Un año más, el verde oliva vuelve a protagonizar la decoración de nuestra casa. Este atemporal color sube como la espuma cuando llega septiembre, quedándose en nuestros hogares durante meses. Y es que su toque fresco –no deja de ser un color frío– queda genial con la madera y contrasta con ella, así como con los tonos suaves en blanco o beige. Pero el verde oliva también se caracteriza por su matiz cálido, perfecto para esa época en la que bajan las temperaturas, haciendo la mejor pareja con los tonos terrosos, como los arenas o terracotas. Y su versatilidad no solo se deja ver en grandes casas. El verde oliva puede lucirse con mucha elegancia en pisos pequeños, en los que los metros escasean y encontrar trucos que amplíen el espacio visualmente es una prioridad. Y este color puede ayudarte a ello, convirtiéndose en el punto focal y dando vitalidad y carácter a la decoración. ¡Lo demostramos! Descubre los mejores consejos para decorar un piso pequeño con el color de moda.