¿Cada vez que te toca pagar la factura de la luz no acabas de entender a qué viene esa cifra tan elevada? ¿Se te cansa la vista con facilidad a los pocos minutos de leer un libro? Estas y otras tantas preguntas te las vamos a resolver hoy, ya que nos aventuramos a dar respuesta a esas señales que siempre nos ponen en aviso de que algo va mal en la iluminación de casa. Todo tiene solución, así que una vez detectado el problema ya puedes empezar a resolverlo.
¿TUS HABITACIONES SON MUY FRÍAS?
No tienes nada que temer porque solucionarlo es muy sencillo. Hay estancias y estancias. Es decir, no todos los rincones de tu casa requieren la misma temperatura de luz. Sin ir más lejos, el dormitorio, al ser un lugar que debe invitar al descanso, siempre debería tener una luz cálida. Conseguirlo es tan simple como hacerte con fuentes de luz de entre 2.700 K y 3.000 K y, asimismo, no tener miedo a combinar varios tipos de lámparas. El reflejo de la iluminación indirecta también es un aliado.
¿HAY ESCASEZ DE ENCHUFES?
Si la respuesta a esta pregunta es afirmativa no cabe duda de que primero de todo tu casa necesita una reforma. ¡Y no te asustes!, ya que para nada hablamos de una reforma que hará temblar tu cartera. Todo buen proyecto lumínico requiere una estudiada planificación para las tomas de corriente en los lugares correctos. Ni muchos ni pocos, sino los que tu hogar necesite.
¿NO PUEDES LEER BIEN?
Hay la falsa creencia de que una luz cálida es la mejor para devorar un libro o, incluso, estudiar. ¡Craso error! Para poder concentrarte y prestar la atención que se merecen a todas y cada una de las páginas que tienes frente a ti lo mejor, indiscutiblemente, es recurrir a una luz fría de 4.000-5.000 K. Y ya puestos, iluminar desde arriba cualquier zona de lectura que se precie.
¿LA FACTURA DE LA LUZ SE DISPARA?
En ese caso siempre puedes recurrir a varios recursos: desde apostar por luminarias LED porque su consumo es mucho más eficiente y ayudan a gastar menos; hacer lo propio con las bombillas de bajo consumo (las llamadas fluocompactas), o instalar en las zonas de paso detectores de movimiento que encienden y apagan la luz automáticamente. Asimismo, piensa en poner en tu vida reguladores de luz que permiten aumentar o disminuir la intensidad de la luz de un determinado espacio.
¿TE CUESTA MANIPULAR LOS ALIMENTOS EN LA COCINA?
En la zona de trabajo de la cocina jamás debería haber ni un centímetro sobreiluminado u oscuro. Por esa razón, en el caso de tener luminarias de techo, éstas deberían instalarse entre ellas a una distancia mínima de 70 centímetros. A su vez, la luz debe ser potente y, ante todo, reproducir con total fidelidad la gama cromática. En ese sentido la luz adecuada es aquella fría de unos 4.000 K para poder ver y trabajar perfectamente con cualquier tipo de alimento.