Antes y después: de piso anticuado de los años 80 a pisazo con mucha luz, espacios aprovechados y mucho estilo, por la interiorista Laura Martínez

Originalmente, la vivienda tenía un diseño seccionado con un recibidor, cocina, lavadero y salón comedor separados. La propuesta del estudio de Laura Martínez ha consistido en derribar todos los tabiques para convertir la zona de día en un espacio diáfano y lleno de luz natural. Además, contaba con una decoración muy ochentera totalmente pasada de moda. ¡Necesitaba un cambio urgente!

El pavimento oscuro, la antigua chimenea y los muebles ochenteros desaparecieron, para dar paso a un estilo de mobiliario de líneas limpias, donde la madera natural y el color blanco son los protagonistas, siempre combinados con fibras naturales. La luz ahora se ha multiplicado gracias a esas tonalidades suaves, que además suman estilo y elegancia con los toques de color de los textiles de los cojines o las plantitas de interior que tanta frescura aportan al espacio. La mesa de centro, además, genera un efecto de continuidad que amplía visualmente el espacio.

Parece la continuación del propio salón, ¿verdad? Y es que esta terraza se ha equipado y transformado como los propios espacios interiores, incluso con su tarima de madera en el suelo. Cada ventana de la vivienda ha sido reemplazada por cerramientos de aluminio en color blanco mate. Se ha creado un acceso amplio a la terraza, incrementando significativamente la entrada de luz natural y conectando el interior con el exterior de manera fluida. ¡Ha quedado ideal! Ahora es el rincón perfecto para relajarse y disfrutar.

La cocina, además de estar en un espacio diferente al salón, estaba muy compartimentada entre ella también. Por un lado estaba la zona de fuegos y almacenaje, y por otra la encimera con el lavabo. Además de ser muy pequeña y mal distribuida y aprovechada, el mobiliario, de nuevo, estaba muy desfasado. ¿Cómo habrán cambiado toda su imagen para convertirla en una cocina mucho más moderna y habitable? ¡Mira, mira!

Ahora al entrar a la vivienda nos recibe una amplia cocina, equipada con una gran isla que actúa como separación entre el comedor y el salón. Se ha unido el lavadero a la cocina, ganando esos metros cuadrados tan necesarios. Además, se ha optado por un mobiliario en blanco impoluto para generar un ambiente agradable y sobre todo generar un espacio mucho más luminoso, acorde al salón y al comedor. 

La zona del comedor, muy sencilla pero bien aprovechada para reuniones más conectadas gracias a su forma redonda. Además, en esta zona prima la madera y las fibras naturales, siendo el punto de conexión decorativa perfecta entre el salón y la cocina. Su ubicación también es idónea porque acapara toda la luz que incide por el ventanal que está situado justo al lado. La suerte de este hogar es que cuenta con muchas ventanas, y esto ha conseguido que junto a una buena decoración escogida minuciosamente, se multiplique la luminosidad.

La habitación de la vivienda se presentaba así. Una estancia prácticamente vacía y dejada que inspiraba frialdad y un ambiente oscuro tipo zulo. El suelo además contribuía a generar este efecto. Las ventanas también necesitaban cambiarse para poder no solo modernizarlas, sino adaptarlas a todas las innovaciones en cristales y marcos que hay actualmente. La cama, el mobiliario... todo necesitaba salir de ahí para dejar paso a los muebles nuevos y estilosos. ¿Los vemos?

¡Wow! Menudo cambio. Ahora el dormitorio principal rebosa mucho estilo e inspira calma, confort y mucho relax. Sin duda es uno de los espacios favoritos de la casa para los propietarios, porque el descanso en él está asegurado. Los textiles de algodón y lino a juego con el mobiliario y materiales de la estancia, consiguen que en este espacio reine la armonía. Además, muchos muebles están hechos a medida por el estudio de interiorismo para optimizar mucho mejor toda la casa.

Por otro lado, está este otro dormitorio que le ocurría lo mismo que a la estancia principal. En él únicamente se encontraban las estructuras de las camas, muy antiguas, mobiliario nada favorecedor, y un gran armario que acaparaba todo el espacio. Además, la ventana y la iluminación con la que contaba, era muy pobre... ¿lo habrán podido solucionar?

Los tres dormitorios sí han mantenido sus proporciones iniciales, pero con un giro moderno. El equipo de Laura Martínez ha diseñado todo el mobiliario a medida para optimizar cada centímetro, lo que proporciona mayor amplitud visual, funcionalidad y facilita el orden. Esta personalización hace que cada habitación no solo sea práctica, sino también estéticamente agradable. De hecho, el objetivo se puede ver claramente en esta estancia, donde todo queda mucho mejor integrado y distribuido.

En el baño hacía falta un gran cambio. Si ya de por sí no cuenta con mucha luz, las baldosas, el suelo, el conjunto del baño, en general, estaba repleto de posibilidades pero ninguna se había llevado a cabo. Ahora es un espacio digno de presumir en el que todos los habitantes de la casa pueden llevar a cabo, cómodamente, sus rutinas de aseo e higiene diaria.

Uno de los cambios más impactantes es la reubicación del baño de la zona de día. Anteriormente, se accedía a través de un pasillo y la estancia era muy alargada y desproporcionada. Con la apertura del acceso desde la zona de día se ha logrado un baño mucho más armonioso.

Este cambio ha permitido ganar dos armarios extras: uno que sustituye el lavadero, donde se ha colocado el acumulador de agua, la lavadora y una zona de almacenamiento para la limpieza y una tolva para la ropa sucia; y otro que complementa la cocina con un gran espacio de despensa. También se ha eliminado la puerta que cerraba el acceso al distribuidor de noche, de manera que todo está cómodamente conectado.