En esta acogedora buhardilla de aproximadamente 65 m2 vivía una pareja, pero, con el paso del tiempo, llegaron dos preciosos gemelos que les obligaron a darle una vuelta de 180º a su vivienda en busca de espacio, comodidad y funcionalidad. Así fue como el mobiliario a medida, la iluminación y el color se convirtieron en sus tres mejores aliados para conseguirlo. "Al tratarse de dos bebés, la necesidad de espacio se multiplicó. Debía crear un hogar con mucho almacenaje para que toda la familia dispusiera de sus propios armarios y cajones para guardar sus cosas", explica Véronique Wuhrlin de Schmidt.
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