Una casita de campo con toques provenzales decorada por una encantadora pareja de arquitectos

“Pasamos muchísimas horas en el porche. Lo que más nos gustó de la casa es que es diferente a las demás de la zona: en vez de estrecha y con una ventana, es más ancha y tiene dos ventanales con unas vistas fantásticas”.

El sofa´ y las butacas de hierro son de Zara Home. La mesa de centro es de Taller de las Indias. Los taburetes son de Let’s Pause y las sillas de Maisons du Monde.

“En lugar de las típicas maderas rojizas e invernales, quisimos que todo tuviera madera lijada en color madera original del pino, muy cálido. Para dar luz a la casa, pintamos las puertas de madera y ventanas que eran oscuras y las pusimos de un color blanco. También pintamos los techos y las vigas de madera en color blanco roto, y por supuesto pintamos la cocina”, explica Ana. 

Hacia el comedor encontramos uno de los rincones más especiales. Cuenta con una mesa auxiliar y cuadros antiguos. La lámpara de sobremesa es de Olofane y El banco blanco del fondo, decorado con cojines de diferentes texturas de La Maison y Malana's Workshop, es un gran acierto.

La parte del salón dedicada a las comidas, reuniones y el estar es muy bonita y coqueta. La mesa es diseño de Mengíbar Blanco, las sillas son de anticuario y la lámpara de Olofane. Cuenta con una alacena que es diseño de obra de los arquitectos. Tiene una vajilla antigua que da un toque de muchísima sofisticación y se puede encontrar una similar en Antrazita. 

En el proyecto de los arquitectos no podría faltar el rincón perfecto para recibir a las visitas. Es una parte de la casa súper acogedora por sus alacenas actuales  y el juego de texturas rústicas de la mesa y las sillas con las modernas de los otros muebles. 

Reformaron esta casa en la montaña y ahora es uno de sus rincones favoritos en el mundo. ¿Los espacios que más disfrutan? El porche, el office y la buhardilla. "Esta casa es nuestro mejor refugio. Cómodo y acogedor. Es un placer ver siempre el paisaje". 

Esta cocina es elegante y súper funcional. Tiene muchos cajones para guardar utensilios, vajillas y otros productos, y no renuncia a la sofisticación. Los muebles originales los pintaron y la encimera es de mármol. El estor es comprado de la India y el escurridor es de Ikea. 

El office es uno de sus puntos favoritos de la casa. “Con el banco a medida y los taburetes, es muy cómodo desayunar con los peques. En la alacena antigua guardamos las tazas, el café, los cereales... Y lo mejor es que el banco tiene arcón para guardar”. La mesa y taburetes de madera son antiguos y la lámpara de tela es de Sally Hambleton. 

Lo que más nos gusta es ese aire romántico y femenino que vemos. “¿Qué os parece esta alacena? En realidad, ha sido mi madre quien ha comprado todo el mobiliario. Ella es una apasionada de las cosas bonitas, de los pequeños detalles que lo cambian todo, de toda la vida ha tenido mil vajillas y objetos únicos, telas románticas, con cuadros y muchas flores... La mayoría de las piezas son de anticuario, las hemos buscado una a una por la zona, muchas de ellas en mercadillos franceses, que tienen cositas muy especiales”, explica Ana.

Los propietarios se enfrentaron al lado menos amable de la reforma, como cambiar los sanitarios en los baños o las baldosas que habían quedado desfasadas. El mueble principal es diseño de los arquitectos y el grifo es de Neocerámica. Los cestos son de La Maison y Zara Home. 

"Creo que otro de los aciertos ha sido elegir colores muy agradables y usar muchas telas. ¡Mi madre es una maestra en eso! Con cortinas de lino de color beige, ropa de cama también de lino, muchos estampados florales, y por supuesto el toque original que nos dan los cuadros antiguos, el estor, traído de la India, y la lámpara de flores del office, que le encargamos a Sally Hambleton.

El dormitorio cuenta con un modelo de Granadella, de Let's Pause. El apliques es de Olofane y el cojón ocre de Filocore.

Este dormitorio es muy bonito y diferente por su techo. El cabecero es de obra y la lámpara y palis a rayas de Zara Home. Respecto a los textiles, la ropa de cama es de Filocolores y el cojín vichy de flores es de Carolina Blue. 

La mezcla de todos estos elementos da un resultado perfecto. Se crea una casa muy fácil de usar y de abrir al exterior, “rodeada de paisaje, que cuando te levantas aquí es una maravilla y con niños resulta súper cómoda". 

Antes de irnos, nos asomamos a la buhardilla, que era oscura y le dieron un cambio total con ventanas nuevas y pintura. “La hemos decorado como un segundo salón con unas mesas para
que los niños puedan pintar y un armario antiguo para guardar los juguetes. ¡Aquí se lo pasan genial! “¡Tenemos muchas camas! Aquí cabemos todos”, se despiden Fran y Ana.