¿Cuántas veces has mirado con recelo el pasillo de casa acusándole por lo bajini de ser un "robametros"? Quien dice pasillo dice descansillo o distribuidor. Es una realidad: a las zonas de paso les precede la mala fama. ¡Y nada más lejos de la realidad! A veces basta con aparcar los prejuicios y mirarlas con otros ojos para descubrir sus posibilidades. Quién sabe, quizás donde solo había un pasillo ves la posibilidad de planificar un armario (que nunca está de más en casa...).

Más espacio para guardar

¿Quién no recuerda los altillos? En pasillos de techos altos era habitual planificar un altillo para guardar ropa de otra temporada, objetos que no se usaban en el día a día... Aunque es una opción que ha caído en desuso, pone de manifiesto la voluntad de convertir las zonas de paso en un espacio útil de casa, y no solo de tránsito o de paso, como indica su nombre.

- Un armario extra. Es una muy buena alternativa en la misma línea que el altillo, pero sin necesidad de rebajar el techo. Para que sea cómodo y puedas pasar sin problemas, se recomienda solo en pasillos amplios, de más de 130 cm de ancho. Llévalo hasta el techo, así ganarás más espacio para guardar. Y píntalo a juego con las paredes para que pase desapercibido. Valora cerrarlo con puertas correderas, aunque es una opción más cara que las batientes.

- Una librería muy capaz. Te bastará con un fondo de unos 30 cm. De suelo a techo será más completa y si los estantes son regulables podrás variar la altura según los libros que guardes. Si no quieres que los ejemplares estén a la vista, plantéate cerrarla con paneles móviles.

Nuevos usos a rincones en desuso

¿Tienes un distribuidor amplio desaprovechado? Si está cerca de la entrada, puedes aprovecharlo para habilitar un espacio para descalzarse al llegar a casa. Te bastará con un banco o banqueta y un pequeño mueble con cajones a modo de zapatero. Complétalo con una alfombra para que sea más agradable. Además, es un buen recurso para delimitar visualmente el espacio.

- Un agradable rincón de trabajo. Otra opción muy práctica, sobre todo si sueles llevarte trabajo a casa. Aprovechar el hueco de la escalera o un descansillo entre dos tramos de escaleras para este fin es siempre un acierto, ya que le das un uso a un espacio que, de otro modo, estaría desaprovechado.

Para crear un rincón de trabajo de mínimos, no necesitas mucho: será suficiente con una mesa y una silla confortable. Elígela sin brazos, así cuando no la uses podrás recogerla debajo de la mesa hasta prácticamente no restar espacio. Para que la mesa sea cómoda se recomienda que mida 1 metro de fondo, pero si solo vas a consultar papeles, con unos 70 cm tendrás suficiente. Los escritorios tipo buró que cuentan con una tapa son un recurso doblemente práctico. Por un lado, son piezas que por sí solas decoran cualquier rincón, y por otro, cuando no estás trabajando, basta con cerrarla para que el contenido quede oculto a la vista.