Decora la casa con plantas colgantes y triunfa: las 7 plantas más bonitas, elegantes y fáciles de cuidar

Se trata de un clásico en nuestras casas desde hace décadas y no es de extrañar, puesto que hace gala de una belleza natural muy especial y, además, es superfácil de cultivar. Nos encanta el poto (Epipremnum aureum) y más como planta colgante, gracias a sus frondosas ramas y a sus hojas acorazonadas. Además, el poto no necesita mucha luz para crecer feliz, por lo que es una opción perfecta si tu casa es algo oscura o si la quieres poner en una habitación orientada al norte. Para establecer una correcta pauta de riego, apórtale bastante agua en verano y menos en invierno. Para no equivocarte deja que el sustrato se seque ligeramente antes de volver a regar.

Como si fueran cuentas insertadas en un collar, las hojas de la planta rosario (Senecio rowleyanus) caen hacia abajo a lo largo de las ramas. Se trata de una especie suculenta, muy bella y original, que es muy fácil de cuidar, ya que hace gala de una gran fortaleza. Dado que sus hojas redondas acumulan agua, es capaz de soportar ciertos periodos breves de sequía, por lo que el riego ha de ser moderado. Para buscarle el mejor emplazamiento dentro de casa ten en cuenta que necesita bastante luminosidad, por lo que estará perfecta junto a una ventana, eso sí, sin sol directo. 

La tradescantia (Tradescantia zebrina) es una planta colgante muy original capaz de decorar cualquier estancia de tu casa, gracias a sus hojas de tres colores: blanco, verde y púrpura. Sin embargo, para que sus hojas muestren estas bellas tonalidades es esencial que la planta reciba la suficiente luz natural, ya que de lo contrario las hojas se tornarán verdes. La tradescantia es una planta de fácil cultivo, perfecta para jardineros principiantes. Soporta bien las bajas temperaturas y no necesita mucho riego (aproximadamente dos aportes de agua semanales en verano y uno cada dos semanas en invierno).

¿Estás buscando una planta colgante, frondosa, sencilla y natural? La hiedra (Hedera helix) puede ser la alternativa perfecta. No solo es una especie muy recomendable para el jardín, sino que se cultiva de maravilla en el interior de casa, donde nos regalará un toque verde muy silvestre y especial. Para crecer saludable no necesita demasiados cuidados. La luz natural no es un problema, ya que la hiedra se desarrolla perfectamente en espacios oscuros.  

Nos encantan los helechos (Nephrolepsis exaltata). Nos gusta su apariencia frondosa y la gracia que exhiben sus hojas verdes y rizadas. Además, es una especie perfecta como planta colgante que no nos dará ningún quebradero de cabeza, debido a su fácil cultivo. Como atención especial, le gustan los ambientes húmedos, por lo que podemos pulverizarla con frecuencia durante los meses de calor y cuidar de no ponerla cerca de un radiador en invierno. Protégela también de las corrientes de aire y no la expongas a los rayos directos del sol. 

Las hojas originales de la peperomia (Peperomia caperata) son un aliciente poderoso para elegir esta planta colgante y colocarla en cualquier espacio de la casa. Se trata de una especie pequeña, pero muy decorativa, cuyas hojas carnosas presentan un gran atractivo. A la hora de cuidarla recuerda ponerla en un emplazamiento luminoso, y de regarla con mucha moderación, ya que sus hojas acumulan agua. De todas formas, en verano necesitará un riego más frecuente. Para darle un plus de energía, abónala cada dos semanas al llegar la primavera.

La flor de cera (Hoya carnosa) es una planta perfecta para cultivar como colgante o trepadora (en este caso necesitará un tutor en el que sujetarse). Se trata de una planta de rápido crecimiento y fácil cultivo. A la hora de regarla, hazlo con moderación y sin excedente, procurando que el sustrato tenga un buen drenaje. Puedes pulverizarla de vez en cuando, ya que ama la humedad ambiental. Destaca la floración de la Hoya carnosa, con ejemplares pequeños que crecen en ramillete y que poseen una textura cerosa muy especial. Para florecer necesita suficiente luz (indirecta).