Cabeceros en tendencia 2024: 13 alternativas para un dormitorio de invierno cálido y estiloso

Un dormitorio que persigue el llamado lujo silencioso, viene definido por una buena cama y, por consiguiente, por un buen cabecero que la enmarque. Los cabeceros de capitoné son un claro ejemplo. Su técnica lleva un proceso de acolchado, guateado y mullido, cuya característica fundamental es el uso del botón para fijar la tela, creando un particular relieve que ensalza la imagen de cualquier habitación. Aunque se asocian a un estilo clásico, se han ganado el favor de muchos interioristas, que no dudan en combinarlo en dormitorios radicalmente opuestos a su estética. Sino fíjate en este espacio de base rústica, con vigas de madera, ventanales verdes, ropa de cama de lino y ese majestuoso cabecero que lo corona que le da un contrapunto muy sofisticado sin perder su esencia.

¡Alerta tendencia! El minimalismo no es una opción para decorar en esta nueva temporada. Las formas más barrocas, los estampados y los tejidos de calidad se alían en los dormitorios con más encanto del otoño. Es por eso que se ha puesto el foco en este tipo de cabeceros rematados en punta, conocidos como cabeceros "pagoda", que presumen de formas orgánicas y regusto clásico. Por supuesto, van entelados, a poder ser con tejidos estampados y rematados con ribete en contraste. ¡Nos encanta!

Muchas veces "más es más" y escatimar con la altura del cabecero no es una opción. Elegir un diseño de suelo a techo puede ayudar a vestir la habitación con la mayor calidez, sobre todo si elegimos tonos serenos como este cabecero de capitoné que diseñó Pia Capdevila. Las mesitas de ambos lados de la cama, convertidas en librerías, son el marco ideal para destacar todavía más este peculiar cabecero.

Si los cabeceros tapizados ya dan sensación de refugio y calidez, los modelos orejeros aún más. Sus extremos forman un ángulo recto, como si de una butaca se tratase, y crean esa sensación de recogimiento que necesitamos para tener un sueño apacible. Suelen ir tapizados, pero si eliges un tono neutro como el que vemos en esta imagen tendrás más alternativas a la hora de decorar el resto de la habitación sin que te condicione demasiado.

Lo reconocemos: tenemos debilidad por el azul oscuro y el antracita para esta temporada. Si quieres que tu cama sea la protagonista del dormitorio, los tapizados oscuros son tu solución ideal. La interiorista Lucía Mariñas ha elegido una base de terciopelo, muy acorde a esta época del año, que sube el nivel de la habitación y le planta cara al frío. El contraste con las paredes blancas queda muy limpio y la combinación con otros textiles de cama en tonos fríos y cálidos es muy acertada porque le resta seriedad.

Si eres de las que sigue las tendencias o le gusta cambiar la decoración de la habitación cada dos por tres, una de las fórmulas más sencillas (y baratas) para renovar el look de la habitación cada vez que quieras es recurrir a los cabeceros desenfundables. Elige una base con las medidas estándar de tu cama y fundas de diferentes colores o estampados, a poder ser de lino o algodón, que se amoldarán más fácilmente.

Siguiendo esta línea de cabeceros clásicos, no debemos pasar por alto los modelos tapizados con marco claveteado. Esta técnica decorativa consiste en usar clavos de diversos materiales (oro, plata, latón...) y con cabezas de diversas formas (curvas, piramidales, trapezoidales...) para trazar un diseño sobre una superficie. Es un detalle sencillo que suma muchos puntos a la decoración y lo hace parecer mucho más sofisticado. Si quieres darle una pincelada elegante a la habitación, este es el truco.

Este cabecero de cama lo tiene todo para ser un exitazo: tapizado, en gris y decorado con tachuelas. ¡Más tendencia, imposible! Lo han diseñado Isabel Flores, Nuria Almansa e Isabel Font y, a pesar de su aparente sencillez, queda muy elegante con el estampado botánico del papel de la pared. Gris, verde y beis se repiten en la ropa de cama dándole al dormitorio un look hiper relajado. ¿Prefieres decorar la pared del cabecero o dejarla en blanco?

Las flores son siempre decorativas y alegres, así que no tengas miedo a tapizar el cabecero con un textil estampados con estos motivos si te gustan, porque son garantía de éxito. Si te atreves, haz lo propio en las cortinas, recuerda que el maximalismo está en alza y te quedará un dormitorio de cuento con un punto bucólico. Eso sí, compénsalo con tonos neutros, paredes lisas y luminosas y otros textiles de fibras naturales para rebajar su impacto.

Los cabeceros entelados admiten mil y una opciones para dejar volar la imaginación. Los polos opuestos, muchas veces, se atraen, de ahí que nos encante esta combinación entre un clásico claveteado que remata el cabecero con la tela a rayas efecto arpillera con el que se reviste. Un estilo rústico que contrasta con los cojines en tonos neutros y empolvados llenos de bordados, blondas, encajes y flores ponen el toque final, con un resultado muy romántico y sosegado.

Los detalles suman y eso es lo que ocurre con los vivos en contraste que vemos en algunos cabeceros muy estilosos. Estamos acostumbrados a verlos en los cojines y ahora dan el salto a los cabeceros más estilosos. Elige un tono neutro principal y ponle fantasía en estos ribetes con un color alegre que guíe el resto de la decoración de la cama. Es sutil, pero elegante y siempre da un tono distintivo a la decoración.

Hay cabeceros... y cabeceros con presencia. El poder de este diseño reside en su estampado con motivos florales que levanta el ánimo del dormitorio y realza piezas como la mesita de estilo vintage que tiene al lado. Su combinación con cojines a tono, sumado a otros en azules y calderas, hacen un mix and match que es todo acierto.

La mezcla de textiles con madera siempre ha funcionado bien. Haciéndolo extensible al cabecero de la cama, podemos lograr un estilismo de tendencia, pero tremendamente atemporal, tapizando simplemente el interior del cabecero y dejando el marco con madera vista al natural o ligeramente decapada. Es una apuesta sobre seguro si no quieres arriesgar demasiado.

Un dormitorio con cabecero tapizado en tonos neutros es siempre una opción ideal, sobre todo porque aporta amplitud y claridad al espacio. Además, permite experimentar con colores y texturas a su alrededor para que el conjunto no resulte demasiado plano. Es lo que han hecho en esta habitación, decorada con papel pintado a rayas que da sensación de techos más altos y una ropa de cama con estampados diferentes en tonos rosas, verdes y beige que le dan calidez y un aspecto otoñal y vistoso.