Aquí es donde estás metiendo la pata al decorar un salón pequeño: trucos para arreglarlo

Uno de los errores que se comenten al decorar un salón pequeño tiene que ver con la elección del elemento principal de esta zona, y el más voluminoso: el sofá. La forma y el tamaño importan. Un sofá de tamaño desproporcionado ocupará todo el espacio. Por lo general, no son adecuados los sofás en L ni con chaise longue. Es preferible un diseño en línea y sumar algún auxiliar (puf) o butaca si el tamaño lo permite. Y mejor sofás de respaldo bajo o abatible. Truco: cuanto más grande sea el sofá, más clara debe ser la tapicería. ¡Elige el mejor sofá para toda la vida!

Siempre que sea posible por la forma del salón, lo mejor es que el sofá, como elemento voluminoso que es, quede adosado a una pared. En un espacio pequeño, es importante dónde se coloca el sofá. Un sofá ubicado de manera exenta en mitad de la estancia, acortará o empequeñecerá. Pegarlo a una pared despeja el espacio central de circulación.

La teoría es que la mesa de centro en un salón pequeño no debe llenar. Han de quedar 40-50 cm entre sofá y mesa y, si es posible, algo más entre mesa de centro y mueble de televisión. Las mesas ligeras son aquellas que no son en bloque, sino que tienen patas que dejan ver el suelo. Es preferible decorar con una composición de varias mesas auxiliares de poco tamaño que una con más peso visual. Pero como en todos los casos, puede haber una tipo bloque de reducidas dimensiones que encaje. En este caso, mejor en un acabado claro.

Otro aspecto donde se mete la pata al decorar un salón pequeño es en olvidarse de las formas redondeadas y sinuosas. Esa ausencia de esquinas hace más fluida la zona, tanto espacial como visualmente. ¡Sí hay que incorporar muebles de líneas redondeadas! Unas mesas de centro redondas son un gran aliado. También un puf. Piensa sobre todo en lo que quede en una zona de circulación. No habrá que esquivarlo.

Para que un salón pequeño no lo parezca tanto, lo mejor es llenarlo de luz natural y eliminar tabiques. En su lugar, los cerramientos de cristal solo aportan matices adecuados. Pero muchas veces se mete la pata por el miedo a la obra que implica instalar un cerramiento acristalado de este tipo. Es más lo que se gana. Se puede comunicar con el recibidor y hacer que este también se llene de luz. El cristal hace que no haya barreras aunque puedes seguir contando con un "plano" vertical en el que apoyar muebles. 

Porque en un salón pequeño, esos acabados deben ser suaves. No tienen que ser solo en blanco, pero sí en tonalidades que no oscurezcan. Es fundamental ya que se trata de las piezas de mayor tamaño (sofá, las paredes, por supuesto; y algún mueble de almacenamiento). Maderas suaves y textiles en neutro (gris, arena y taupe son buenos aliados para no recurrir siempre al blanco y al marfil) se pueden "levantar" con notas en color en auxiliares.

Por miedo a que se vea grande o por desconocimiento se suele escoger una alfombra algo pequeña para un salón pequeño cuando, en realidad, lo que hace más espacioso un ambiente de reducidas dimensiones es que la alfombra sea grande y abarque. Entonces, ¿eliges bien la alfombra? Casi que llegue al borde de la pared. En un salón, es esencial que los asientos queden dentro de la alfombra que demarca la zona de estar.

Menos verticalidad y más horizontalidad. Casi podríamos decir que en vertical quedan las cortinas y algún revestimiento de pared. Pero que, el resto de elementos, juegan a favor del espacio y amplitud en un salón pequeño si tienen un diseño horizontal: más ancho que alto. De poca altura. Tanto para los muebles como para los asientos.

Cuidado con este tema y el miedo a que las paredes se sientan impersonales. Se puede jugar con un papel pintado adecuado o con una gran obra de arte, incluso con la iluminación mediante decorativos apliques, antes que pasarse con elementos que saturen ese frente. Menos es más y un salón pequeño agradece esta máxima especialmente.

Porque con ellos se pueden introducir matices y texturas que enriquecen la decoración sin saturar. Revestimientos de pared tipo los listones y otros efectos que se logran con los paneles de Orac Decor, por ejemplo. También con cerámica o materiales porcelánicos que ponen al alcance de cualquiera la personalización de las paredes del salón sin recurrir a cuadros ni a espejos.

Superficies despejadas, los objetos decorativos justos, mejor una obra de arte en la pared de gran tamaño que varias pequeñas… Por supuesto, en un salón pequeño no sentir que hay muchas cosas a la vista influye en la sensación de orden. Cuanto más orden, más bienestar. Así que las vitrinas no son uno de esos muebles que deban formar parte de la decoración.

Porque se diseñan a medida de tu salón de reducidas dimensiones. Y con ello se aprovechan los centímetros y se solucionan las necesidades concretas. Además, es una manera de realizar un diseño que oculte todo lo que no quieres que se vea. Con puertas ciegas y lisas que son perfectas para no perder sensación de amplitud. No descartes las soluciones a medida. Merece la pena esperar algo más, ahorrar y tener el mueble adecuado.

Sin estampado marcado y sin colores. En un salón pequeño encajan las cortinas o estores de tejido ligero y neutro, que dejan pasar la mayor cantidad de luz posible, sin teñirla. Funciona el tono sobre tono (cortinas y paredes fundidas en el mismo color). Y también es importante saber que cuanto más alto sea el punto de instalación, mejor. También deban apoyar las caídas ligeramente en el suelo (nunca verse cortas). Los estores pueden llegar hasta el suelo también, aunque en este caso no apoyan.

Las sombras y rincones oscuros ocultan parte del espacio, empequen~ecie´ndolo. Además de una buena iluminacio´n de techo, algo en lo que se mete la pata al decorar un salón pequeño es olvidarse de los puntos de luz en las paredes y no escoger una buena solución con lámparas de ambiente. ¡Importante! La bombilla no debe superar los 2700K para aportar luz ca´lida.