NO más dormitorios con paredes blancas y aburridas: esta idea tan sencilla y elegante lo cambia todo

Los cuarterones, posiblemente, son las molduras más populares. Es habitual verlos en estancias como el salón o el pasillo, pero también quedan muy bien en dormitorios que buscan una mezcla de texturas o un guiño sutil a los estilos clásicos. Las paredes con cuarterones adquieren una estética simétrica y muy agradable a la vista. Combina con otros muebles de líneas rectas como una cómoda de madera o una cajonera en blanco puro.

Además de conseguir un dormitorio con toques clásicos y elegantes, las molduras tienen un efecto estilizador en las paredes. Sobre todo aquellas versiones rectangulares y estrechas. Estas formas alargadas nos obligan a levantar la vista hacia el techo, haciendo que la habitación se perciba más amplia y alta de lo que realmente es. ¡Ideal para dormitorios pequeños!

¿Qué te parecen estas molduras gruesas y modernas? Las líneas rectangulares, pero anchas, dan un toque minimalista muy original. No son las molduras más populares, lo que significa que si quieres una propuesta diferente e innovadora, esta es la indicada. Quedan genial en habitaciones con piezas de diseño y líneas suaves. Fíjate en el suave contraste entre las molduras y el cabecero tapizado liso, pero con bordes redondeados. ¡Todo un acierto!

Las molduras espaciadas entre ellas provocan un efecto amplificador, a la vez que modernizan las paredes del dormitorio. Fíjate en la amplitud de estas molduras rectangulares. Gracias al gran espacio que generan, pueden reflejar la luz solar que entra directamente por la ventana. El resultado es una habitación moderna y muy luminosa. Finalmente, la combinación con el cabecero de formas elegantes consigue  un sello romántico muy sutil.

Las molduras en las paredes crean texturas muy elegantes y simétricas. El relieve y la profundidad consiguen que el color blanco se perciba como un tono interesante y no aburrido. Aún mejor si añades otras texturas en la decoración del dormitorio. En esta propuesta, el suelo espigado, los muebles de fibras naturales y la ropa de cama son todo un festival para los sentidos. 

Las molduras en la pared del cabecero son una apuesta segura. No es una exageración decir que esta es una de las zonas más provechosas en el dormitorio. La composición visual entre el cabecero y la pared es crucial para crear una propuesta estética definida.

Unas molduras blancas sobre una pared y un cabecero del mismo color, lograrán una continuidad visual muy resultona. Pero si quieres contrastes más marcados, puedes instalar un cabecero de otro color, con adornos en los bordes o diseños estampados. 

¿Molduras solitarias? ¡No! Acompaña con otros revestimientos como unas bonitas cornisas o un rosetón en el techo. Juntos lograrán un estilismo interesante, romántico y original. Aprovecha otros elementos del dormitorio para intensificar los relieves, como un cabecero con capitoné