El armario suele llevarse el pez al agua en cuanto a protagonismo del dormitorio. Aunque solo sea por su volumen. Pero la cama, y concretamente el cabecero, como habrás podido ver en esta selección, tienen mucho qué decir en la decoración de tu habitación. En la decoración, pero también en la comodidad y practicidad del dormitorio. Y es que a la hora de escoger el cabecero es muy importante que valores qué función quieres darle.

Decorativo: de la discreción a la exuberancia

  • Minimalista: Si quieres un diseño discreto y que se integre en la decoración, los de obra o de DM son una opción idónea: se adaptan al milímetro al espacio y basta con pintarlos como las paredes para que, simplemente, "desaparezcan".
  • Romántico: Los de hierro forjado, los diseño afrancesados, los labrados o los decapados con rejilla darán un toque femenino y delicado a tu dormitorio.
  • Recuperado: Son piezas especiales que darán un matiz muy personal y auténtico a tu dormitorio.
  • XL: Si eres de los que crees que, puestos a tener un cabecero, que se vea, seguro que esta opción te apasionará. Las posibilidades son muchas y variadas, desde tapizados hasta de madera. También existe la opción de transformar la pared del cabecero... en el cabecero. Con lamas de madera, papel pintado o incluso tela, puedes revestir esta pared convirtiéndola en la protagonista del dormitorio.

Funcional: para leer, para guardar...

Sí, el cabecero puede ser mucho más que un elemento decorativo del dormitorio. ¿Sueles leer en la cama? Un diseño tapizado, que sea muy mullido y, muy importante, desenfundable y fácil de lavar, te resultará supercómodo. Si no quieres apostar por un cabecero al uso, puedes planificar uno de obra que, por ejemplo, integre una zona de estantes para tener a mano los libros, y completarlo con un frontal tapizado.

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