Poco a poco, durante dos años, Bárbara fue haciendo realidad su sueño. "Al principio, mis hijas y yo nos sentábamos con una caja enorme de Lego y construíamos la que sería nuestra casa. Más tarde, las montaba en el coche y nos íbamos de pueblo en pueblo en busca de materiales: puertas, suelos de barro, baldosas hidráulicas, muebles...".
EN EL COMEDOR. Mesa antigua restaurada con pintura a la tiza. Sillas con fundas de lino, hechas a medida. Bandeja, jarra y vasos de Teklassic.