No busques en las revistas de decoración recibidores en donde salgan cuadros de luces. Apenas existen y no es porque no haya en las viviendas -haberlos, haylos—, lo único es que no se fotografían, como tantas otras piezas o rincones de la casa que desaparecen en las fotos, bien por la propia autocensura de interioristas o estilistas o por la magia inequívoca del Photoshop. ¿O creías que este programa solo servía para borrar la celulitis de las famosas en las revistas de moda o Instagram?
Nos hemos preguntado el por qué de esas decisiones, qué es lo que les lleva a unos y otros a eliminar —casi desdeñar— aparatos, muebles, instalaciones o zonas habituales en todas las casas. Las interioristas que aparecen en este artículo han desmenuzado pormenorizadamente su trabajo para contarnos cuáles son los objetos non gratos en sus producciones y sus motivos para ignorarlos. Ya solo por eso, les damos las gracias.
En el recibidor, ¡ojo a las instalaciones!
Si tuviéramos que enumerar los objetos poco o nada agradecidos estéticamente en este espacio lo encabezarían el perchero y el cuadro de luces. "En muchos casos nos encontramos con un mueble en la entrada que es como el vaciabolsillos general de toda la familia —señala la interiorista y estilista Mónica Garrido—. Hay casas que tienen un banquito o unos cestos para dejar los zapatos al entrar, una idea estupenda sí, pero ni uno ni otro son fotogénicos y dan sensación de orden. Es ahí donde tenemos que actuar". En la imagen superior un proyecto de recibidor firmado por Mónica.
"Lo mismo ocurre con el perchero —continúa la interiorista— que suele estar pensado para las visitas y, sin embargo, toda la familia va dejando abrigos, bolsos, mochilas... hasta casi caer por su propio peso. Y, por supuesto, el temido cuadro de luces: algunos tienen un diseño sencillo que te permite empapelar o pintar mientras que otros, grandes y con formas curvas, son imposibles de disimular, así que intentamos no enseñarlos".
A la interiorista Pía Capdevila le gusta mostrar todo lo que incluye sus proyectos "porque es parte del día a día de mis clientes y sus necesidades adaptadas a su hogar. Es cierto que hay detalles que intentamos disimular pero ¿por qué no fotografiar un cuadro eléctrico si se ha resuelto de forma creativa? —afirma la interiorista.
En el salón, ni tele ni enchufes
Una de las piezas más problemáticas a la hora de fotografiar un salón es la televisión. "Pensamos en cómo ubicarla y exponerla para que además de ser funcional sea estética, así es como un buen interiorista demuestra su habilidad profesional" —apunta Pía—. Afortunadamente ya hay soluciones para ocultarla. En uno de sus proyectos —en la imagen inferior—, Pía diseñó un panel corredizo en la estantería, tipo boucherie, que esconde el aparato cuando está apagado o la librería, si la tele está encendida.
La interiorista Natalia Zubizarreta confiesa que también tiende a crear muebles para esconderla, aunque en otros salones se ve, como el de la imagen inferior. "No es la foto que más nos gusta pero entendemos que tiene que estar integrada en el salón. Más que nada es por un tema de "ruido visual" porque normalmente la televisión es una mancha negra muy grande que rompe con el resto. Nos pasa lo mismo con los altavoces y las mini cadenas, intentamos ocultarlos".
Además de la televisión, la interiorista Mónica Garrido apunta un par de objetos más que modifica en sus proyectos: "A la televisión le ocurre lo mismo que a las chimeneas: en la foto se ven como un agujero negro, poco atractivo. Para la primera, lo mejor es ocultarla con un mueble bien pensado y para la segunda, optamos por mostrarla encendida", como hizo en esta chimenea que se muestra en la imagen inferior. También las verás llenas de cestas o de velas que le dan claridad. ¿Más elementos que Mónica elimina o sustituye en el salón? "Los cuadros con cristales o fotos en pared impresas en soportes brillantes. En las estanterías trato de evitar los libros con lomos muy oscuros para lograr que la estancia fluya sin elementos que distorsionen la imagen general".
Otro de los objetos que produce ese "ruido visual" del que hablaba Natalia son los recuerdos familiares y souvenirs. "Sí, por ejemplo, ese recuerdo de Cuba que es un señor tocando los bongos en plena estantería, a mí no me gusta y, por tanto, no sale en la foto", afirma Nataliza Zubizarreta. Del mismo parecer es la arquitecta e interiorista Mª José Navarro que asegura "en esta zona de la casa suelo ocultar los objetos personales del dueño o inquilino: figuritas de porcelana, recuerdos de viajes, fotos de boda o comunión, que aunque tienen un gran valor sentimental, su encanto estético es poco o ninguno". "Las fotos de boda son un recuerdo para marquito pequeño —apostilla Natalia—, si no me chirrían˝.
Rejillas de ventilación, aparatos de aire acondicionado, enchufes y cables son elementos que no verás mucho en las fotos de decoración por que interfieren en esa uniformidad y "limpieza visual" que se busca en los espacios. ¡Aquí, el Photoshop obra milagros! "En la zona de trabajo, o el despacho si lo hay, es importante esconder los cables de los aparatos electrónicos, el router, la impresora, los cargadores... —afirma Mª José Navarro—. Son elementos fríos que restan calidez a la estancia y no aportan orden".
En la cocina ¡no existe el cubo de la basura!
En todas las estancias hay elementos funcionales, y en la cocina más, pero algunos resultan poco estéticos, a ojos de los profesionales de la decoración. "Los utensilios y aparatos de cocina como la batidora, la cafetera o la sandwichera, a no ser que sean de diseño, quedan fuera del reportaje —confiesa Mª José Navarro—. También evito que aparezcan todos los utensilios de limpieza, como la escoba, la fregona, estropajos y bayetas, el cubo de la basura...".
¡¡¡¡Ay el cubo de la basura, va de retro!!!! Sí, porque este es quizá uno de los mayores quebraderos de cabeza para las profesionales de la estética decorativa. "Tienes que sacar el cubo vacío claro, porque no vas a enseñar que los seres humanos generamos deshechos"—comenta irónica Natalia Zubizarreta. Pía Capdevila evita los cubos de basura si no están cien por cien integrados en el espacio, como en la cocina de la imagen inferior firmada por ella.
"En la cocina el único electrodoméstico que mostramos es el horno —apunta Eva Mesa, de Tinda's Project— mientras que el resto, como nevera, lavavajillas o microondas intentamos panelarlos para integrarlos completamente en el mobiliario. Nos gustan las encimeras limpias sin pequeños electrodomésticos a la vista, para ellos intentamos crear almacenaje cómodo y práctico, pero oculto. El lavadero es una zona de la cocina que no solemos fotografiar a no ser que tenga una solución muy original".
"Siempre ocultamos los termostatos, la rejilla del aire acondicionado o la de encima del horno, el interruptor de la luz que se nos ha colado en la foto y nos rompe la composición... A nivel instalaciones, borramos muchas cositas en Photoshop" —reconoce con sinceridad Natalia Zubizarreta.
Junto a pequeños electrodomésticos y estropajos, Mónica Garrido suma otros elementos poco atractivos. "Los enchufes en el frente de la cocina a veces son demasiado protagonistas e intentamos evitar alguno tapándolo con tablas de madera o bandejas colocadas en vertical. La terraza del tendedero, que suele estar en la cocina, es otra de las estancias que no solemos enseñar. Aunque esté muy bien pensada, nunca es lo suficientemente atractiva".
En los dormitorios hay mucho de postureo
Si cuando abres una revista o mientras ojeas Instagram siempre te maravillan lo bien que están ordenados los armarios roperos, que sepas que son el resultado de un arduo trabajo de estilismo. "Aunque hoy en día casi todos vamos aprendiendo a tener un armario ordenado, es muy frecuente intentar fotografiar un interior y empezar cambiando perchas para que sean todas iguales y añadir accesorios que ayuden a ordenar" —señala Mónica Garrido.
"Nunca sacamos vestidores de verdad porque generan desorden visual. Tratamos que sean cromáticamente suaves que se integren en el interior, como el de la imagen superior. Eso es postureo, lo admito —comenta Natalia Zubizarreta—. Con los zapatos ocurre lo mismo, sacamos unos pocos como muestra la foto de más abajo, un proyecto mío. Realmente existe un pudor por mostrarlos. Ver una foto con zapatos expuestos genera casi mal olor".
Otros caballos de batalla en los dormitorios son los enchufes, marcos de fotos y símbolos religiosos. "En el dormitorio principal solemos encontrar enchufes encima de las mesillas de noche, que si bien son súper prácticos, lo cierto es que no son especialmente fotogénicos —explica Mónica Garrido. En muchas ocasiones los disimulamos con un jarroncito de flores. Y por supuesto, eliminamos fotos de familia, peluches de cuando los dueños eran pequeños, crucifijos... Intentamos de alguna forma "despersonalizar" la estancia para que un mayor número de lectores se sientan identificados con el espacio".
"En el caso de los dormitorios, más que ocultar intento que las colchas, mantas y cojines estén bien planchados y colocados —afirma Mª José Navarro— para que se vea una estancia más agradable y apetecible y prescindo de pequeños objetos personales, como marcos de plata con fotos de boda".
¿Y en los dormitorios infantiles? "Aquí —apunta Mónica— descongestionamos de juguetes y libros para que se vean más atractivos, como el de la imagen superior. En cuanto a la ropa de cama es muy gracioso. Los niños se empeñan en tener a súper héroes o heroínas en sus edredones o nórdicos y no entienden que tengamos que sustituirlos por textiles más tranquilos para lograr una estancia más fresca y relajada".
En los baños, el papel higiénico y el bidé son tabú
Y, por último, repasamos cómo se muestran los baños y qué elementos desaparecen casi por arte de magia de las fotos publicadas. Si en la cocina, el coco era el cubo de la basura, en el cuarto de baño son el papel higiénico y el bidé, a partes iguales. ¿Curioso, verdad?
"Siempre, siempre oculto la escobilla, el papel higiénico y la pasta de dientes —cuenta Mª José Navarro—. Todos los utilizamos pero no son demasiado fotogénicos". Este diseñado por Mª José pertenece a la bloguera @Balamoda.
"Hay un tema tabú en los cuartos de baño —confiesa Natalia—y es el triángulo formado por inodoro/bidé/duchita verde (esa que se pone a veces para sustituir el bidé). Existe un enorme pudor por enseñarlos. Parece que las personas no tenemos necesidades fisiológicas, es como enseñar el michelín en la foto de Instagram. Y, por supuesto, nunca vas a ver en la foto de un baño ni papel higiénico ni productos de higiene femenina".
"En los baños no suelo fotografiar los bidés, si los hay —afirma tajante Pía Capdevila—. Personalmente es una pieza que no me gusta˝. Mónica Garrido se fija más en la parte del lavabo, "los cepillos eléctricos son uno de los elementos que eliminamos según entramos en el baño para fotografiarlo. Esponjas, cepillos y botes o están ordenados con criterio y por conjuntos en un soporte atractivo o directamente los sustituimos por otros para que la estancia se vea realmente vivida. Tampoco enseñamos las perchas con albornoces, resulta más atractivo ver una toalla de ducha por la caída que tiene". Fíjate en este de la imagen, con qué sutileza Mónica ha ocultado el enchufe con un jarrón de flores.
Para concluir, una última reflexión de Natalia Zubizarreta. "Parece que los seres humanos somos máquinas perfectas, robots maravillosos. Así que igual tengo que plantearme mejor este tema y aportar algo de realismo en todo esto. Me ha dado mucho que pensar". ¿Y tú qué opinas? ¿Apuestas más por la estética o por mostrar las cosas tal y como son?