Las 12 librerías más bonitas de la revista El Mueble que harán que se dispare tu pasión por los libros

Cuando las librerías, ya sean de obra o modulares, tienen un tamaño considerable, que muchas veces resulta imponente, se convierten en uno de los elementos más destacados en la decoración del salón. Las librerías de obra tienen muchas ventajas: quedan integradas en la pared, y se adaptan perfectamente al estilo imperante en el espacio, como ves en el ejemplo de la imagen.

Esta librería ocupa toda la pared, desde el suelo hasta el techo, y tiene huecos de diferentes medidas para acoger todo tipo de libros, grandes y pequeños. Están diseñados en vertical, lo que potencia la altura de la estancia.  La librería es un diseño a medida de la interiorista Neus Casanova. Es blanca, del mismo color de la pared, por lo que queda bastante integrada en el espacio.

La librería de este salón combina la madera con el hierro, en una marcada estética industrial. La estructura es de hierro y las baldas son de roble. Es un diseño de la interiorista Meritxell Ribé, una estantería moderna y muy decorativa. Junto con la butaca, la librería compone el rincón de lectura perfecto. La chimenea añade elegancia al espacio y la alfombra redonda potencia la sensación de confort.

Cuando no hay una pared libre en el salón para instalar una estantería en la que colocar los libros, hay que agudizar el ingenio y rentabilizar al máximo el espacio disponible. Como en la estancia de la foto, en la que se colocaron dos librerías idénticas a ambos lados de la puerta y una balda en la parte superior. Para integrarla y aligerar su impacto visual se pintó del mismo color de la pared y de la propia puerta, con lo cual el resultado es muy equilibrado.

En ocasiones se busca que la librería se mimetice con el espacio y, en otras, lo que queremos es que destaque, que su presencia se haga patente. Para lograrlo es buena idea crear un contraste entre la librería y el fondo, como en la imagen. La estantería blanca destaca sobre la trasera de color verde oliva, creando un recurso superdecorativo que añade carácter e interés visual al espacio. ¡Nos encanta!

En este amplio y luminoso salón, la simetría juega un papel fundamental, tanto en la distribución del espacio como el diseño. La chimenea marca el punto central y, a ambos lados, se disponen sendas librerías empotradas y dos sofás chéster de cuero idénticos. Para dotar al espacio de más calidez, las estanterías son de madera clara. Tienen, además, poco fondo, pero son perfectas para colocar los libros. Ten en cuenta que con 25 o 30 cm de fondo es más que suficiente para la mayoría de volúmenes.

En ocasiones, sobre todo cuando el espacio es reducido, se necesitan muebles ligeros que no pesen demasiado visualmente. Las librerías, además, suelen ser piezas voluminosas, por lo que es necesario buscar soluciones que resulten armónicas y livianas. Como esta estantería estrecha de hierro con baldas de madera. Va desde el suelo hasta el techo, pero no resulta pesada ni grande en exceso, gracias a su estructura ligera y a que va pintada de blanco. Recuerda que conviene anclar a la pared este tipo de muebles altos y ligeros para evitar sustos y accidentes.

Si, en lugar de instalar una estantería grande en el salón, prefieres colocar baldas voladas de un lado a otro de la pared, también puedes hacerlo, como en el salón de la imagen. El resultado es práctico y muy decorativo al mismo tiempo. Además de contar con espacio suficiente para colocar muchos libros, la balda más baja se ha elegido un poco más ancha y se ha dispuesto a la altura adecuada, ofreciendo así un espacio de trabajo de lo más versátil. Lo importante, en casos como este, es contar con los sistemas de anclaje adecuados para que los estantes volados soporten el peso.

Cuando tu pasión es la lectura, los libros colonizan cada hueco libre de tu casa. Así ocurre en el espacio de la foto, en el que se diseñó una gran librería a medida para la pared de la escalera. La responsable fue la arquitecta Clara de Castro, quien pretendía ganar más sitio para la biblioteca. Los libros forman parte, de esta manera, de la propia decoración de la casa. En estos casos, como en la mayoría de las librerías abiertas, el orden es fundamental.

Las librerías construidas de obra, normalmente con paneles de yeso tipo Pladur, tienen la gran ventaja de adaptarse al espacio como un guante, ya que son creadas específicamente para ello. Al llevar el mismo color y acabado de la pared resultan ligeras y suponen una solución más o menos definitiva para el salón, lo que las hace un poco menos versátiles. En la foto, la gran estantería de obra se combina con un aparador de anticuario y el resultado es genial.

Si te gusta leer, no debes renunciar a tener tu propio espacio de lectura, aunque los metros cuadrados no sobren en tu casa. Puedes crear un rincón muy cómodo y coqueto colocando una mini librería debajo de una ventana y poniendo junto a ella tu butaca favorita.

Debes tener en cuenta que ha de ser una librería estrecha (unos 25 cm de fondo son suficientes), para evitar que te robe demasiado sitio y facilitar el acceso a la ventana. Aunque el blanco (o algún otro tono muy claro) será siempre el color más adecuado, puedes elegir la trasera de madera clara, como el mueble de la foto, para crear un bonito contraste y ganar calidez.

¿Quieres una idea para conseguir una librería práctica pero también muy decorativa? Si vas a hacer un modelo empotrado puedes poner la trasera de espejo, como en la librería de esta imagen. No solo te ayudará a multiplicar la luz de tu salón pequeño, sino que es una idea muy decorativa que le dará a tu librería un aire diferente y especial.