"Mi historia con El Mueble empieza desde pequeña, cuando mi madre compraba vuestra revista y yo decidía verlas y montar un quiosco con ellas, ¡eran las más solicitadas entre mis clientas al ser las más bonitas! Fuente de inspiración donde las haya, aún tengo más de una esquinita doblada para ver esa idea que encontré en vuestras páginas". Así se confiesa nuestra lectora de hoy, Estefanía Mena, que vive en este piso de Jaén.
"La historia de nuestro piso es un poco agridulce. A unos 8 meses de casarnos fallecía mi abuela, y sus hijos (mi madre y tíos) decidían poner el piso en venta. Mi entonces novio y yo, vimos en ella una oportunidad: cuatro dormitorios, dos baños, cocina y salón amplios, terraza, y todo ello en un barrio tranquilo bien aprovisionado de servicios", cuenta nuestra lectora.
"Nos lanzamos a la aventura sin pensarlo y a 3 meses de casarnos era nuestra con todo lo que conllevaba. Yo había vivido mis años de niñez en ese piso junto a mi abuela, y aunque le guardaba mucho cariño a cada rincón, también se me hacía duro recordarla a la vuelta de cada esquina", añade.
"Con un presupuesto muy limitado decidimos reformarla dando un ligero lavado de cara y sobre todo invirtiendo en lo que no se iba a ver: el aislamiento. Aun nos quedan muchos pequeños cambios que realizar en ella, pero puedo decir que es la casa donde he pasado media vida y que me encantaría que contase el resto de ella", explica Estefanía.
La cocina combina el blanco y el negro y tiene una pequeña barra con taburetes en uno de los laterales. Es una cocina estrecha bien aprovechada.
En el dormitorio, nuestra lectora juega con claros y oscuros. Paredes y ropa de cama y cortinas son blancos, mientras que detalles como el cabecero (a excepción del marco blanco), y las mesitas de noche tienen negro.
El negro también tiene presencia en el baño.
Una de las habitaciones de la casa de Estefanía es un despacho, con su mesa, dos sillas cómodas y un armario con puertas acristaladas en la parte de detrás, para almacenar.
Los colores son lo que más llama la atención de la terraza, sobre todo por el verde de las plantas, que abundan en este espacio. Sin duda, un lugar ideal en el que relajarse y leer un buen libro.