El armario es el mueble que suele dar más quebraderos de cabeza a la hora de decorar el dormitorio. Sobre todo si los metros con los que cuentas son escasos. Pero no por ello debes renunciar a disfrutar de un armario completo. Como ya hemos visto en la galería, la opción que aprovecha más y mejor los metros pasa por hacerlo a medida. Son más caros, pero se ajustan como un guante al espacio, convirtiendo cada cm en espacio de almacén útil.
Siempre que puedas, lleva el armario hasta el techo y si cuentas con una altura generosa, ¡más razón aún! Lo más práctico es destinar el espacio a partir de los 220-240 cm a maletero. Al ser poco accesible, es perfecto para guardar desde la ropa de otra temporada y de uso puntual, hasta lo más voluminoso, como edredones o mantas.
Para que el armario pase más desapercibido en el dormitorio, lo mejor es pintarlo a juego con las paredes, optar por puertas lisas y prescindir de los tradicionales tiradores a favor de opciones más integradas.
Otro punto importante a tener en cuenta son las puertas. Las batientes son las más habituales, pero para poder abrirlas con comodidad deberás dejar entre el armario y el próximo obstáculo, que suele ser la cama, al menos 80 cm libres. Las correderas, más caras, te permiten ganar al menos 20 cm. Piénsalo: puedes invertir esos cm en tener una cama más cómoda.