Nos encantan. Ver cómo los profesionales transforman una casa, los hándicaps a los que se enfrentan, pero sobre todo el resultado. ¡Parece taaaan fácil!, ¿verdad? Pues no es oro todo lo que reluce y detrás de estos programas de reformas hay muchas cosas que no se ven. ¡Y es que la cámara apunta donde quiere (y cuando quiere)! Te desvelamos cuáles son los mitos y mentiras más habituales de estos programas a los que –reconozcámoslo– estamos todos un pelín enganchados. ¡Vamos allá!
1. Reformar es un proceso sencillo
Aunque los hermanos Scott hacen que todo parezca muy fácil no lo es tanto. Si lo fuera, ¡reformaríamos nuestras casas continuamente! Y es que, ya sean los gemelos más famosos de la tele o la decoradora Hilary Farr y el agente inmobiliario David Visetin (los de Vancouver de 'Tu casa a juicio'), parece que una reforma es como un agradable paseo por el campo. ¡Pues todo lo contrario! Piensa que en unos 30 o 60 minutos ves cómo se transforma una casa por completo, pero en realidad son reformas que llevan varias semanas y en las que trabajan muchas personas. Y eso en las casas de Norteamérica. Aquí, en España, ese tipo de reformas llevan bastante más tiempo.
2. Reformar es barato
La mayoría de veces, en estos programas, vemos felices familias que buscan más espacio, más versatilidad y, sobre todo, más comodidad en su hogar. ¡Y eso cuesta dinero! Hasta los detalles más nimios suman en el presupuesto final. Mira cuánto cuesta una reforma integral.
3. Puedes hacerlo tú misma
A ver, no es lo mismo dar una nueva vida a un mueble reciclado que cambiar tú solita las puertas de interior de tu casa. Si no eres demasiado habilidosa con el martillo, no te dejes engañar: no lo vas a hacer nunca. Y si lo haces, tendrás que terminar por contratar a un profesional. El resultado es mejor y los quebraderos de cabeza muchos menos.
4. Aunque dos productos parezcan iguales, no tienen por qué ser iguales
Al reformar una casa, la calidad de los materiales es fundamental. Cierto que ahora hay réplicas y muchas opciones low cost, y son opciones estupendas para la decoración y amueblar la casa, pero cuando hablamos de los productos que van a estar ahí años, fíjate bien en que sean de calidad. Puede que dos grifos parezcan iguales, pero el precio, calidad y material con el que están hechos determinarán si tendrás que cambiarlo en 5 años o en 20.
5. La mejor oferta es la más baja
En estos programas de reformas, vemos que los contratistas tan solo ofrecen una opción para reformar un mismo espacio. Y en la realidad no es así. Lo habitual es que pidas presupuesto a varios contratistas y a partir de ahí decidas cuál te conviene. Si el resultado parece similar, nunca te decantes por la opción más económica, ya que a la larga te saldrá caro. Y es que es fundamental contar con materiales de calidad y profesionales cualificados.
6. Las reformas siempre se retrasan
Lo hacen en los programas de la tele para crear expectativa en el espectador. Pero en el mundo real, un contratista no quiere sobrepasar las fechas estipuladas en el contrato. Y es que, cuando se hace una reforma, se estima cuál será el tiempo de ejecución y esos retrasos pueden suponer una penalización para el constructor. Además, que lo normal es que quieran terminar cuanto antes para pasar al siguiente proyecto. Una situación diferente es cuando se solicitan cambios que no figuraban en el proyecto original, que además de alargar la obra, la encarecerá.
7. En una reforma siempre se gasta de más
Falso. A no ser que, como en el caso anterior, se te antoje algún cambio que no figura en el proyecto acordado. ¿Cómo evitarlo? No dejando nada al azar y revisando cuánto dinero vas a destinar a cada partida y ajustarte a ello. Si para reformar el baño tienes de presupuesto unas baldosas de 10 €/m2, después evita fijarte en las que superan ese precio.
8. En una reforma hay que elegir entre la seguridad y el diseño
Solo si no has planificado una reserva de más o menos un 10% del presupuesto para extras o imprevistos. Tanto una casa nueva como antigua puede dar alguna sorpresa inesperada: plagas, fugas o problemas ocultos que no se descubren hasta que no se pica la pared o el suelo. ¿Consejo? Destina una parte del presupuesto a gastos imprevisibles. Lo agradecerás y no tendrás que modificar ninguna de las partidas.
9. Las ideas surgen sobre la marcha
Olvídate de 'a ver cómo va quedando y ya decido'. Eso solo multiplicará el presupuesto y los tiempos de ejecución. Y, seguramente, el resultado no sea tan satisfactorio como pensabas. Siempre es mejor una buena planificación que ir improvisando.
10. Lo más importante son los adornos
Pues tampoco. Aunque estas casas de los programas terminan siendo de lo más chulas y acogedoras, unos buenos cimientos son básicos. No te dejes engañar por las apariencias y comprueba las credenciales de todas las empresas que has contratado. Puede que su página web sea la más bonita que has visto, pero lo importante son sus resultados. ¿Tienen licencia? ¿Cómo trabajan? Habla con otros clientes que te den su opinión y busca otros proyectos en los que hayan trabajado antes de decidirte.
11. Una reforma es divertida
Puede que los hermanos Scott la hagan divertida. Si no fuera así, ninguno veríamos sus programas. Pero la realidad es completamente otra. Una reforma es larga, en ella surgen imprevistos y supone un gran ejercicio de comunicación entre proveedores, constructores, interioristas y demás equipos. Y esto cansa. Sin embargo, si el resultado es de diez, no habrá mayor recompensa que ver lo bien que ha quedado tu casa.
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