El nuevo proyecto de Araceli Sánchez, dando vida a una cocina pequeña de un adosado con decoración antigua, colores oscuros y suelos muy desfasados, fue toda una ilusión para ella. En cierto modo, el cambio era fácil. No obstante, quiso jugar con su distribución, consiguiendo así dar a este espacio de tan solo 7 metros cuadrados, mucha claridad y amplitud. "Este proyecto me hizo mucha ilusión desde el principio, ya que nada más entrar, vi la de posibilidades que tenía", comenta la interiorista. 

A través de su estudio, Inicia Técnica, se puso manos a la obra, convirtiendo a la cocina en la protagonista de toda la vivienda. Al comunicar con el salón y el comedor, permitía a sus propietarios estar cocinando al mismo tiempo que charlaban con su familia o amigos. ¿La clave del cambio? Colocar unas puertas correderas de cristal que, junto con el ventanal del hall, potenciaron la luz natural y por consiguiente, esa sensación de ambiente más diáfano. ¡Te enseñamos el resultado!

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