4 dilemas decorativos MUY TÍPICOS (que seguro tú también tienes), resueltos por la interiorista Paula Duarte
¿Suelo laminado o de madera?, ¿Es mejor una cocina blanca o de color? Si tú también tienes estas dudas muy comunes, atento a las respuestas de la interiorista Paula Duarte. ¡Empezamos!
La interiorista Paula Duarte nos da respuesta a los dilemas decorativos más comunes.
Si quieres redecorar tu casa, recuerda que el secreto de una decoración atemporal, estilosa y duradera está en la calidad de los materiales. Si la queremos disfrutar muchos años, elige materiales que le den valor y resistan al paso del tiempo.
"¿En qué debes fijarte? Las tarimas de madera maciza, los muebles hechos a medida, las pinturas al esmalte, un buen material cerámico en la cocina y el baño... Todo ayuda a mejorar tu casa y la inversión inicial se compensa con el tiempo", aconseja la interiorista Paula Duarte.
Mueble bajo diseño de Sandra Vergara Studio. Lámparas de techo, de Vibia. Mesa, de &Tradition. Sillas Wishbone, diseño de Hans J.Wegner. Alfombra, de Zara Home. Suelo laminado, de Quick-Step.
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DUDA 1. ¿Suelo laminado o de madera?
Si en tu casa hay niños o mascotas, las tarimas laminadas pueden ser la mejor elección. Son muchísimo más prácticas, resistentes, fáciles de instalar y se pueden colocar incluso en zonas húmedas, apunta Paula Duarte. "Además, los últimos diseños imitan cada vez mejor el aspecto de la madera, con vetas, nudos e incluso texturas muy realistas".
¿En su contra? Son suelos compactos y, por lo tanto, más duros y fríos. La sensación nunca será equiparable a pisar descalzo un suelo de madera maciza. Debes tener en cuenta que, una vez estropeado, no se puede reparar.
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Cabecero diseño de las decoradoras. Ropa de cama, de Filocolore. Apliques, de Jieldé en Avanluce. Mesita, de Sacum. Butaca y banco. de Crearte. Cuadros, de Carmen Figueras.
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Suelos de madera, calidez asegurada
"La calidez, los tonos y las imperfecciones de la madera natural son maravillosos y enriquecen muchísimo la arquitectura interior de la casa", dice Paula. "Por eso, siempre que se pueda, poner parqué es la mejor opción". Es un material que da un look atemporal y que ofrece una base perfecta para decorar en cualquier estilo, del más clásico al más moderno.
¿Su punto débil? Su instalación, más costosa y que la madera es más sensible a los arañazos, las manchas y la luz del sol. Lo bueno es que la superficie se puede sanear: cada 8 o 10 años hará falta acuchillarlo y barnizarlo.
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Sofás, de quadratto. Mesa de centro y auxiliares, de Luzio. Lámparas, de Coton et bois.
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DUDA 2. ¿Es mejor un sofá oscuro o claro?
Un sofá oscuro da carácter y un toque muy estiloso al salón. Frente a una pared clara llamará más la atención y se convertirá en la pieza protagonista. "Cuando hay niños es una opción muy práctica porque es más sufrido que un sofá claro y disimula el desgaste por el uso.
Su contra está en que un sofá oscuro puede parecer más grande de lo que es y 'comerse' ópticamente la habitación", afirma Paula Duarte. También corremos el riesgo de cansarnos de él más fácilmente y es más complicado coordinarlo con los textiles. No olvides que las tapicerías oscuras se decoloran antes por el sol.
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Sofá modelo Roma, de TC Collection. Mesa de centro de Teca y velador Lola de Taller de las Indias, en Coton et Bois, como la butaca. Mesa auxiliar de Little House. Lámpara de Sobremesa, de Vical Home.
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Un sofá blanco nunca falla
"No cabe duda... ¡El sofá siempre es mejor claro! De un tono blanco que tire ligeramente a gris o a beige, pero sobre todo que sea claro. ¿Por qué? Porque un sofá claro es mucho más ligero a la vista que uno oscuro –algo importante en espacios pequeños– y no condiciona la decoración del salón. Esto te permite cambiar el look cada temporada, tan solo jugando con los textiles a su alrededor", explica Paula.
Sin embargo, tienen un contra, y es que se pueden manchar más fácilmente. Pero hay solución, y es tan simple como comprarlos desenfundables o con tapicería antimanchas. Por eso es el favorito de El Mueble.
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Cocina con isla diseñada por Deulonder Arquitectura Domèstica. Encimeras de mármol macael. Grifo, de blanco. Horno y microondas, de Míele. Lámparas modelo Titan, de Original BTC.
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DUDA 3. ¿La cocina, blanca o de color?
Añadir color en la cocina es una forma de dar personalidad a tu casa. ¡Acaparará todas las miradas! En beige o arena la harás acogedora, y si eliges un gris, como en la imagen, más elegante. Otro punto a favor es que las cocinas con color disimulan bien las manchas y las marcas, sobre todo si el acabado es mate. Además, el color ayuda a suavizar la frialdad de los electrodomésticos, generalmente de acero.
Como contra, habrá que elegir muy bien el mobiliario para que haya armonía en toda la casa y si arriesgas con el color puede que con el tiempo no te acabe de convencer.
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Isla con barra y mobiliario diseño de Kubuni Reforms. Taburetes, de Sklum. Lámparas, de Almar. Estores de Screen, de Coordonné.
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Cocina blanca, más luminosa
En El Mueble las cocinas blancas nos encantan, porque son luminosas, elegantes, atemporales y encajan en todas las casas, tengan el estilo decorativo que tengan. "Una cocina blanca es siempre una apuesta segura. No pasa de moda y aguanta bien el paso del tiempo", afirma Paula Duarte. "En cocinas pequeñas y oscuras el blanco es perfecto, porque es el color que más luz refleja y la llenará de claridad y sensación de amplitud".
Si te preocupa que resulten frías, basta con añadir un suelo de madera y complementos de madera o fibras (en las lámparas o los taburetes) para ganar calidez.
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Cabecero hecho a medida por Pétit Côte Decó. Cómoda a modo de mesilla, de Blanc d'Ivoire. Lámpara, de Q&Q. Ropa de cama de Vent du Sud.
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DUDA 4. ¿Dormitorio con mesita o a medida?
Si eres de los que quieren guardar muchas cosas junto a la cama, una mesita de noche ofrece más capacidad, sobre todo si tiene cajones. Es un elemento móvil y como tal te permite cambiar la distribución del dormitorio en un futuro. Además, te da la libertad de jugar con dos mesitas diferentes para darle un toque original a la habitación y si te apetece las puedes acompañar de un cabecero tapizado, muy cómodo para recostarse a leer.
El 'pero' a la mesita es que no siempre se ajustará bien al espacio que tengas. Deberás encontrar un modelo que te encaje por medidas y estilo.
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Cabecero, diseño de Marta Prats. Cuadro, de Merc&Cia. ApliquesTolomeo, en Avanluce. Papel pintado, de la maison.
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A favor del cabecero de obra
"Te recomendaría un cabecero de obra porque se acopla perfectamente al espacio y se le pueden integrar unas mesillas con un cajón o una balda", dice Paula Duarte. Si tiene repisa puedes decorar con cuadros y detalles decorativos e ir moviéndolos para cambiar el look de la habitación. ¿Lo mejor? Puedes personalizar un cabecero de obra como más te guste: con papel pintado, molduras, apliques integrados... Incluso puede servir para separar espacios.
Sin embargo, debes tener en cuenta que formará parte de la habitación y condicionará la distribución. Al ser una superficie dura, puede resultar incómodo si no lo acompañas de unos buenos cojines.