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Actualizado a 11 de agosto de 2024, 18:15
Una casa rodeada de naturaleza en Mallorca.
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A simple vista, esta casa mallorquina escoltada por la Sierra de Tramuntana parece una de esas típicas “posesiones” de la isla con siglos de historia a sus espaldas. ¡Nada más lejos de la realidad! Se terminó de construir hace casi tres años, pero Jordi Obiols, su propietario, quiso imprimirle ese aire rústico balear de antaño. ¿El resultado? Un remanso de paz en plena naturaleza, equipado con todas las comodidades y decorado con mucho gusto. "Es una casa estupenda y realzaría el valor que tiene su situación. Me fascina el entorno, poder pasear por estos caminos de montaña y sentirte libre. ¡Es un privilegio!", asegura. ¿Entramos?
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Una casa de campo para soñar despiertos
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Una casa de campo para soñar despiertos
¡Haz clic en el vídeo para ver esta maravilla de casa!
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de herencia . Banco con cojines de Calma House. Vajilla de Lloberas. Jarrones de cristal de Can Juanito.
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Un porche amplio y rústico con comedor
Esta casa tiene varios porches, construidos con columnas recuperadas de Almería. Su techumbre de vigas da cobijo a un coqueto comedor y a una zona de estar, decorada con muebles de fibras naturales. ¡Todo está pensado para disfrutar de interminables veladas al aire libre! Por eso, también se dio importancia al paisajismo. "Todo el jardín es joven. Tendrá cuatro o cinco años. Hay encinas trasplantadas de otra parte de la finca y la intención es que de aquí una década se convierta en un bosque, un encinar que todavía la privatice más de la vista de cualquier otra persona que pase por ahí. ¡No hay nada alrededor!", explica el propietario.
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Todas las puertas son de madera recuperadas y el suelo es artesanal hecho a mano.
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Materiales artesanales y de derribo
"En todo momento buscamos la comodidad. Por eso, toda la casa está en planta baja", nos cuenta Jordi. Para imprimir ese aire rústico balear de antaño, se utilizaron materiales artesanales y de derribo. Todos los suelos están hechos a mano, las vigas del techo llegaron de Cataluña y las puertas son recuperadas.
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Sofás y pufs tapizados por Tapicerías Manolo. Alfombra de Hamid. Mesa de centro de JYSK. Cestos y jarrón con flores de Lloberas.
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Un salón con toques rústicos y modernistas
Especial mención merecen las puertas recuperadas de estilo modernista que dan paso al salón, ¡un tesoro! Aquí vemos dos sofás de lino muy actuales enfrentados junto a la chimenea que, como veremos en la siguiente imagen, está decorada con baldosas antiguas mallorquinas que le da un aire tremendamente especial.
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Lámpara, espejo y consola de Tots Interiors con jarrón con flores de Lloberas. Cuadro de Pedro Domenge. Plantas de Can Juanito.
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Estancias amplias y conectadas entre sí
“Me gusta mezclar piezas nuevas con otras heredadas”, asegura Jordi. Es una casa proyectada en una sola planta que respira calma, con su luz tamizada, sus tonos neutros y una circulación sencilla y orgánicaentre estancias, tal y como vemos desde este punto de vista del salón, conectado al comedor a través de unas magníficas puertas que, al mismo tiempo, generan privacidad entre ambos espacios.
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Sillas recuperadas y tapizadas por Tapicerías Manolo. Caminos de rayas de Calma House.
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Un comedor sencillo y con carácter
A través de estas puertas acristaladas entramos al comedor, amueblado con sillas de fibras tapizadas en lino y una mesa de madera robusta con sobre de mármol veteado. Una joya que descansa sobre una sencilla alfombra de yute, dejando claro que la combinación de maderas nobles y las fibras naturales siempre funciona.
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Mesa, sillas y lámparade herencia. Alfombra de yute de Lloberas. Alfombra de rayas de Tot Interiors. Cortinas de Tapicerías Manolo.
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Piezas recuperadas que son auténticas joyas
Tal y como nos cuenta Jordi Obiols, estas piezas se trajeron del Palacete de Villanita en Cuevas de Almanzora y nos deja entrever el buen olfato del propietario para encontrar semejantes joyas.
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Azulejos y pica recuperados en Antigüedades Diego Reinaldos. Plantas de Can Juanito
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Una cocina con historia
Otra de estas joyas rescatadas se encuentra en la cocina, alicatada con baldosas que tienen más de 100 años de antigüedad y dan personalidad propia a la casa. Descansan a media altura y escoltan a los módulos bajos de almacenaje con puertas de madera. Sobre ellos, reposa una pila antigua de mármol rosa reutilizada a modo de lavadero. Todo aquí tiene una historia. Todo aquí es único y especial.
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. Mobiliario diseño de Estili i Formes. Lámpara de Leroy Merlin. En los estantes, bandejas y cesto de Llomberas.Mesa de JYSK. Sillas de Zara Home. Mantel de La Maison Barcelona. Cestos de Lloberas.
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De aspecto tradicional, pero con todas las comodidades
A pesar de su aspecto tradicional, con su campana de obra y sus baldas de madera, nada tiene que envidiar a una cocina moderna en cuanto a almacenaje y funcionalidad. Además, tiene un pequeño office que suma un plus de funcionalidad a este espacio.
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Silla y consola de herencia familiar. Alfombras, cesto de fibra y jarrón de Lloberas. Cojín de la silla de Tot Interiors
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Pasillos amplios, luminosos y con mucho arte
Los amplios pasillos están salpicados con piezas de arte, como en el resto de la casa. "La pintura está muy bien seleccionada, es algo que me gusta mucho. Casi toda la obra viene que vemos en la casa procede de una importante galería de arte de Son Servera", apunta Jordi.
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Cabecero tapizado por Tapicería Manolo. Mesillas de JYSK. Lámparas de Tot Interiors. Alfombra Hamid. Funda nórdica y cuadrantes de Aiguavista.
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Un dormitorio en calma
Uno de estos luminosos pasillos nos lleva al dormitorio principal, que transmite esa misma quietud gracias a los tejidos cálidos de fibras naturales con los que se ha vestido. Como el resto de habitaciones, tiene acceso directo a la naturaleza que es, sin duda, el grandísimo lujo de este hogar.