Una casa andaluza llena de encanto: su porche lleno de plantas, la cocina azul y el salón elegante nos enamoran

Sus 975 metros cuadrados construidos dan para mucho, ¡para 10 dormitorios y 14 baños, nada menos! Pero empecemos por el porche, que tiene dos zonas de estar, una a cada lado de este espacio rectangular, con butacas y tresillos de fibras.

“En esta casa todo guarda una simetría”, reconoce Joaquín, dejando entrever su vis de matemático, su profesión. Aquí se nota el carácter del sur, con sus arcos en el porche, lleno de plantas y macetas que refrescan el ambiente y esa fachada de color crema tan característica de Andalucía.

La esencia andaluza también se refleja en la puerta de entrada, una joya de madera rústica de estilo alpujarreño que consiguieron cerca de Ronda. Los detalles tradicionales se mezclan con piezas más modernas, los cuadros hiperrealistas con alfombras persas, las molduras clásicas del techo con suelos cerámicos de madera cruzada y el mobiliario a medida con piezas encontradas en mercadillos de Marbella, en la plaza de los Vosgos de París, en Arabia Saudita o en México.

De México, precisamente, llegaron cuatro trailers cargados de muebles. De allí son los sofás del salón, retapizados en beige para dar un extra de calidez. Están enfrentados a ambos lados de la chimenea, un elemento imprescindible en la casa. Un detalle curioso y que actúa como hilo conductor en toda la casa es que, tanto los ventanales en su parte exterior, como las verjas, las escaleras y todos los detalles de hierro, son de color azul.

Al otro lado, a través de un arco, se accede al comedor, presidido por una gran mesa para 12 comensales. “Nos hemos llegado a juntar entre 18 y 20 personas en casa, ¡la mesa se quedó un poco justa!”, bromea. ¿Ves las lámparas? Son las boyas de cristal de un barco transformadas en unas personalísimas luminarias con estructura de forja. “Esto es un guiño a a navegación, una afición que me encanta”, nos cuenta.

La original cocina de color azul sigue ese mismo hilo conductor de la casa y está distribuida en forma de ‘U’. Tiene módulos altos de madera con puertas acristaladas para generar mayor sensación de ligereza y no recargar el ambiente, y módulos bajos con puertas enrejadas que refuerzan su sabor tradicional. La encimera de mármol blanco veteado aporta el contrapunto de luz que se necesita para contrarrestar el potente color del mobiliario.

A continuación de la cocina encontramos un coqueto office, que sigue esa misma estela sobre el suelo de baldosas de mármol. Está presidido por una mesa de madera redonda y unas sillas de ratán y se suele utilizar, sobre todo, cuando hay niños pequeños en casa. En este mismo espacio hay una despensa y tiene salida directa al exterior. Práctico, sencillo y bonito.

Miramos hacia arriba y observamos el imponente techo. “Me encanta la madera bien hecha. Me inspiré en una casa muy bonita de Suiza”, asegura. Dicen que las casas hablan de quienes las habitan y los muros de este hogar con sabor andaluz narran, sin duda, la apasionante historia, los viajes y aficiones de su propietario.

"También vemos estas pinceladas azules en el dormitorio principal”, nos adelanta Joaquín. Efectivamente, el cabecero de madera es de origen mexicano y está tapizado con un bonito textil celeste estampado, al igual que algunos cojines, la colcha que descansa a los pies o la base de la lámpara de mesa.

Hablamos de una enorme habitación de unos 50 metros cuadrados que cuenta con baño propio, vestidor al fondo lleno de armarios y chimenea. “Todos los dormitorios tienen terraza y chimenea, de diferentes formas y con una estructura de hierro”, apunta.