El piso más bonito y elegante del mundo: sin pasillos, en tonos blancos y lleno de pequeños detalles que enamoran

La nueva distribución fue clave. “Había muchas habitaciones pequeñas”, comenta Ana. ¡Ahora no queda ni un pasillo! Tan solo un pequeño recibidor muy acogedor, con un aparador de madera decapado con cestos de mimbre, que vertebra los distintos espacios.

Como vemos, se han creado espacios amplios como el salón, con unos cómodos sofás distribuidos en U, dos de ellos recuperados de la antigua casa de los propietarios. “Está llena de objetos personales. Muchos de sus muebles encajaban”, puntualiza la arquitecta.

Ambos se dedican al cine y han instalado un proyector ¡que tiene truco! La pantalla está escondida justo encima de la chimenea, una joya de anticuario de los Países Bajos. A su vez, ocupa el mismo espacio que los conductos de aire acondicionado. ¡Todo está súper integrado! Al fondo, tras el arco con puertas acristaladas, hay un despacho muy elegante. ¡No falta detalle!

“Ha sido una obra de alta costura”, reconoce Ana Blanco, del estudio de arquitectura Mengíbar Blanco . Junto a su compañero, Fran Mengíbar, ha realizado la reforma integral de esta finca señorial en pleno centro de Barcelona, donde sus tres impresionantes terrazas son las protagonistas.

Dos de las terrazas están en el ático y la última en el sobreático. Alrededor de ellas giran las estancias y hacen vida sus propietarios. “Este matrimonio se mudó aquí para tener más zonas al aire libre y más espacio para recibir a sus familiares”, apunta.

Está decorada con plantas aromáticas, macetas con flores que llenan de vida y árboles de media altura que dan un plus de privacidad. El comedor que se ha planteado en esta terraza tiene un aire romántico, con mantelería en colores empolvados, muebles de forja blancos y muchos cojines con distintos estampados. Un mix and match que, sin duda, funciona.

Como decimos, a un lado del salón se entra al despacho y, al otro, a un precioso comedor. “Era tan grande que ocupaba una de las terrazas. Estaba cubierta y la abrimos”, señala. Ahora, un bonito ventanal comunica ambos espacios y se puede replegar para quedar totalmente abierto. “Da la sensación de estar comiendo en un porche”, asegura.

Todas las ventanas eran de aluminio y se han cambiado por otras de madera. “Era lo que pedía la casa. Hemos metido mucha esencia de finca regia, pero con las comodidades del siglo XXI”. ¿Un ejemplo? La cocina, que está a continuación.

Como veíamos en la anterior imagen, la cocina tiene un arco de palillería que nos recuerda a épocas pasadas y un suelo bicolor que le da mucha personalidad ¡Además es radiante! Como en el resto de la casa. También tiene una isla central y muchísimo espacio de almacenaje a medida en uno de los frentes. ¡No le falta detalle!

Los arquitectos lograron una estética muy elegante, también, en parte, a pequeños detalles como los tiradores de concha, un fregadero de porcelana y encimeras que imitan al mármol. "Tiene muchísimo espacio para almacenaje: hay cajoneras en ambos lados de la isla y en el mini office, una alacena con botellero y baldas para platos y soperas antiguas", explican.

Entramos en el dormitorio, que combina el porte señorial con el confort actual. Al igual que en las otras estancias, la pequeña chimenea y los pomos y manillas de las puertas se han rescatado de anticuarios, se han puesto nuevas todas las carpinterías y unas molduras de estilo clásico.

Al igual que el resto de la casa, se ha conseguido una atmósfera luminosa y relajante, gracias, en parte, a una suave combinación de textiles en blanco y azul celeste, como vemos en la ropa de cama. Destaca el cabecero tapizado a tono y un banquito de capitoné de terciopelo que sube el nivel de la habitación.

Este dormitorio principal cuenta con acceso a la terraza y está salpicado de detalles recuperados, como estas mesitas de noche antiguas que tienen gran valor emotivo. “Eran de la abuela de la propietaria. Son muy graciosas”, comenta.

¿Qué más sorpresas guarda esta habitación? Pues un curioso baño en suite, al que se accede a través de un vestíbulo con puertas acristaladas que articula ambas estancias.

Aquí encontramos la bañera exenta, imponente y elegante. Además, tiene una puerta doble y dos ventanales con estores de rayas que se reflejan en el gran espejo del lavabo, ampliando la sensación de espacio y luminosidad. ¡Con razón dice la interiorista que ha sido una de sus obras más importantes!