Hay pisos a los que una reforma no solo les lava la cara, sino que los transforma en otros totalmente diferentes ¡Y mejorados! Y esto es lo que ocurrió con este piso de Barcelona, que pasó de ser una vivienda oscura, con una distribución anticuada y compartimentada, con muebles de caoba viejunos, a este pisazo moderno, lleno de luz y con espacios abiertos y cómodos para disfrutarlos en familia. Ahora, hija y nietas han decidido quedarse ¡muchos años más. ¿Entramos?
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