Los tonos tierra nos convencen siempre. En verano nos conectan con la naturaleza. Si son más luminosos, como la primera opción que te dábamos para pintar las paredes del salón, se acercan a blanco. Si están algo más apagados, como aquí "ensuciados", son calmados y confortables. Usa estos tonos de manera predominante en revestimientos, textiles y muebles y anímalo con amarillo limón, verde botella, naranja empolvado, rosa palo…
Sofá de Anmoder en B&D, butaca Cairo de Casa y Campo, mesa de centro de Cae de Cajón, alfombra de Barberia, lámpara de pie en Santa & Cole y puf de terciopelo en Mestizo Store.