La chalk paint o pintura a la tiza se ha convertido en una de las tendencias del momento en manualidades y proyectos DIY. ¡Y cómo no! Ofrece resultados estupendos, es fácil de aplicar y se ha convertido en una de las preferidas de los aficionados a la recuperación de muebles viejos. Pero no es oro todo lo que reluce y si te preguntas por qué tus muebles no quedan tan chulos como los que ves en nuestros artículos o en Instagram, tal vez estés cometiendo alguno de estos errores.
1. No saber qué vas a hacer con el mueble
Antes de coger brocha y pintura, es importante que decidas qué tipo de acabado quieres para tu mueble. ¿Que se 'sientan' las vetas? ¿Envejecido? ¿Con un acabado más actual? Si quieres que parezca que el mueble ha vivido más de una vida, las imperfecciones le darán carácter. Pero si lo que buscas es un acabado más delicado, lo primero es arreglar los posibles desperfectos con masilla para madera. En este caso, tendrás que esperar a que se seque para lijar la superficie y que quede completamente lisa.
Además, dependiendo del tipo que acabado que quieras para la pintura tendrás que elegir entre brocha y rodillo. Mientras que la brocha ofrece un acabado más rústico que acentúa la pincelada, con el rodillo el acabado es más uniforme. Los sintéticos van muy bien, mientras que si es de lana deja una textura de pequeños puntos y los de espuma, como de piel de naranja. Saber cómo quieres que luzca tu mueble es básico para contar con todo el material que necesitas antes de ponerte manos a la obra.
2. No limpiar y arreglar el mueble previamente
Aunque la chalk paint tiene muchas ventajas sea una pintura casi todoterreno y se puede aplicar sobre casi cualquier superficie, antes de pintar cualquier pieza es importante limpiarla. Con el paso del tiempo, los muebles van acumulando grasa y suciedad que hará que la pintura a la tiza agarre peor. Por eso, es primordial llevar a cabo una primera limpieza. Existen limpiadores especiales para este tipo de piezas, pero también puedes realizar este paso mezclando agua con un poco de amoníaco y aplicándolo en el mueble.
3. No lijar el mueble
Aunque habrás oído mil y una veces que con la pintura a la tiza no es necesario lijar, tampoco es del todo cierto. Depende del estado de la superficie y del material que vayas a pintar. Si el mueble que vas a pintar es de melamina, es mejor lijar un poco la superficie para abrir el poro y que la chalk paint fije mejor. Lo mismo sucede si el mueble, en su estado primigenio, luce una capa de cera o un barniz muy brillante.
Además de un mejor agarre, lijando el mueble contribuirás a igualar la superficie, minimizar el grano de la madera y eliminar la suciedad que no se haya ido con la limpieza.
4. No aplicar imprimación
Otro elemento que depende del tipo de superficie. Si la madera que vas a pintar está en su estado más natural, no es necesario. Pero si el mueble tiene partes de diferentes colores y quieres pintarlo con un tono más claro, será necesario que apliques una primera capa de imprimación para obtener un resultado uniforme.
Si te has pasado con el lijado y unas zonas se ven más desgastadas que otras, también es interesante imprimar primero. Y lo mismo si la pieza está fabricada con varios tipos de madera. Muchas marcas de pintura a la tiza cuentan con imprimación propia para sus pinturas.
5. Utilizar demasiada pintura
Cierto es que si buscas un acabado rústico en tu pieza, las marcas que deja la pintura a la tiza te encantarán. Pero la chalk paint no solo vale para ese tipo de acabados. También ofrece resultados más finos dependiendo de la cantidad de pintura que se utilice y las herramientas. Como te hemos comentado previamente, elegir brocha o rodillo es fundamental para el tipo de acabado que lucirá el mueble. Y si quieres uno delicado, además de un rodillo sintético deberás utilizar una brocha de espuma, perfecta para las esquinas. Después, con el rodillo se extiende toda la pintura uniformemente y el acabado es espectacular.
6. No dar las suficientes capas
Ten en cuenta también que es mejor aplicar dos capas finas de pintura que una sola con demasiada pintura, ya que quedará un acabado más empastado. Otra opción es utilizar pintura a la tiza en spray, una opción cómoda, que cubre bien y que deja un resultado homogéneo.
7. No aplicar cera cuando lo pintas
Para que el mueble que has pintado te dure, es importantísimo aplicar cera o barniz en toda la superficie. Especialmente en las que se van a tocar muy a menudo o es un objeto que utilizaréis a diario. Sin este paso, la pintura se acabará yendo y cualquier mancha –también el polvo– será muy visible. Existen ceras incoloras o con acabados más oscuros que sirven además para darle al mueble esa sensación de 'solera' que tanto gusta.
8. Ni periódicamente
Con el paso del tiempo, la cera que has aplicado a tu mueble se va desgastando. Al igual que cualquier otro mueble tratado con este producto, necesitan un mantenimiento periódico para que la pintura se mantenga intacta y reluciente como el día que lo pintaste. Por eso, una vez al año, coge la cera y vuelve a aplicarla. Verás cómo tu mueble resiste una temporada más.
9. No acertar con el lijado para darle un aspecto envejecido
No es muy complicado lijar un poco aquí y un poco allá para darle ese aspecto envejecido tan atractivo, que llama tanto la atención y que queda tan bien con la pintura a la tiza. Pero uno de los errores más habituales al utilizar pintura a la tiza llega precisamente en este paso. Si lijas de más, el mueble parecerá inacabado o descuidado en vez de envejecido. Piensa en qué partes del mueble se desgastarían más por su uso natural: esquinas, pequeños golpes, molduras y relieves, la superficie, etc. Analiza primero y coge la lija después. ¡No lo hagas al revés!
10. No respetar el tiempo de curado
Es otro de los errores más comunes. Dar por acabado el mueble justo después de aplicar la cera. Para que el resultado dure y se mantenga según tus preferencias, es mejor dejar el mueble varios días sin utilizarlo ni tocarlo. Cuando pasen un par de días ya se podrá utilizar, pero ten en cuenta que la cera no queda completamente endurecida hasta que no pasan varias semanas.