Esta casa de 250 m2 en Calafell (Tarragona) había quedado desfasada estéticamente y, aunque grande, no aprovechaba nada bien los espacios. De ahí el objetivo de la interiorista Pia Capdevila, artífice de su transformación: hacerla funcional y darle un look atemporal. Lo consiguió sin cambiar la distribución de las estancias, abriendo paso a la luz natural, utilizando colores neutros y poniendo mucho mueble a medida. El estilismo es de Mar Gausachs. ¡No te pierdas el resultado!
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