Con cuarterones blancos para el salón Comunicar espacios, dotarles de luz y perspectiva son las claves principales a la hora de colocar un cerramiento acristalado. El interiorista Iñaki Mujica ha abierto una gran ventana de guillotina en el salón, sobre el sofá blanco, que se comunica con la cocina. Él ha optado por una perfilería ancha y blanca que multiplica la claridad de ambas estancias. Un color que va estupendamente con las paredes beis del estar. Sofá Alan, de Tema V. Mesa de centro, de Baladia & Valklein. Puf Pan, de Nasu. Lámpara de pie y mesas auxiliares, de Ambito. Todo, en Mujika Aramendi Decoración. Alfombra Kabra Siberia, de KP. En blanco, también para la entrada La estética elegante y señorial de esta puerta acristalada obligó a la interiorista Pía Capdevila a restaurarla y conservarla. Separa la entrada de la calle del recibidor . Como el techo y las columnas, Pía pintó el cerramiento de blanco, lo que agranda el vestíbulo y lo llena de luz. ¡Es lo que se dice una entrada triunfal! Alfombra, en Harley & Tissier. En blanco y semiabierto, en la cocina ¿Cuarterones rectangulares o cuadrados? Los arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar se han decantado por los segundos en esta cocina moderna abierta al salón. Han diseñado un cerramiento acristalado que mezcla paneles fijos con una ventana en guillotina. Esta abre o cierra la barra de desayunos, según se desee. Y en blanco, a juego con los techos, la barandilla de la escalera y la estantería creada bajo ella. Sofá diseño, de los arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar, tapizado con tela de Güell-Lamadrid. Cerramiento acristalado en negro, en la puerta de entrada Si tu casa cuenta con un jardín y mucha seguridad, puedes colocar un cerramiento acristalado en la misma puerta de entrada para dotar de luz al recibidor. Es lo que ha hecho en esta vivienda la interiorista Jeanette Trensig: rodear la impresionante puerta alistonada de madera maciza con un cerramiento acristalado liso y en negro que le da un plus de elegancia y personalidad. Mueble bajo recuperado. Espejo, en Mercader de Venecia. Alfombra, en Carolina Blue. Lámparas, en Cado. Un cerramiento acristalado liso y en blanco para el porche Tener un salón exterior en el porche es gratificante, pero si el clima no acompaña y no se va a aprovechar, lo mejor es cerrarlo. Es lo que pensó la interiorista Belén Ferrándiz en este de la imagen, que se clausuró con un cerramiento acristalado fijo en blanco con tragaluces en el techo, a modo de invernadero. Belén pintó la carpintería en blanco y eligió unas cristaleras grandes con el fin de integrar mejor el paisaje. Sofás de fibra vegetal, de Maisons du Monde. Mesa de cenro, de Misterwils. Butaca de ratán, de Mestizo Store. Silla de madera, de Carina Casanovas. Alfombra, de Ikea. Cerramiento de cristal fijo y en negro para la cocina La idea de que cocina, salón y comedor compartan espacio lleva calando en nuestras casas desde hace tiempo. Ahora se intenta darles un poco de intimidad con cerramientos acristalados que dejen pasar la luz y den sensación de amplitud. La interiorista Natalia Gil ha optado aquí por separar la cocina con office del salón con un panel fijo de cristal en negro. Una excelente manera de mantener olores y ruidos a raya. Los cuarterones verticales le dan un porte más elegante. Sillas, de Maisons du Monde. Pavimento de baldosas en espiga que imitan la madera. Blanco y en curva Las habituales líneas rectas de los cerramientos acristalados se han sustituido aquí por sinuosas curvas. Una buena manera de dar movimiento a este distribuidor que conecta visualmente la cocina con el salón comedor. Es un proyecto de la interiorista Isabel Otero. La perfilería se ha elegido en un blanco cálido porque es el hilo conductor de la tres estancias. Consola, de Mestizo Store. Un cerramiento acristalado en negro en el dormitorio En los dormitorios amplios se pueden colocar unos cerramientos acristalados que dejen pasar la luz, conecten los espacios y les den privacidad, cuando sea preciso. Es lo que ha conseguido aquí la interiorista Pía Capdevila con este panel fijo de cuarterones negros que, a modo de ventana, separa la zona de descanso de la de trabajo. ¡Menudo estilazo tiene este dormitorio moderno ! Escritorio lacado, diseño de la decoradora. Sillas, de Crearte. Lámpara flexo, de Light & Living. Cerramiento acristalado blanco dentro de la cocina Una pared acristalada de cuarterones con puerta de acceso también puede servir para separar dos zonas dentro de la cocina. En esta de la imagen, propiedad de los arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar, divide la cocina como tal del lavadero-planchador que ahora luce así de luminoso gracias a su carpintería en blanco. Mobiliario diseñado por los arquitectos. Encimera de mármol. Lámpara de techo, de Natura Casa. Taburete, de Ikea. La terraza convertida en salón con un cerramiento acristalado blanco A una terraza poco aprovechada en invierno se le puede sacar más partido con un cerramiento acristalado. Para esta, la interiorista Natalia Zubizarreta eligió una cubierta de policarbonato, en lugar de cristal, que aísla, deja pasar la luz, pero no el calor. En verano puede abrirse, al igual que las puertas replegables del perímetro. Ahora se ha convertido en un acogedor salón comedor para disfrutar todo el año. Mesa realizada a medida y banco, en Natalia Zubizarreta Interiorismo. Sillas, de Crisal. Un cerramiento negro de cristal liso, también en la cocina Los cerramientos acristalados en negro dan un toque industrial a las estancias. Para suavizarlos, combínalos con materiales más cálidos como madera y fibra. Es lo que ha hecho en esta cocina pequeña la interiorista Marta Tobella. La cerró para darle más intimidad y separarla del comedor con un panel fijo, liso y esquinado. Tanto los muebles de la cocina como la mesa de comedor rústica comparten la madera de roble como material. Y la lámpara del comedor de fibra natural contrasta con las metálicas suspendidas de la isla. Mesa, en Sacum. Sillas, de Casual Home & Contract. Lámparas de bambú, de Tine K Home. Cerramiento acristalado blanco para aislar la despensa ¿Qué te parecería aislar la despensa de la zona de plancha con un cerramiento acristalado? Es lo que ha hecho aquí la interiorista Cristina Carbonell. El espacio a medida comparte los mismos cuarterones en blanco del armario y las puertas correderas. Así, se integran mejor y la zona de almacenamiento disfruta de una luz extra, antes impensable. ¡Se acabaron las despensas oscuras! En negro para un comedor con vistas Fíjate qué original es la decoración de este comedor . Como da a un jardín exterior, la interiorista Jeanette Trensig ha convertido la pared en un amplio cerramiento acristalado con grandes ventanales que se prolonga por el techo. Liso y en negro, hace juego con las patas de la mesa y el banco. Ahora el comedor cuenta con más luz natural y sentados en él se puede disfrutar del paisaje incluso en días fríos. Sillas, en Cado. Cerramiento acristalado en blanco para un baño sin ventanas Los baños sin ventanas se ven obligados a convivir con la oscuridad. Fíjate en la genial idea que ha plasmado en este baño en suite la interiorista Marta Tobella para proporcionarle luz natural: ha convertido el muro que da al dormitorio en una pared de cristal y le ha dado intimidad con una veneciana. La zona de la ducha queda semicerrada con una mampara acristalada de cuarterones finos y blancos. Mueble bajolavabo de roble, diseño de la decoradora. Grifería, de Frattini. Un cerramiento acristalado en negro para una piscina interior Si tienes la inmensa suerte de tener una piscina interior en tu casa, puedes aclimatarla con un cerramiento acristalado. La interiorista Silvia Aranda lo llevó a la práctica en su casa. Eligió una perfilería negra con grandes ventanales que la separan del salón y la integran, a la vez. Sofás, de Becara. Mesa de centro, de Sacum. Librería, de Hanbel. Consola, de Tierra Extraña. Lámpara trípode, de La Maison. Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter.