Cómo decorar un salón sin personalidad para conseguir un estilo cálido y acogedor

Si crees que un sofá blanco no aporta nada en la decoración de tu salón ¡introduce el color! Es lo que ha hecho aquí la interiorista Natalia Zubizarreta al elegir estos sofás en un gris azulado poco saturado para no cansar. Optó por un modelo más contemporáneo: con reposabrazos finos y patas vistas oscuras. Junto a las butacas beige actualizan y dan carácter a este salón, antes falto de personalidad.

Hacer del "defecto" virtud es otra buena manera de decorar un salón sin personalidad. En este de la imagen, dos son los elementos protagonistas: la chimenea por un lado y el desnivel, por otro. Ambos ya estaban en la casa antes de la reforma y se decidió respetarlos. Las interioristas Marta Noguera y Malena Maldonado actualizaron la primera y rehabilitaron la librería en la parte alta donde dispusieron una zona de trabajo en la que disfrutar de las vistas al jardín. 

Con una pared de piedra así, este salón tenía un buen punto de partida. Y qué mejor que llamar su atención con un mueble de enjundia: una maravillosa librería pintada de blanco que se utiliza para exponer distintas piezas de cerámica y cristal. Gracias a ambas el salón neutro ganó en personalidad.

Podríamos decir que las magníficas lámparas de araña son las que infunden personalidad a este salón pero, en realidad, es todo. Su distribución, la altura de sus techos decorados, sus sofás de líneas curvas, sus grandes ventanales, sus alacenas antiguas... No hay nada en él que deje indiferente. ¿El responsable de darle carácter a este salón doble? El interiorista Carlos Álvarez.

¿Qué tendrán los muebles antiguos que tanta personalidad consiguen dar a los salones? Posiblemente su original diseño y la historia que se intuye detrás. Este salón blanco y luminoso, decorado por Estudio Boira, se personalizó con una cómoda heredada a cuya belleza se le suman buenas vibras.

Aquí fue una cómoda, pero iguales sensaciones tendrás si le añades a tu salón una librería, un aparador o una alacena de otras épocas. Combinada con muebles modernos dará charme a tu salón.

Exclusividad y personalidad van de la mano. Si lo que buscas en tu salón es diferenciarlo de cualquier otro, apuesta por muebles únicos como este de roble, hecho a medida, que cubre toda una pared. Su diseño es de Sergi Pons Architect y es capaz de albergar libros y la chimenea y de ocultar la televisión y el aire acondicionado. El resto del salón comedor gira en torno a él.

Disponer de luz a raudales y vistas maravillosas hacen que la decoración interior luzca más. Y si no fíjate en el salón de esta casa prefabricada cuyos impresionantes ventanales son todo un espectáculo. Gracias a ellos, se disfruta más de la calidez de la madera, del ambiente sosegado y de esa sensación de vivir de cara al exterior. Deulonder Arquitectura Domèstica puso la guinda al elegir un mobiliario sencillo y acogedor en blanco, beige y gris.

Además de los originales cuadros en blanco y negro y las ventanas con cuarterones, este salón destaca por su deliciosa butaca tapizada en capitoné en rosa empolvado. Ella, la planta XL a su trasera y la mano de la estilista Carmen Figueras han sido capaces de darle vida, frescura y personalidad a este salón antes impersonal.

Si tu salón cuenta con elementos estructurales clásicos, como arcos, columnas, bóveda catalana, techos altos... ¡vale la pena conservarlos porque dan mucho juego! Es lo que ocurrió en este salón rematado en forma circular y con espléndidas vidrieras de color. La interiorista Gemma Gallego les sacó provecho haciendo un magnífico mirador con una amplia zona de trabajo. La decoración en blanco y madera hizo el resto. Ahora ya no es un salón sin personalidad. ¡Todo lo contrario!

Confiar la decoración del salón a los tonos neutros es garantía de éxito pero a veces el resultado puede ser anodino. Para dinamizar la estancia están los complementos: unos cojines vistosos, una alfombra poderosa o un cuadro sugerente cambiarán por completo su apariencia. Tal y como pasó en este salón decorado por Bárbara Serra. En él, un llamativo cuadro es capaz con sus alegres colores de llenar la estancia de energía y personalidad.