Las telas de fibras naturales tienden a arrugarse (lana, lino, algodón…). Las sintéticas no tanto (poliéster o lycra). Las primeras son confortables y cálidas, gustosas al tacto y a la vista. Las segundas algo menos. Si bien es cierto que hay algunas telas sintéticas como la viscosa o el rayón muy conseguidas que se asemejan bastante a un visillo vaporoso de algodón.

El poliéster, por ejemplo, es un tipo de resina plástica que se obtiene del petróleo a través de una sucesión de procesos químicos. De su polimerización se obtienen las fibras usadas en las telas. La lycra es una fibra de elastano sintético que puede estirarse hasta seis veces su longitud y volver a su estado original una y otra vez.

Así, para lograr un equilibrio y aportar a las fibras naturales algunas características que no tienen, es frecuente verlas mezcladas en su composición con un porcentaje de fibra sintética o artifical (lee la etiqueta, la más usada es el poliéster). También, como hemos visto en el artículo, hay tratamientos o acabados mecánicos o químicos a los que se puede someter un tejido para hacer que no se arruguen tanto, que es lo que nos preocupa aquí.

"Aunque hoy en día los tejidos de poliéster han mejorado mucho, siempre queda mejor mezclado con fibras naturales porque brilla menos". Beatriz Gancedo

Y si ya tienes una tela con tendencia a arrugarse, este truco de lavado te va a gustar: hazlo siempre en agua fría y no centrifugues.