, hasta estantes de diferentes formas para exponer sus tesoros o sus obras de arte.
Territorio adolescente: no pasar
Los adolescentes tienen diferentes necesidades a las de los niños, pero quizá la más destacable es su necesidad de intimidad. Les encanta pasar horas en su dormitorio, que se convierte en el “refugio” en el que desarrollan muy diferentes actividades además de dormir: estudiar, escuchar música, jugar a videojuegos, disfrutar de sus hobbies o chatear con amigos.
Por eso es clave que su espacio sea funcional y flexible para poderse adaptar en cada momento a actividades diferentes. Además, es importante que puedan expresar su personalidad en él y crear un “mundo propio”, una especie de “hogar dentro de su hogar” en el que vean reflejados sus gustos y aficiones.