A medida que la familia va creciendo, la casa se va quedando más pequeña. Esto es, precisamente, lo que le ocurrió a Patricia: nuestra protagonista de hoy. Que dejó su piso en Pozuelo de Alarcón (Madrid) en busca de espacio... ¡Y vaya si lo encontró!
Fue amor a primera vista. Patricia encontró en una antigua guardería el lugar perfecto para vivir con su marido y sus dos hijas. Necesitaba una reforma integral, pero gracias a las ideas que ha ido fichando de los "antes y después" de El Mueble, vio que el espacio tenía muchísimas posibilidades.
No obstante, transformarla no fue un camino fácil. La casa tiene 233 m2 distribuidos en cuatro plantas y cambiaron parte de su estructura. En la primera planta, optaron por un concepto abierto y aumentaron el espacio con una terraza de 33 m2.
Instalaron una gran piscina, cerca de una barbacoa y un horno de leña. Así como una de las zonas preferidas de la anfitriona: un porche chill out decorado con madera, cómodos sillones de fibras y cojines blancos. ¡Qué maravilla!
Otro gran acierto fue la chimenea. "Disfrutamos mucho viendo películas todos juntos así que la desplazamos a un lateral para que no nos condicionara el espacio", explica la anfitriona.
Ahora bien, si tuviera que elegir un rincón de la casa sería el comedor. "¡Es tan versátil! Me encanta la mesa de madera con el banco y la alfombra de piel de cebra. La compramos en nuestro viaje de novios y siempre nos ha acompañado en nuestras vidas", añade.
Al lado, encontramos la cocina. Está integrada con el salón y dispone de una gran isla, por lo que pueden compartir mucho más tiempo en familia y con amigos. Subimos hacia el dormitorio principal. Patricia nos cuenta que está situado en la buhardilla y que lo convirtieron en una suite con vestidor.
"Como os habréis fijado, en mi casa hay una gran mezcla de estilos. Y la verdad, esto es lo que mejor define nuestra personalidad", sentencia la anfitriona.