Adiós zonas de paso: por qué recibidores y pasillos tienen cada vez menos presencia en las casas modernas (y pequeñas)
Una nueva distribución, viviendas más pequeñas y un concepto de vida más abierto han hecho, entre otras cosas, que pasen de espacios clave a desaparecer o a perder autonomía. ¡Descubre cómo son ahora!
La decoración está conectada a las personas, sus casas y su forma de vida. Por lo tanto, en un momento en el que las viviendas son cada vez más pequeñas y se apuesta por eliminar los límites tanto en el interior como con el exterior, los recibidores y pasillos empiezan a perder su papel como eje vertebrador.
La necesidad de aprovechar los metros disponibles, apostar por la apertura y establecer una comunicación fluida entre las distintas estancias, hace que las zonas de paso adopten otras funciones y se incorporen de otra manera a la vivienda, logrando en esta transformación mayor sensación de espacio, luz y unidad visual.
Eso sí, esto implica perder por el camino, en la mayoría de las ocasiones, un valioso espacio para guardar. Estas nueve propuestas son toda una inspiración si estás pensando en eliminarlos, aunque sea parcialmente, de tu casa y de tu vida.
Esta solución diseña un recibidor XS con armario para los abrigos
Fernando Bedón / El Mueble
Mucho más que un pasillo
O mucho más que un recibidor. Esta propuesta resulta ideal para casas pequeñas que no quieran prescindir ni del recibidor ni de su capacidad de almacenaje, pero tampoco buscan una entrada al uso.
De esta manera, se crea una especie de pasillo abierto al salón, donde el panel de lamas de madera configura este espacio, manteniendo la comunicación entre ambos. Además, las dimensiones permiten un armario empotrado, muy práctico para abrigos y chaquetas.
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El perchero de pared soluciona el problema de los abrigos y el bolso
El Mueble
El comedor es la primera impresión
Abres la puerta y... ¡sorpresa! el comedor te da la bienvenida, sin necesidad de espacios intermediarios. Esta solución es perfecta en casas de pocos metros donde los tabiques pueden abigarrar y obstaculizar el paso de la luz.
Además, esta propuesta no pierde su lado práctico, ya que cuenta con un perchero de pared, detrás de la puerta y el aparador del comedor, puede hacer las veces de consola para dejar las llaves o el móvil.
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Gracias a ellas no hace falta un pasillo comunicador
Directora Creativa
Dos cristaleras que vertebran y separan
Está comprobado, los pasillos pierden sus privilegios cuando los metros son un problema o las estancias difuminan sus límites. De esta manera, es preciso buscar soluciones que ayuden a vertebrar el espacio y a comunicar estancias sin saltos y de la manera más cómoda posible.
Aquí dos cristaleras de inspiración retro separan el comedor del salón, por una, y del dormitorio, por otra. ¿El resultado? Funcional, fácil y decorativo.
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La palillería, además de comunicar espacios, resulta muy decorativa
El Mueble
Con listones de madera
Si quieres dividir, pero sin perder la conexión, los listones de madera vienen al rescate, ya que logran separar, pero dejando pasar la luz, el aire y las vistas. Sin olvidar, el decorativo efecto que crean.
En este caso, el recibidor mantiene su función de entrada y eje vertebrador, pero no como una estancia ajena y solitaria, sino como parte de la casa, concretamente del salón.
Y lo hace con los brazos abiertos a la estancia principal de la casa
El Mueble
La cocina da la bienvenida
En las casas donde se elimina el recibidor suele ser común abrirlo al salón o a la cocina, como ocurre en esta propuesta. Donde la entrada, con perchero detrás de la puerta, crea una especie de pasillo, situándose la cocina a la izquierda.
Esta solución no solo resulta muy práctica, sino que proporciona una bienvenida cálida e informal, que hace que te sientas en casa al instante. La alfombra, la luz y los colores también contribuyen a este efecto. Fíjate también en la puerta con una parte fija de cristal.
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Una corredera de cristal comunica el salón con el despacho
El Mueble
Un salón bien comunicado
Las distribuciones modernas apuestan por abrir la casa tanto hacia dentro como hacia fuera. Y en esta nueva concepción, los clásicos pasillos ya no vertebran las diferentes estancias.
En este caso, el salón se comunica con el despacho mediante una preciosa corredera de cristal en forma de arco. Una solución muy práctica, ya que abierta amplía los metros y da profundidad y, al cerrarse, mantiene la independencia, sin perder sensación de amplitud ni luz.
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Para lograr mayor sensación de unidad deben compatir decoración y pavimento
El Mueble
Una entrada abierta al salón
Otra buena idea es abrir el recibidor a otra estancia, normalmente el salón o la cocina, para que mantenga su función de entrada y recibimiento, pero sin perder la conexión con el resto de la vivienda.
En esta propuesta se abre al salón, lo que amplía los metros de este al instante, al mismo tiempo que permite que la luz circule libremente. ¡Todo un logro! En estos casos es importante que se use la misma decoración y pavimento, para lograr mayor sensación de unidad.
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La consola de la entrada brinda una superficie extra al salón
El Mueble
Un recibidor con más usos
En casas pequeñas, donde cada centímetro cuenta, cerrar el recibidor es un privilegio que no pueden permitirse. Por eso, no solo se deja abierto o se integra a una estancia, sino también se le puede dotar de más usos, como en esta propuesta.
De esta manera, la consola de la entrada, con el perchero en la pared, puede actuar como superficie de apoyo al salón y favorecer una bienvenida menos brusca. Además, como se trata de un recibidor abierto al salón, los metros crecen por arte de magia.
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El paso de una estancia a otra se produce sin sobresaltos
Stelle Rotger
Con tabiques de cristal
Una buena manera de comunicar, sin perder autonomía son los tabiques de cristal. Esta tendencia de decoración, que triunfa en las casas actuales, crea, además, sensación de amplitud y hace que la luz no encuentre barreras a su paso.
En este caso, se han colocado dos paneles fijos acristalados a los lados y se ha dejado el huecocentral abierto, más ancho que una puerta. Esto facilita el paso y crea una transición que apenas se nota. El suelo, como no podía ser de otra manera, es el mismo.