Pintarla pared del cabecero de la cama parece una decisión sencilla… hasta que nos damos cuenta de que hemos elegido mal. Demasiado oscuro, demasiado frío, demasiado vibrante… y de repente, el dormitorio, nuestro espacio seguro, se convierte en un lugar donde el descanso brilla por su ausencia. Porque, como sabrás, los colores influyen en nuestro estado de ánimo y, si hay un sitio donde esto importa de verdad, es aquí, en nuestra habitación.
El cabeceroes el punto focal del dormitorio. Es lo primero que ves al entrar y lo último antes de cerrar los ojos. ¿Cómo no pensar bien qué color darle? Aquí no se trata solo de tendencias, sino de sentido común. Para evitar jugar al "prueba-error" y dejarnos de futuros arrepentimientos, la interiorista Lara Vallés, fundadora del estudio Spage Stage, nos da la clave definitiva: qué colores descartar sin dudarlo y por cuáles apostar sin miedo. Porque, aunque el gusto es personal, hay tonos que, por lógica y armonía, funcionan mejor que otros. ¿Preparados para descubrir si vuestro cabecero es un acierto… o mejor darle una nueva capa de pintura?
colores que deberíamos olvidar en un dormitorio
Elegir mal el color de la pared del cabecero puede afectar al descanso y al ambiente general del dormitorio. Por eso, Lara Vallés nos advierte sobre los tonos que pueden romper la armonía del espacio. Descártalos, porque hay un abanico enorme de opciones mucho más acordes que encajan mejor en una habitación.
Huye de colores estridentes
El rojo es uno de esos colores difíciles que, o lo amas o lo odias, y más cuando hablamos en términos decorativos. Es el tono controvertido por excelencia en casa, aquel que genera cierto respeto a la hora de incorporarlo en cualquier estancia. "Me resulta especialmente agresivo para un lugar de descanso como es el dormitorio", argumenta Lara. Y es que es un color vibrante que transmite energía, y, precisamente por eso, puede resultar demasiado estimulante para una zona que debería convertirse en un oasis de paz. Sin embargo, en pequeñas dosis sí que lo admitimos, tal y como reza "la teoría del rojo inesperado": en una alfombra, un cojín, una mantita, un marco de fotos... ayudará a caldear el tono del dormitorio sin que resulte abrumador.

Dormitorio en un tono arena rojiza.
El Mueble
El fucsia, lo incluimos en el mismo saco, ya que resulta igualmente llamativo. "Puede resultar excesivo y desentonar con el ambiente sereno que buscamos", precisa. Es más, Lara reconoce que lo encuentra "un tanto cursi para una habitación principal". De ahí que sea mejor utilizar la gama de los rosas empolvados o pastel, pero igualmente sin abrazar el exceso.
Colores muy brillantes o muy apagados
Los colores que debemos evitar son aquellos que exciten al cerebro y le hagan permanecer vigilante. De ahí que los tonos brillantes como el amarillo, esos que normalmente van asociados a un buen estado de ánimo, también se tengan que descartar en el dormitorio. ¿El motivo? Es que tienen una frecuencia muy alta. Nos revitalizan, pero a la vez activan nuestro sentido de alerta y reduce la sensación de fatiga. "El amarillo es un tono demasiado brillante para un lugar donde debería respirar la calma", explica Lara. Y es que este tipo de gamas tan brillantes, aparte de impedirnos desconectar, reflejan más la luz, pudiendo afectar a los ciclos naturales de nuestro reloj biológico.

Dormitorio con pinceladas amarillas y mostaza.
El Mueble
En el polo opuesto tenemos el color negro. Su elegancia es reconocida en terrenos como la moda, pero en interiorismo aún se sigue teniendo algo de recelo con respecto a él. "Si bien lo estamos empezando a aceptar en estancias como cocinas o salones que buscan un toque sibarita y elegante, no lo recomiendo para nada en el dormitorio. Es un tono triste y sin vida para una habitación", nos cuenta. Quedará genial a modo de detalles, en los ribetes de las sábanas, en overlocks de cojines, en marcos de espejos o cuadros, ribeteando unas cortinas, en algún mueblecito auxiliar... pero nunca en paredes.
Colores comodín y de tendencia en un dormitorio actual
Ni demasiado vibrantes ni demasiado apagados. La virtud siempre está en el término medio. De ahí que las tendencias actuales apuesten por las mezclas y los tonos que viran hacia los grises y los neutros cálidos. Lara Vallés nos recomienda estos cuatro:
Gris oscuro

Dormitorio con paredes en gris oscuro.
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El gris se ha convertido en la revelación del año. En su gama más clara es luminoso y juvenil, mientras que en su faceta más oscura ofrece serenidad y elegancia sin resultar lúgubre, como vimos en el caso del negro. ¿Lo mejor? Su versatilidad. "Combina muy bien con cualquier color neutro y podemos crear contrastes con la cama, incluyendo cojines en la misma gama. Da mucha personalidad", explica la interiorista. De hecho, hay muchos tonos que ahora viran hacia el gris y se han convertido en súper tendencia este 2025: azules grisáceos, verdes grisáceos, el greige que veremos más adelante... La clave está en mezclarlo con matices y texturas más cálidos para que pierda su carácter frío, como, por ejemplo, la ropa de cama de lino y en color beige. La madera también es una opción que le va fenomenal en el mobiliario.
El topo (greige)

Dormitorio de color greige.
El Mueble
El greige, la nueva tonalidad estrella entre los interioristas, una sutil combinación entre la elegancia del gris medio y la calidez terrosa del beige. "Es cálido y juega muy bien con los colores naturales", asegura Lara Vallés. Su gran ventaja es que aporta la calidez del beige y la elegancia del gris. Se trata del tono perfecto si no sabes por cuál de los dos decantarte. Queda igual de bien si lo eliges para pintar las paredes como si quieres destinarlo a una sola pieza. "Tener la base del dormitorio en color greige, es tener una base muy neutral donde, todo lo demás, resaltará. Puedes poner acentos de color en los cojines, en una silla, en un cuadro o en una colcha. El efecto general quedará muy compensado", apunta.
El color piedra

Dormitorio en tonos grises y detalles en gris verdoso.
El Mueble
Siguiendo esa gama de los tonos neutros que viran hacia los grises y los beiges, encontramos el color piedra, un básico para Lara Vallés con el que suele trabajar en muchas de sus reformas. "Es un tono súper neutro con el que puedes vestir la cama y queda perfecto también cuando, sobre esa misma gama cromática, juegas con distintos tipos de texturas. Prueba a utilizar un papel pintado muy texturizado en la pared del cabecero y luego con cojines en la misma tonalidad que mezclen diferentes texturas sobre una base más clarita. El resultado es muy acogedor, son habitaciones que te abrazan", nos sugiere. Ya no se llevan los neutros fríos, ahora los tonos piedra tienen un matiz más tostado que los hace más acogedores y elegantes.
El café con leche (mocha mousse)

Dormitorio en tonos neutros.
El Mueble
Lara Vallés recomienda "las camas blancas, con cojines del mismo tono del cabecero. Además, es interesante añadir lámparas o alfombras de sisal o cáñamo natural, que quedan genial dentro de esta gama de color". Este tono nos recuerda al mocha mousse, uno de los colores en tendencia según Pantone, es terroso y cálido y recuerda a la densidad del color marrón, pero con la suavidad del beige. Además, está inspirado en la riqueza del cacao y el café, por lo que es caballito ganador en los interiores que quieren ser acogedores y relajantes.
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