Diferencias entre estilo nórdico y minimalismo. ¡No son lo mismo!

Tiene que ver con la geografía. Y es que el estilo nórdico nació entre Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca a finales del siglo XX como una solución estética a la escasez de luz que sufren a lo largo del año. Sin embargo, el minimalismo se desarrolló en Nueva York a finales de los sesenta como reacción al uso abusivo del arte pop y a las corrientes realistas de la época. Ya sabes, menos es más.

El minimalismo es sinónimo de simplicidad, es por ello que los espacios cuentan únicamente con el mobiliario necesario, ni más ni menos. 

Aunque la simplicidad también es protagonista en el estilo nórdico, en este último hay mayor libertad a la hora de añadir elementos decorativos para concebir un hogar más cozy. Se podría decir que los espacios son más vivos.

Ambos estilos dan prioridad a los colores claros y luminosos, y ambos acostumbran a jugar también con el mix blanco y negro. Aunque por lo general, en el estilo minimalista los ambientes son monocromáticos.

Como ves, este baño representa ese mix blanco y negro tan típico del estilo minimalista, con muy pocos elementos, pero modernos y esenciales.

Así es, el estilo minimalista en ocasiones puede tener detalles que recuerdan al industrial, como en este caso, el acero de los taburetes de la cocina.

En el estilo minimalista se suele apostar por materiales sin textura. Sin embargo, en el diseño nórdico las texturas son fundamentales para dar forma a un ambiente hogareño, y la madera siempre es la principal protagonista.

En un dormitorio nórdico siempre habrá mezcla de texturas y tejidos naturales: algodón, lino, lana... También podemos ver diversos estampados y complementos como cestas, plantas y, sobre todo, alfombras.

Menudo contraste, ¿verdad? Y es que los dormitorios minimalistas son mucho más ligeros a nivel visual. Todo es gracias a los colores, los materiales y la ausencia de muebles o elementos accesorios.

En cualquier hogar nórdico que se precie, siempre encontrarás (al menos) una pieza icónica del estilo escandinavo. Este comedor, por ejemplo, se amuebló con dos sillas modelo DSW de Charles Eames diseñadas en 1950.